Ramón Sola

Miles de personas abren camino a los presos vascos de la mano de líderes catalanes

Una potente manifestación organizada por Sare recorre Donostia para reclamar que las cárceles se vayan vaciando, en un contexto facilitado por el décimo aniversario de Aiete, que se ha traducido en una participación vasca muy plural y con gran apoyo añadido desde Catalunya.

‘Ibilian ibilian etxerako bidean’ es la propuesta lanzada por Sare antes del verano y que este sábado ha encontrado una gran adhesión en Donostia. Miles de personas caminan juntas desde el túnel del Antiguo hacia el centro de la ciudad reclamando soluciones para que las personas presas vuelvan a casa.

En esta línea se denuncian obstáculos al cumplimiento de la legalidad como los que está planteando la Audiencia Nacional frente a decisiones de la Administración penitenciaria.

De ese camino a casa dan prueba en carne propia los líderes del «procés» catalán que salieron de prisión tras los indultos del Gobierno español. A la capital guipuzcoana se han desplazado para expresar su solidaridad con esta causa vasca cinco dirigentes políticos de máximo nivel: Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Josep Rull y Raül Romeva. Han posado antes de la movilización en el mirador semicircular sobre la bahía en el que el escultor Eduardo Chillida homenajeó al descubridor de la penicilina, Alexander Fleming. Y han sido saludados luego por muchos participantes en la marcha que les han agradecido su aportación.

En declaraciones a los medios, Junqueras ha aplaudido la «valiente declaración» de EH Bildu y Sortu el pasado lunes en Aiete. Rull, por su parte, ha señalado que han venido «a agradecer las toneladas de solidaridad que hemos recibido y a pedir generosidad al Estado con los presos vascos».

Con todo, es en la participación política y sindical vasca donde está otra principal noticia de la convocatoria, puesto que se ha conseguido una pluralidad que no se repetía desde la manifestación de enero de 2014 en Bilbo «por los derechos humanos». Entonces tuvo carácter coyuntural, después de que la Audiencia Nacional prohibiera una primera convocatoria en favor de las personas presas de Tantaz Tanta, a la que definió como sucesora de la suspendida Herrira. En aquel tiempo Sare ni siquiera existía.

Los organizadores han cifrado la asistencia a la protesta en 25.000 personas, según han publicado en redes sociales. 

Así, entre los participantes ha habido delegaciones de EH Bildu, PNV y Podemos, además de todos los principales sindicatos a excepción de CCOO.

El independentismo de izquierdas ha estado representado al máximo nivel: Arnaldo Otegi, Maddalen Iriarte, Julen Arzuaga, Mertxe Aizpurua, Arkaitz Rodríguez. Por parte del PNV, los presentes han sido Xavier Ezeizabarrena, presidente de las Juntas de Gipuzkoa, e Irune Berasaluze, parlamentaria en Gasteiz, quien ha destacado la reciente transferencia de la competencia de prisiones, considerando que «ayudará a la resocialización» de los presos y presas políticas, y a que «hagan una revisión crítica de su pasado». Por parte de Podemos Ahal Dugu, se han acercado Maite Gartzia y Aitzole Araneta, concejala de la formación en Donostia.

En cuanto a los sindicatos, han participado en la manifestación Igor Arroyo, por parte de LAB, y Amaia Muñoa, de ELA.

Desde Etxerat, también presente en la manifestación, Patricia Vélez ha reclamado que a los presos «se les aplique una ley penitenciaria normal», fuera de la excepción, de manera que «puedan hacer el recorrido jurídico».

La movilización ya ha sido convocada por Sare otros años en estas fechas, un contexto otoñal y de aceleración del curso político. Pero esta vez llega potenciada además por el reciente décimo aniversario de Aiete y el fin de la lucha armada de ETA, y con el viento a favor creado por la declaración de la izquierda independentista el pasado lunes. En los actos de la efeméride los representantes internacionales han remarcado que el problema de los presos sigue estando sobre la mesa. Y la declaración enunciada por Otegi y Rodríguez también alude a ello tras tender puentes hacia las víctimas de ETA.

Covite, presente

También ha estado presente en el inicio de la manifestación, a su manera, Covite. Varias personas han desplegado en su nombre dos pancartas sobre el túnel del Antiguo, con esloganes como "Asesinos presos" e "Hiltzaileak". Los manifestantes, que han seguido la marcha sin mayores contratiempos, han contestado con cánticos de "Hator, hator" y "Euskal Presoak Etxera".

El mensaje de Sare: «sin olvidar y sin odiar»

En el acto final de la marcha, Azkarraga y Aldeazabal han defendido que «los Derechos Humanos no pueden parcelarse y defender unos y obviar otros», y han animado a «volver a llenar las calles» el 8 de enero en Bilbao para «lanzar ese grito silencioso o ruidoso, diciendo que hay que terminar con la vulneración de derechos que sufren los presos vascos».

«Que nos oigan bien en aquellas instancias que tienen en sus manos poner fin a una política penitenciaria de excepción que dura ya muchas décadas y tanto sufrimiento ha causado a tanta y tanta gente», han proclamado.

Además, han exigido la aplicación de una «legislación de carácter ordinario, que impida cadenas perpetuas encubiertas; que posibilite la progresión de grados o los permisos penitenciarios a los que tienen derechos los presos vascos». Han recordado que con la aplicación de una política penitenciaria ordinaria, más de un tercio de estos presos y presas, hoy estarían en sus casas».

También han insistido en que la Administración de la CAV, con la gestión las prisiones en sus manos, tiene ahora «la posibilidad de desarrollar una política penitenciaria de carácter humanista, no represiva y que acerque a la reconstrucción de la convivencia, tras tantos años de confrontación y sufrimiento». Pero, han advertido también de que «esto solo será posible si entre todos somos capaces de dejar al margen confrontaciones estériles y buscar una solución justa al problema de las cárceles». 

Los portavoces de Sare han afirmado que están «para sumar», no para «hacer competencia a la actuación en el ámbito político», al tiempo que han asegurado que «es posible avanzar sin olvidar y sin odiar».

A continuación, han trasladado su «respeto a todas las víctimas de todas las violencias», y han defendido «la necesidad de que su dolor no sea utilizado por nadie, como arma política arrojadiza contra el contrario»

Según han manifestado, «todo ello es compatible el respeto a quienes han sufrido cualquiera de las violencias padecidas en nuestro pueblo, con la exigencia del respeto a los derechos que asisten a las personas privadas de libertad».