Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

«Libertad»

Empieza a imponerse la cordura en el sector audiovisual y poco a poco las aguas van volviendo a su cauce. Movistar + quiere apoyar al cine en un momento tan delicado, por lo que ha decidido estrenar de forma simultánea en su plataforma digital y en las salas de proyección ‘Libertad’ (2021). Lo mejor de todo es que la audiencia no va a tener que elegir entre una u otra modalidad, sino que ambas son complementarias y están pensadas para ser disfrutadas por partida doble. Se debe a que el largometraje cinematográfico y la serie televisiva son independientes, recuperando así una práctica que en su tiempo impulsó el maestro Ingmar Bergman, cuando concibió ‘Fanny y Alexander’ (1982) con esa duplicidad. Hasta entonces las películas de seriales que se lanzaban para la pantalla grande no pasaban de ser un refundido o montaje resumido de lo que antes se había podido ver en el televisor. A partir del 26 de marzo comenzará a funcionar esta singular experiencia, siendo la distribuidora A Contracorriente Films la que se encargará de llevar la película a las salas.

La serie se emitirá con una duración de cinco capítulos de 50 minutos cada uno, mientras que el largometraje tendrá un generoso minutaje, nada menos que 135 minutos. Desde el punto creativo, y haciendo honor a su título, concede a Enrique Urbizu la suficiente flexibilidad para poder moverse a sus anchas sobre la base de un guion sin cortapisas de ningún tipo. Es su gran oportunidad para conseguir realizar un western, en una época en la que el género escasea y solo está al alcance de profesionales de renombre. Por lo que se puede intuir en el avance, muy bien editado por cierto con la música de Mario De Benito, no van a faltar los homenajes a Peckinpah.

Pero lo cierto es que Urbizu se ha ganado a pulso su prestigio dentro del thriller policiaco, gracias a ‘La caja 507’ (2002), y después con ‘No habrá paz para los malvados’ (2011). Un buen momento al que también ha colaborado de un tiempo a esta parte la oferta de trabajo del mercado digital, que le ha permitido hacer una serie de tanto impacto como ‘Gigantes’ (2018). A su guionista de confianza Michel Gaztambide se le ha sumado Miguel Barros, y la pareja repite con ‘Libertad’ (2021). El cambio genérico no es nuevo para el de Bilbo, que probó con la comedia negra en ‘Todo por la pasta’ (1991), con la road movie en ‘Cachito’ (1996), con el melodrama intenso en ‘La vida mancha’ (2003), o con el terror en ‘Adivina quien soy’ (2006), que era una entrega perteneciente al proyecto de tributo a Ibáñez Serrador ‘Películas para no dormir’.

Y le supongo sobradamente preparado para enfrentarse ahora a las comparaciones con el mítico serial ‘Curro Jiménez’ (1976-1978), por el mero hecho de apuntarse a la variante del ‘western serrano’. Sin embargo, hay un giro fundamental que le distancia del referente, realizado por cineastas de la talla de Mario Camus, Rafael Romero Marchent, Antonio Drove, Pilar Miró o Rovira Beleta, y que es la novedad del protagonismo de una heroína femenina, más en consonancia con la coyuntura actual de revisión histórica. El personaje que inmortalizó Sancho Gracia se inspiraba en la figura real de Andrés López, conocido con el alias de El Barquero de Cantillana, pero en el bandolerismo andaluz del siglo XIX hubo mujeres de armas tomar que han sido silenciadas.

El personaje de Lucía La Llanera es una amalgama de todas ellas, y para interpretarla se ha buscado a una mujer de carácter y empoderada como lo es la cantante Bebe, que además cuenta con experiencia actoral en el cine, de la mano de José Luis Cuerda en ‘La educación de las hadas’ (2006) y de la de Julio Medem en ‘Caótica Ana’ (2007).

Antes de cabalgar libre por la Sierra de Cádiz la bandolera estuvo en prisión, junto a su hijo Juan, nacido en la celda. Indultada del garrote vil, y habiendo salvado la vida en el último momento, es buscada por escopeteros del gobernador Montejo, por El Aceituno que quiere la recompensa, y por su amante El Lagartijo.