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Una Italia camino de pulverizar sus récords pide paso en la primera jornada de los octavos

Italia, que solo ha ganado en la edición de 1968, se mide en octavos de final a una inexperimentada Austria (21.00), mientras que Gales y Dinamarca protagonizarán un duelo con incierto vencedor (18.00).

Roberto Mancini le ha dado otro aire a una Italia hasta ahora invencible. (Andreas SOLARO/AFP)
Roberto Mancini le ha dado otro aire a una Italia hasta ahora invencible. (Andreas SOLARO/AFP)

Junto a Bélgica y Holanda, Italia cuenta sus partidos por victorias en esta Eurocopa, y es ahora cuando debe hacer valer su increíble racha de triunfos, que sumarían la docena –además sin encajar– si consigue superar a la poco experimentada Austria (Wembley, 21.00, Telecinco).

La Azzurra podría sellar asimismo un récord absoluto de encuentros imbatida, nada menos que 31. Para ello, los pupilos de Roberto Mancini deberán darle continuidad a su solidez tanto desde el plano defensivo como en ataque.

Las bajas de algunos de sus futbolistas tocados obligará al técnico de Iesi a sustituir a Fiorenzi y Chiellini por Di Lorenzo y Acerbi, respectivamente. Del mismo modo, podría seguir dosificando a Verratti –un mes de baja por una lesión en el ligamento de su rodilla derecha– y manteniendo en la medular a un Locatelli que le está dando un gran rendimiento y poderío físico en la sala de máquinas.

Con bastante menor presión, Austria ejercerá el papel de víctima dispuesta a convertirse en verdugo si se da el caso. De hecho, será la primera vez que el conjunto centroeuropeo dispute una eliminatoria de octavos de la Eurocopa. Y está por ver si mantendrá el mismo corte ofensivo que planteó ante Ucrania, con un 4-2-3-1 en el que Alaba se halla más liberado en banda.

Su técnico, Franco Foda, cuenta con la baja de Valentino Lazaro y una de sus dudas principales es si mantendrá a Arnautovic en punta –sería la opción más factible a la vista de la importancia del choque– o sustituye al polémico atacante dando entrada a Kalajdzic.

Posibles revelaciones

Bastante más igualado se presenta a priori el envite entre Gales y Dinamarca –Johan Cruyff Arena, 18.00, Cuatro–, dos conjuntos dispuestos a repetir su condición de revelaciones, como ya hicieran los galeses en la anterior edición, alcanzando las semifinales, o los daneses quedando campeones en la de 1992, tras ser llamados en el último momento a participar.

Mantener la conexión entre sus dos grandes estrellas –Bale y Ramsey–, así como conservar la disciplina defensiva, será crucial  para los intereses de los primeros. Su entrenador, Rob Page, insistirá en el bloque que le ha permitido superar la fase de grupos, pero no podrá contar con Ampadu, expulsado en el Olímpico de Roma ante Italia.

Dinamarca no estará sola en tierras neerlandesas, pues casi 4.000 hinchas se desplazarán hasta Amsterdam. De la inspiración de Damsgaard –ha cogido el testigo de Eriksen– y el cambio a una línea de cinco pueden depender las opciones nórdicas de plantarse en cuartos ante Países Bajos o la República Checa.

Urkullu ve mayor retorno económico

En respuesta a una pregunta parlamentaria, el lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, ha considerado que habrá un mayor retorno económico en las dos finales europeas que se disputarán en San Mamés en 2024 y 2025, que si se hubiera jugado la Eurocopa.

Así, ha comparado las estimaciones de asistencia de ambas finales, «en las que podrían acudir más de 100.000 personas», con las 36.000 que han estado presentes en los encuentros disputados en el estadio de La Cartuja de Sevilla.

Ha calificado de «satisfactorio» el acuerdo alcanzado con la UEFA y defendido los criterios sanitarios aplicados para renunciar a la Eurocopa. Le ha espetado a la parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, que «es curioso que siempre apele al criterio científico de los expertos, menos en este caso, en el que la selección española debería haber jugado en Bilbao».