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Las autoridades marroquíes fuerzan a un preso saharaui a abandonar su huelga de hambre

Las autoridades marroquíes han forzado a alimentarse con una sonda al preso saharaui Mohamed Lamin Haddi, que llevaba desde el pasado 13 de enero en huelga de hambre para denunciar el maltrato en prisión y exigir su acercamiento al domicilio familiar. La familia perdió el contacto hace un mes.

Imagen del vídeo de la TV Saharaui en el que la madre del preso alerta de su situación. (@rasd_TVOficial)
Imagen del vídeo de la TV Saharaui en el que la madre del preso alerta de su situación. (@rasd_TVOficial)

El activista saharaui Mohamed Lamin Haddi, ha sido forzado por las autoridades penitenciarias de Marruecos a abandonar su huelga de hambre, que comenzó el pasado 13 de enero, según ha denunciado este lunes la madre del detenido, Munina Haddi.

«Dice que le han puesto tres inyecciones y una sonda nasal (...) La presión les ha obligado a darle el teléfono y le han dicho: informa a tu familia de que has terminado la huelga. La huelga no la ha parado por voluntad propia», ha explicado Munina visiblemente afectada con una fotografía de Haddi entre sus manos.

Asimismo ha revelado que su hijo tiene el lado izquierdo de su cuerpo paralizado y ha reclamado el acceso de médicos independientes para comprobar su estado de salud y una posible paraplejia.

Sin visitas ni información

La familia asegura que había perdido el contacto con Heddi desde hacía casi un mes, momento en el que fue puesto en aislamiento, y que desconocía si se encontraba todavía con vida ante la ausencia de explicaciones por parte de las autoridades marroquíes.

A principios de marzo, la madre y los dos hermanos del activista fueron detenidos por la policía marroquí durante varias horas tras difundir un vídeo en las redes sociales en el que acusaban a Marruecos de prohibirles el régimen de visitas después de acudir a la prisión de Tiflet, al este de Rabat, al no tener noticias suyas desde hacía diez días.

«Si todavía sigue vivo deberían permitirnos visitarle y si está muerto deberían darnos sus restos. No me moveré hasta que vea a mi hijo», ha exigido la madre en un vídeo difundido por la organización Equipe Media.

Exige el acercamiento al domicilio familiar

Tras diez años de reclusión cumplidos de un total de 25 –tres de ellos en aislamiento–, Haddi comenzó una huelga de hambre para exigir su traslado a un prisión cercana a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, donde reside su familia y que se encuentra a 1.200 kilómetros de distancia.

Haddi, de 42 años, fue condenado junto a otras 23 personas en un macrojuicio por las protestas de 2010 que tuvieron lugar en la zona desértica de Gdeim Izik (a 30 kilómetros de El Aaiún) para reclamar mejoras sociales y a las que las autoridades marroquíes pusieron fin con una violenta irrupción para desmantelar el campamento improvisado.

El pasado 2 de marzo el Parlamento de Gasteiz demandó acdtuar para salvar la vida de Haddi y la liberación de los presos de Gdeim Iziz.

La situación en la antigua colonia española es de alta tensión desde que el 13 de octubre fuerzas armadas marroquíes penetraran en el paso de Guerguerat, zona fronteriza que separa Mauritania de los territorios que el Ejército marroquí ocupa desde 1975, para desalojar a un nutrido grupo de saharauis que habían acampado con el fin de interrumpir un tránsito de mercancías que el Frente Polisario denuncia como ilegal.

El secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, aseguró que suponía una violación del alto el fuego y consideró rota la tregua firmada en 1991.