Un mensaje interno remitido a médicos y médicas de Debagoiena ha vuelto a dejar en evidencia la complicada situación que se vive en la Atención Primaria de Osakidetza, cuyas costuras están siendo sometidas a una gran presión desde el inicio de la pandemia sin que se hayan articulado medidas suficientes para reforzarlas.

En concreto, en el mensaje, al que ha tenido acceso NAIZ, se pide a los facultativos que «debido a la presión asistencial que tenemos» no soliciten «analíticas de seguimiento crónico hasta pasado Reyes».

Según se argumenta, cuando se realizan analíticas de este tipo «los pacientes solicitan posteriormente una cita telefónica o presencial para valorar los resultados y tenemos las agendas muy apretadas para lo que queda de año».

Este mensaje, que representa «el pan de cada día», en palabras de un profesional que lo ha recibido, coincide con las denuncias expuestas en las últimas semanas en las redes sociales sobre largas dilaciones a la hora de coger cita en Atención Primaria, que se suman a las críticas lanzadas desde hace tiempo por los sindicatos representados en Osakidetza, que han denunciado insistentemente la falta de personal y recursos en este ámbito de la atención sanitaria.

«La situación es insostenible»

De hecho, hace apenas una semana las centrales sindicales de la junta de personal de Atención Primaria de Araba lamentaron que los profesionales se están viendo desbordados y con nuevas cargas de trabajo, que hacen que, por ejemplo, en el caso de enfermería esté habiendo una lista de espera de unas dos semanas para atender a los pacientes.

Portavoces sindicales comparecieron ante los medios para denunciar que el personal de este servicio, que ya se encontraba «desbordado» antes de la pandemia, ahora con esta nueva ola de covid está «destrozado».

«La situación es insostenible, porque durante años se ha dejado morir la Atención Primaria y la política sanitaria de este gobierno ha apostado por un ‘hospitalcentrismo’ que hace que la sanidad sea más inaccesible, esté cada vez más privatizada y sea cada vez más inhumana», censuraron entonces.

Una situación cada vez más insostenible que, como muestra lo ocurrido en Debagoiena, sufren tanto los profesionales como los propios pacientes.