Iker Fidalgo
Crítico de arte

Inventar la manera

Los traumas son choques emocionales de alta intensidad que provocan secuelas de forma duradera. La situación mundial que comenzó hace algo más de un año, ha supuesto la imposición de un cambio social que ha cambiado en muchos aspectos el transcurso de nuestra realidad. La cultura como una construcción colectiva, se ve afectada por cualquier tipo de nuevo rumbo que la sociedad asuma. Tragedias de esta índole se viven de diferentes maneras y a distintos niveles, pero aun y todo, todas las facetas de nuestra vida se han visto innegablemente alteradas. Estas etapas también hacen tambalear nuestros sistemas de valores. Aquello que creíamos estable ya no lo es y aquello que siempre era pospuesto, cobra ahora un sentido de necesidad y casi de urgencia.

La creación artística es un lenguaje, un lugar desde el que plantear preguntas y proponer espacios para la imaginación. En el arte contemporáneo la exposición sigue siendo el dispositivo habitual para la muestra de trabajos. En un momento en el que lo presencial y la interrelación física está en proceso de redefinición, quizás debamos replantearnos las maneras de mostrar el arte al público. Mientras se abre la veda del online en instituciones, centros y galerías de toda disciplina, la mediación público-obra se debilita según los métodos de siempre.

El objeto artístico adquiere ahora otra capa más de narración, pues cuenta no solo desde su lugar, sino como parte de un proceso de readaptación. La salida de este estado social será gradual y habrá cosas que nunca volverán a ser igual. La duda es si seremos capaces de aprovechar la situación y saber reformularnos tras este largo impasse.

A mediados de marzo se inauguró en el Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz uno de los proyectos que resultaron seleccionados el pasado 2020 como parte de la habitual convocatoria anual de proyectos artísticos que lleva a cabo cada año la institución alavesa. ‘Impossible translations’ es el título de la propuesta presentada por Alberto Lomas (Gasteiz, 1967) en colaboración con Amaia Vicente (Bilbo, 1976), junto con quien compone el colectivo V.A.L.A. El depósito de aguas, uno de los lugares más característicos de la ciudad, es el escenario del proyecto. Una arquitectura de gran personalidad que no resulta nada fácil para el diseño expositivo. En esta ocasión el proyecto de Lomas y Vicente engarza de manera acertada con el espacio físico. En la sala encontramos una alfombra roja que, a modo de pasarela, nos evoca los protocolos de bienvenida habituales de las estrellas y personalidades. Nuestro paseo nos sitúa inevitablemente como si fuéramos el centro de atención, imponiendo en cada visitante un protagonismo poco habitual. La alfombra se presenta rodeada de concertinas que en una segunda mirada dejan entrever palabras y conceptos que se nos hacen reconocibles. A medida que avanzamos comenzamos a escuchar voces que en diferentes idiomas nos interpelan directamente. Abrazando el espacio, unas grandes superficies plásticas a modo de pantalla, con palabras sobreimpresas que se disuelven chorreantes y permanecen gracias a proyecciones. La instalación nos coloca en el espacio de la diferencia y del señalamiento. De la hostilidad de llegar a un espacio al que no pertenecemos y de cuestionamiento sobre los choques culturales que atenazan y condicionan nuestra manera de conocernos. Podrá visitarse hasta el próximo 9 de mayo.

Irudika es el nombre del encuentro internacional dedicado al mundo de la ilustración profesional que inició su andadura en 2017. El centro de exposiciones de la Fundación Vital de Vitoria-Gasteiz alberga hasta el 2 de mayo la exposición que reúne los trabajos de las residencias realizadas el pasado 2020 y la colaboración resultante de la edición de 2021. Las piezas de Araiz Mesanza y Raquel Meyers junto con las de Miguel Ramal y Sabrina Pérez habitan la sala de la capital alavesa.