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Rabat advierte a Madrid de que lo que reclama es un apoyo claro a la ocupación del Sahara

Marruecos ha advertido al Gobierno español de que la crisis entre ambos estados va más allá de la acogida al presidente de la RASD, Brahim Ghali, y reclama un posicionamiento contundente a favor de la ocupación del Sahara. Para sustentar su exigencia ha formulado un paralelismo con el caso catalán.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su visita a Ceuta el pasado 18 de mayo. (Antonio SEMPERE/AFP)
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su visita a Ceuta el pasado 18 de mayo. (Antonio SEMPERE/AFP)

Marruecos ha dejado claro al Estado español que la crisis diplomática no tiene que ver con el control de la migración, ni siquiera con la acogida al presidente de la RASD, Brahim Ghali, hospitalizado en La Rioja, y que irritó al régimen marroquí. Rabat ha señalado que lo que quiere del Gobierno español es un posicionamiento claro y contundente a favor de la ocupación del Sahara Occidental.

Y como ejemplo de lo que reclama ha planteado su respaldo a la «unidad nacional» española en el caso de Catalunya.

En una declaración leída como respuesta a las palabras previas del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el Ministerio de Exteriores marroquí ha señalado que lo que Marruecos espera de Madrid es «una aclaración sin ambigüedades de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones» sobre la cuestión del Sahara, y ha pedido que el Estado español trate la cuestión del Sahara del mismo modo que Marruecos hizo con la cuestión catalana: sin optar por la neutralidad y poniéndose del lado de la integridad territorial del vecino.

Confianza mutua rota

A juicio de Rabat, el llamado caso Ghali «ha revelado la connivencia de nuestro vecino del norte con los adversarios del Reino para socavar la integridad territorial (así como) las actitudes hostiles y las estrategias perjudiciales de España hacia la cuestión del Sahara».

«La crisis no se limita a un hombre. No comienza con su llegada ni terminará con su partida. Se trata ante todo de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España», ha añadido.

Catalunya como ejemplo

«Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte», ha indicado el Ministerio que ha revelado que, a petición del Gobierno español modificó su programa para no recibir a una delegación económica catalana en 2012 y rechazó otra visita de un líder independentista en 2017.

«¿Cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí? (...) ¿Si hubiera sido recibido pública y oficialmente por su aliado estratégico, su importante socio comercial y su vecino más cercano al sur?», se pregunta el Ministerio.

Además, ha respondido a Sánchez que la crisis «no está ligada a la cuestión migratoria». El presidente español había dicho previamente que «no es inadmisible que un gobierno diga que se atacan las fronteras, que se abren para que entren diez mil en un país vecino, por desavenencias y discrepancias en política exterior».

«Ninguna de las últimas declaraciones de responsables diplomáticos marroquíes evocan de ningún modo la cuestión migratoria», ha agregado.