Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
DESDE LA BUTACA

¿Volverá a sonar el olifante de Roland en Orreaga?

Fotograma de ‘Irati’.
Fotograma de ‘Irati’.

La cinematografía vasca se autodebía un reto mayúsculo como el que nos propondrá Paul Urkijo en su nuevo largometraje ‘Irati’.

El pasado 19 de setiembre, este joven cineasta gasteiztarra que nos sedujo y fascinó con su ópera prima ‘Errementari’ se calzó las espuelas, caló el yelmo y, secundado por una punta de lanza integrada por Eneko Sagardoy, Itziar Ituño y Edurne Azkarate, lanzó un guante que no requería de respuesta, ni justa cuando proclamó que su película será algo nunca antes visto en el cine vasco. Lo soltó así, directo y sin titubear a la hora de enfilar su caballo ante semejante reto.

La batalla de Orreaga siempre ha merecido una película y es realmente curioso que una afrenta como la que soportó la todopoderosa armada carolingia en el Anno Domini 778 no haya inspirado un poema visual acorde a los versos que el bardo de Orio plasmó en ‘Altabizkarko kantua’.

En realidad, Urkijo no se centra en lo acontecido en Orreaga, sino en las consecuencias reimaginadas de una batalla y que tiene que ver con una tumba, un tesoro y la cosmovisión vasca gobernada por Mari.

No obstante, estoy convencido que en el metraje de la que quiere ser la historia épica jamás filmada en Euskal Herria nos devolverá esa secuencia que siempre hemos imaginado en la retaguardia del ejército de Carlomagno cuando, de imprevisto, los vascones cayeron sobre la élite militar del emperador franco.

La sola idea de poder ser filmado este episodio nos descubriría un escenario de caos y sangre, con la imagen de los capitanes francos Eginhard, Anselme, Ollivier y el arzobispo Turpin atravesados por flechas, lanzas y espadas.

Una sinfonía de horror en la que el primer paladín y sobrino de Carlomagno, Roland, rompió su espada ‘Durandarte’ e hizo sonar en su agonía el olifante.

Devueltos a la realidad, aguardamos con impaciencia el resultado de una superproducción que también incluye entre sus referencia el sobresaliente cómic de Jon Muñoz, Joxean Muñoz y Juan Luis Landa ‘El ciclo de Irati’, cuya trama se escenifica en los oscuros tiempos de Abderramán y Carlomagno, en un remoto lugar del Pirineo occidental.

En este enclave de bosques y montañas, sus ancestrales pobladores se debaten entre algo que cambiara para siempre sus vidas: la llegada casi simultánea de dos religiones venidas de Oriente, chocando con la realidad de su mundo en el que conviven diariamente con la magia y la brujería.

En este extraño mundo, Irati, hija de una lamia y de un guerrero montañés, conoce a Eneko, nieto del caudillo Jimeno ‘El fuerte’, y ambos comparten un destino que parece estar escrito.

A falta del olifante de Roland, nos quedamos con otro sonido no menos sugerente: el primer sonido de claqueta de ‘Irati’.