Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

El lujoso remake a todo color

‘EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS’
EEUU. 2021. 150’. Tít. Orig.: ‘Nightmare Alley’. Dtor.: Guillermo Del Toro. Guion: Kim Morgan y G. Del Toro, sobre la novela de William Lindsay Gresham. Prod.: B. Cooper, Guillermo Del Toro y J. Miles Dale. Int.: Bradley Cooper, Cate Blanchett, Toni Collette.

Cate Blanchett y Bardley Cooper como la sicóloga y el estafador.
Cate Blanchett y Bardley Cooper como la sicóloga y el estafador. (NAIZ)

En los comienzos de Guillermo Del Toro nunca llegué a pensar que el cineasta mexicano acabaría convirtiéndose en un revisionista del cine clásico al servicio de Hollywood. Ni siquiera el fracaso de ‘La cumbre Escarlata’ (2015) le hizo detenerse en su nuevo propósito, y su insistencia se vio recompensada con una lluvia de premios Óscar para ‘La forma del agua’ (2017).

Hay quien opina que ‘El callejón de las almas perdidas’ (2021) puede tener unos resultados mixtos, en vista de que se la ha pegado en la taquilla de los EEUU, pero que dicho descalabro comercial partiendo de una inversión irrecuperable de 60 millones de dólares, podría tener cierta compensación o recuperación gracias a los premios anuales, de repetirse su presencia en la cita con el tío Óscar.

Sinceramente, creo que no se lo merece, porque su trabajo empieza a ser un poco como el de Tim Burton, consistente en sacar brillo a viejas películas, para hacerlas más grandes, coloristas y espectaculares. Y, claro, el remake de Del Toro es mucho más lujoso que el original de Edmund Goulding, con la ventaja de que era en blanco y negro y el público actual no se va a molestar en verlo.

Queda la opinión cinéfila, cada vez menos influyente, así que la nueva adaptación de la novela de William Lindsay Gresham funcionará a través de su rutilante cartel con un reparto de campanillas encabezado por Bradley Cooper e inmejorables secundarios. No obstante, sobresale sobre el resto la actuación de Cate Blanchett, que incluso mejora la que Helen Walker hiciera en ‘El callejón de las almas perdidas’ (1947), al profundizar más en el personaje de la psicóloga, por ser más perverso, refinado e inteligente.

El resto se confía al diseño de producción de Tamara Deverell, que nos traslada a unos años 40 muy de atmósfera de novela negra con el exotismo de los ambientes de las ferias ambulantes como rasgo peculiar. En ese mundo de ilusionismo bajo las lonas se alimentan espejismos y engaños que ocultan al verdadero monstruo, que no es el que exhiben en plan circense, sino el que emana de la naturaleza humana más oscura y peligrosa, como la del protagonista.