
Eneko Etxeberria solo acepta conversar sobre el documental ‘Bolante baten historia” tomando un café. Y es entendible, pues supone hablar de su hermano mayor, José Miguel, ‘Naparra’, desaparecido hace 41 años, de su dolor personal y del de su familia. Supone hablar de su madre, Celes, que murió mientras el documental se estaba grabando.
«Me ha tocado hablar de mi hermano por teléfono, para entrar en radios y demás, pero siempre porque no quedaba otro remedio. Prefiero así, cara a cara», explica Eneko mientras aparta la silla y se ofrece a ir él a la barra a por el cortado.
«¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué dejaste que una cámara entrara tan adentro de tu casa, hasta en los cumpleaños de tu madre, y grabara vuestra intimidad?», es la pregunta obligada, la que cae antes del primer sorbo al café. Eneko cuenta que fue por confianza en Iñaki Alforja e Iban Toledo, los codirectores de “Bolante baten historia”, que se estrena hoy en Zinemaldia. Pero, evidentemente, no solo por eso.
«Esto es una lucha de muchos años, una lucha por la memoria. Decidí aprovechar esta oportunidad para que quedara constancia. Y he acabado arrastrando a mi familia, a mi casa. No somos únicos. El documental va a hacer que mucha gente se vea representada por haber sido víctimas de un mismo tipo de violencia», explica Eneko.
Su hermano José Miguel militaba en una organización armada, los Comandos Autónomos, y estaba oculto en Iparralde cuando alguien forzó su desaparición hace 41 años. La pista más sólida apunta a los servicios de Inteligencia del Estado español, a Cherid y la guerra sucia.
En 2015, un agente secreto español, que decía ser mando de la Guardia Civil arrepentido, dio indicaciones muy concretas del lugar donde presuntamente se enterró a Naparra: un puente entre Labrit y Brocas, en las Landas, a determinada distancia de un árbol con forma particular.
Con esa descripción cuadraban dos posibles escenarios, según el forense Paco Etxeberria. El Estado francés buscó palmo por palmo sin éxito, pero tan solo en uno de ellos. Las cámaras de ‘Bolante baten historia’ estaban ahí, capturando una terrible decepción.
Este es uno de los puntos fuertes del documental, pues no se limita hurgar en una herida vieja sin cicatriz posible, sino que las cámaras van a captar elementos claves de la búsqueda, como la excavación en las Landas o la intervención de Eneko ante Naciones Unidas.
«Imagínate qué pasé yo camino de casa desde las Landas. Mi madre no pudo venir, porque tenía ya 85 años. ¿Cómo le cuento que no lo hemos encontrado, que su hijo no estaba allí? Cuando salgo en el documental prometiendo a mi madre para su cumpleaños que José Miguel iba a estar en casa el año que viene, se lo digo porque de verdad lo creíamos», confiesa Eneko.
Desapariciones forzadas
«No es nada fácil tener una cámara a medio metro de la cara. Un actor puede estar acostumbrado, una persona de la calle, desde luego, no», comenta Iban Toledo, codirector del documental, que está muy agradecido a la familia por su entrega.
A Toledo le atrajo la historia de ‘Naparra’ –y la de su familia– porque trata un dolor íntimo y, a su vez, un drama universal: el de las desapariciones forzadas.
«El relator de la ONU explica muy bien qué es lo que ocurre en un caso así. Los derechos humanos son inalienables de la persona y no pueden ser vulnerados aunque fuera militante de una organización armada. Ni la guerra justifica hacer desaparecer a nadie. En el documental retratamos a la persona que fue ‘Naparra’, porque los derechos que se le vulneraron fue en tanto que persona», dice Toledo.
Por su parte, Iñaki Alforja, el otro director del documental, confiesa que el anhelo final de su trabajo es ayudar a dar con el paradero de José Miguel. «Siempre sueñas con eso. Que alguien vea el documental y recuerde que vio algo, que le contaron algo. Sé que será difícil, pero con testigos así hemos sacado a los republicanos de las cunetas».
Eneko, al despedirse, confiesa una última cosa: «A ver cómo lo pones, que no quiero que el festival se enfade. Que mi historia acabe en Zinemaldia es algo accidental. Es la hostia y todo eso, pero no mi objetivo. Yo quiero encontrar a mi hermano».
De este modo, casi por accidente, ‘Bolante baten historia’ competirá de forma oficial por el Premio Irizar al Cine Vasco.

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