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Bruselas

Ofensiva diplomática de Occidente contra China apelando a los derechos de los uigures

La UE, EEUU y Gran Bretaña han impuesto, de forma coordinada, sanciones contra altos funcionarios chinos a los que acusan, entre otras cosas, de perseguir a cientos de miles de personas en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang por razón de su etnia o religión. Pekín rechaza las «mentiras».

Los ministros de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y de China, Wang Yi, se han reunido este lunes en la ciudad china de Guilin. (AFP)
Los ministros de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y de China, Wang Yi, se han reunido este lunes en la ciudad china de Guilin. (AFP)

La Unión Europea ha decidido este lunes imponer medidas restrictivas contra cuatro altos funcionarios chinos a quienes acusa de violar los derechos humanos por el trato a la población de confesión musulmana en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang.

Se trata de las primeras sanciones europeas contra China desde la masacre de Tiananmen, ocurrida el 4 de julio de 1989, y están motivadas, entre otras razones, por las «detenciones arbitrarias a gran escala» de personas de etnia uigur.

En Sinkiang, también conocida como Turquestán Oriental y como Xinjiang, viven cerca de 20 millones de personas, de las que casi la mitad son uigures.

Presuntos responsables de «graves violaciones»

Entre los cuatro sancionados figura el vicepresidente del Gobierno Popular de la Región de Sinkiang, Mingguo Chen, como «responsable de graves violaciones de los derechos humanos», en particular «las detenciones arbitrarias y el trato degradante infligido a los uigures y personas de otras minorías étnicas musulmanas».

También está el que fuera secretario del comité de Asuntos Políticos y Jurídicos de Xinjiang Zhu Hailun, a quien se considera «arquitecto» del programa de vigilancia, detención y adoctrinamiento a gran escala de los uigures; así como su sucesor, Wang Mingshan.

Las medidas restrictivas consisten en la prohibición a estas personas de entrar en el territorio de la UE, y en la congelación de los bienes y activos que tengan aquí.

Las sanciones se engloban dentro de un paquete de medidas más amplio adoptado hoy contra once personas y cuatro entidades responsables de «graves violaciones y abusos de los derechos humanos» en China, Rusia, Corea del Norte, Libia, Sudán del Sur y Eritrea.

Esta decisión, adoptada por los ministros de Exteriores de los Veintisiete reunidos este lunes en Bruselas, muestra «la firme determinación de la UE de defender los derechos humanos y emprender acciones tangibles contra los responsables de violaciones y abusos», según se indica en la nota difundida tras el encuentro.

La primera reacción de China

En represalia a la iniciativa de Bruselas, el Gobierno de China ha anunciado sanciones contra diez políticos y cuatro entidades de la UE.

Pekín considera que las acusaciones están basadas en «mentiras y desinformación» sobre la situación en Sinkiang. El Ministerio de Exteriores ha afirmado que la UE «distorsiona hechos, interfiere gravemente en los asuntos internos de China, viola de forma flagrante el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, y perjudica gravemente las relaciones (bilaterales)».

Apelando a «la soberanía nacional, la seguridad y los intereses en materia de desarrollo», China ha incluido en su lista negra a una serie de políticos de la UE, entre los que figuran los eurodiputados alemanes Reinhard Butikofer y Michael Gahler, el francés Raphaël Glucksmann, el búlgaro Ilhan Kyuchyuk y la eslovaca Miriam Lexmann.

La respuesta china ha sido calificada de «inaceptable» y «lamentable» por el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, en la rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de Exteriores en las que se aprobaron las sanciones contra Pekín. 

«Una respuesta transatlántica»

Las actuaciones diplomáticas contra Pekín han llegado también desde Washington, Ottawa y Londres, en una operación coordinada con Bruselas.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha señalado que «China sigue perpetrando un genocidio y crímenes contra la humanidad en Xinjiang».

Blinken ha destacado el carácter multilateral de las sanciones: «Una respuesta transatlántica unida envía un mensaje potente a quienes violan o incumplen los derechos humanos internacionales». La Casa Blanca ha aprobado este lunes sanciones contra dos altos cargos chinos. 

El Gobierno británico, por su parte, ha justificado sus sanciones por el «perturbador programa de represión» en Xinjiang, en palabras de su ministro de Exteriores, Dominic Raab.

Y Canadá ha hecho alusión a la «detención arbitraria de más de un millón de uigures y otras minorías étnicas musulmanas por su religión y etnia».

Mientras tanto, China y Rusia estrechan lazos

Esta ofensiva diplomática occidental ha coincidido con la vista a China del jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, quien se ha reunido con su homólogo chino, Wang Yi.

En una entrevista con medios chinos, Lavrov ha señalado que considera «poco inteligente» la política de sanciones de la UE y, en particular, las medidas adoptadas contra Rusia y China.

Ha indicado que este tipo de castigos terminan teniendo efectos colaterales contra países y colectivos vulnerables en un momento clave como es la pandemia de Covid-19.

«Lamentablemente, algunos países occidentales, liderados por Estados Unidos, están intentando obstruir el establecimiento de un mundo democrático multipolar, intentando mantener a toda costa su dominio en la política y la economía globales», ha añadido Lavrov.

Al mismo tiempo, ha defendido el diálogo «respetuoso» entre Moscú y Pekín como un ejemplo a seguir para otros países.