
La crisis sanitaria desatada en Nafarroa por los contagios masivos en los viajes a Salou continúa agravándose. El Gobierno está siendo algo esquivo a la hora de ofrecer las cifras de contagios, agarrándose a que los cribados «están sin cerrarse de manera definitiva». Por de pronto, en las pruebas del sábado se reconocieron 355 casos y los cribados, que continuaron el domingo, seguirán a lo largo del lunes.
La explosión de casos –se trata de cifras diez veces más altas a las registradas hace un par de semanas– está muy centralizada en este macrofoco de Salou. Así se desprende de que el 88% de los casos diagnosticados tenga entre 15 y 29 años, siendo la media de edad de los contagiados 20,7.
El gigantesco brote (si es que se le puede denominar así) genera dos problemas diferentes: aislar a los que llegan y buscar a quienes no se detectó en su momento.
Cuatro horas en el bus
Un buen número de estos jóvenes están siendo cribados a pie de autobús, mediante un dispositivo especial. Así que, conforme retornan, se les aísla si dan positivo.
De Salou a Iruñea hay cuatro horas de viaje y las tasas de positividad en los cribados nada más bajar del autobús son altísimas, del 21%. Por tanto, es muy posible que, buena parte de estos jóvenes que no han dado positivo desarrollen la enfermedad en próximos días por las propias condiciones del viaje de vuelta.
Con los autobuses que tienen su llegada prevista a lo largo de lunes y martes se procederá de este modo, esperándoles en la estación, para evitar que puedan tener contacto con terceras personas y propagar la enfermedad.
Estos autobuses de próxima llegada, sin embargo, parecen el menor de los problemas. No todos los jóvenes que han regresado de estos viajes de estudios han podido ser detectados nada más bajar del autobús.
Los primeros desembarcos desde la citada localidad costera tuvieron lugar el pasado 25 de junio, por lo que parte de estos jóvenes sí han podido diseminar el virus en su entorno cercano. Para controlar estos focos secundarios, cuya importancia no se ha cuantificado, el sábado se hicieron pruebas en puntos de cribado tanto en el Forem como en el Hospital de Tutera, que seguirán activos la tarde de este lunes.
La cepa india ya es hegemónica
Esta explosión de casos ha supuesto, además, el empujón que necesitaba la cepa india para convertirse en la variante hegemónica en el herrialde. Tres de cada cuatro casos ya pertenecen a esta cepa.
La situación resulta, sin duda, grave. En la nota emitida ayer por el Gobierno se indica que incluso los jóvenes que den negativo y no entren en cuarentena tendrán que «mantener una serie de medidas de prevención que, sin llegar a ser aislamiento, resultan muy estrictas».
Según especificaron, «deberán estar atentas a la aparición de cualquier síntoma sugestivo de covid-19; tendrán que evitar el contacto con población vulnerable o con población no vacunada o solo parcialmente; evitarán asistir a eventos en los que puedan producirse aglomeraciones; y deberán usar mascarilla cuando se relacionen con otras personas». A los siete días se les volverá a realizar una prueba PCR.
Además de todo lo anterior, no se puede soslayar que Salud no se esperaba un brote tan importante como este. Hace solo días que el Gobierno fijó cuáles habían de ser las medidas a seguir para todo el mes de julio. No se pensaba revisar la normativa hasta el día 28.
En consonancia con esta relajación, también se habían finalizado contratos de personal de rastreo y equipos específicos contra el covid. Salud creía que la epidemia, si no estaba ya en declive absoluto, al menos sí estaba concediendo una tregua en el arranque del verano.
El precedente del verano del año pasado
Ahora todo ha cambiado. De la evolución del brote y la forma en la que se ataje dependerá el marco normativo para el verano. Y la decisión debe tomarse pronto, porque al Gobierno se le echa el tiempo encima. Esta semana arrancarían ya los sanfermines, que lógicamente este verano se han vuelto a anular.
Sin embargo, el año pasado no se consiguieron frenar los incumplimientos en los «no-sanfermines» y, muy probablemente, esos excesos marcaron la mala evolución epidémica de Nafarroa de julio y agosto con respecto a otros territorios del Estado.
Cabe recordar que las cuarentenas para las cepas preocupantes, como es el caso de la india, vuelven a ser de 14 días, por lo que ser un contacto estrecho de un contagiado puede suponer arruinarse las vacaciones ya contratadas.
En cuanto a las vacunaciones, que es lo único que frena la expansión del virus, el Gobierno navarro decidió la semana pasada adelantar la segunda dosis de la franja de edad de 60-69 años a los que se administró AstraZeneca.
Actualmente, la vacunación está poniendo segundas dosis en 40-50 años y la primera en 30-40. La previsión es que con el colectivo 20-30 se comience la segunda quincena de julio. Del mismo modo, se están activando repescas y llamando a las personas que ya deberían estar vacunadas y que, por el motivo que fuere, no acudieron a la cita.

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