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Biden abandera en Georgia el cambio de reglas del Senado para aprobar su reforma electoral

El presidente de EEUU, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, han mostrado en Georgia su apoyo al cambio de las reglas del Senado para poder aprobar las leyes que protejan el derecho al voto de las minorías, amenazado en estados republicanos.

Joe Biden, en uno de los actos de Atlanta.
Joe Biden, en uno de los actos de Atlanta. (Jim WATSON | AFP)

En un viaje de fuerte simbolismo y carga polítifca, Joe Biden ha prometido este martes en Georgia hacer todo lo posible para proteger el ejercicio del derecho al voto de los afroamericanos, amenazado por los estados conservadores del sur del país.

Y entre lo que está dispuesto a hacer, ha dejado claro que apoya el cambio de las reglas del Senado, una fuerte apuesta política que rechazan de plano los republicanos.

Biden se ha mostardo favorable a este cambio «para evitar que una minoría de senadores bloquee» una reforma radical sobre los derechos de voto de las minorías. «Estoy cansado de guardar silencio» ante el bloqueo de dos proyectos de ley cruciales por parte de la oposición republicana, han indicado el presidente desde Atlanta, Georgia.

Biden sostiene que se trata de «un punto de inflexión en la historia estadounidense» y ha asegurado que «todos los miembros del Senado serán juzgado por la historia».

«No cederé. No temblaré. Defenderé su derecho a votar y nuestra democracia contra los enemigos nacionales y externos», ha afirmado.

Biden ha querido continuar el alegato en defensa de la democracia de la semana pasada en el aniversario del asalto al Capitolio que intentó anular el resultado electoral, y eligió Georgia para hacerlo, un estado emblemático de la lucha por los derechos civiles ayer y de la polarización política hoy.

Referencia a Luther King

El presidente, que tuvo el apoyo decisivo de la comunidad afroamericana en las elecciones, les promete completar la lucha de Martin Luther King.

Con la vicepresidenta, Kamala Harris, tenía previsto depositar en Atlanta una ofrenda en la tumba del icono de la lucha contra la discriminación racial y su esposa Coretta Scott King, antes de acudir a la iglesia baptista donde oficiaba.
Biden, que ha pospuesto su agenda social atascada en las disputas partidarias del Congreso, no puede permitirse un nuevo fracaso con el proyecto de legislación federal sobre derechos de voto.

Se trata de armonizar las condiciones de votación, desde la inscripción en los registros electorales hasta el recuento de los votos, pasando por el voto por correo o la verificación de la identidad.

Criterios que varios estados del sur, controlados por los republicanos, incluido Georgia, han ido regulando con docenas de leyes desde la derrota de Donald Trump en 2020, de forma que, en la práctica, dificultan el acceso a las urnas de los afroamericanos fortaleciendo el control de las autoridades locales, en general conservadoras, sobre la votación. Han endurecido los requisitos de identificación de los votantes, establecido obstáculos para votar por correo y reducido la cantidad de lugares de votación.

Un cambio clave en el Senado

En respuesta, Biden quiere que el Parlamento adopte dos leyes, la Ley de Avance de los Derechos de Derechos de Votación John Lewis –nombrada así en homenaje a un congresista  icono de los derechos civiles fallecido en 2020– y la Ley de Libertad de Voto. Y para conseguirlo está dispuesto a una modificación de las reglas del Senado para no verse de nuevo atrapado en las disputas del Congreso.

El cambio supone una apuesta política importante para Biden, senador durante más de treinta años, que hasta ahora había rechazad romper la regla que requiere que el Senado reúna una mayoría reforzada (60 votos) para votar la mayoría de los textos. Pero ahora es favorable a una mayoría simple como la que tienen los demócratas en el Senado (51 votos teniendo en cuenta el de la vicepresidenta frente a los 50 de los republicanos) para hacer entrar en vigor las leyes electorales.

Abandonar este umbral de los 60 votos irritará a la oposición conservadora, pero también a algunos demócratas, apegados a este enraizado sistema que se supone que promueve el consenso y la moderación.

Pero Biden, con la popularidad a la baja, no tiene tiempo para negociaciones. En pocos meses, puede perder su mayoría parlamentaria en las elecciones de medio mandato, en beneficio de los republicanos sobre los que Trump mantiene todavía  una enorme influencia.

Y para aprobar este cambio, el presidente debe sumar a todos los senadores demócratas sin excepciones, incluido el reacio  Joe Manchin, quien ya bloqueó el inmenso presupuesto de gastos sociales e insiste en llegar a acuerdos con los republicanos para cambiar el sistema.

Día festivo, flexibilidad de registro y permitir beber

Entre las medidas que recogen el proyecto de ley para facilitar el voto se encuentra declarar festivo el día de las elecciones, permitir que los votantes se registren el mismo día de las votación o admitir una amplia gama de documentos para identificarse a la hora de votar.

Al mismo tiempo, deshace restricciones adoptadas en varios estados republicanos desde la derrota de Donald Trump en las presidenciales, en particular una medida que en Georgia impide el reparto de bebidas o alimentos en la cola para votar. En las presidenciales, algunos votantes  tuvieron que esperar más de 10 horas bajo el bochornoso calor para depositar su voto. La medida afecta sobre todo afroamericanos, que a menudo viven en barrios con menos colegios electorales y deben desplazarse más lejos.

«No más fotos; queremos acciones, que aprueben la ley»

El cofundador de la organización para aumentar la participación electoral de los afroestadounidenses Black Voters Matter, Cliff Albright, y representantes de varios grupos de derechos electorales han instado al presidente, Joe Biden, y a la vicepresidenta, Kamala Harris, a quedarse en Washington si no tienen un plan claro para promover la legislación sobre derechos electorales.

«No necesitamos más sesiones fotográficas. Necesitamos acciones, y esa acción es en la forma de la Ley (de Avance) de los Derechos Electorales de John Lewis, así como la Ley de Libertad para Votar, y la necesitamos de inmediato», subrayó Albright. «Será una farsa si llegamos al día de Martin Luther King (17 de enero, festivo en EEUU) sin que hayan sido capaces de aprobar en el Senado la legislación de acceso al voto», ha añadido.