Arriola, nacido en Sevilla en 1948, estudió Ciencias Económicas y Ciencias Políticas, empezó a trabajar con Aznar en 1989 como asesor personal y lo seguiría haciendo cuando llegó al Palacio de la Moncloa en 1996.

En 1998, después de que se firmara el pacto de Lizarra-Garazi entre las fuerzas abertzales y ETA decretara una tregua, Aznar nombró un equipo de tres personas para negociar con la organización armada.

Uno era Pedro Arriola, junto al periodista Javier Zarzalejos y a Ricardo Martí Fluxá, entonces número dos de Interior, ministerio dirigido por Jaime Mayor Oreja.

Esas reuniones coincidieron con el acercamiento de algunos presos y la referencia de Aznar al ‘Movimiento de Liberacion Nacional Vasco’. «No venimos a por la derrota de ETA», fue una de las cosas que dijeron los miembros del equipo gubernamental en esa mesa.

ETA solo tomó la temperatura del Ejecutivo de Madrid en esas conversaciones. En realidad Lizarra-Garazi no era un proceso de negociación con el Gobierno, sino más bien un proceso unilateral vasco.

Con Batasuna en Burgos

Hubo también una reunión de ese equipo con Batasuna en un chalet de Juarros (Burgos), revelada después por GARA. Por la formación independentista asistieron Arnaldo Otegi, Pernando Barrena, Rafa Díez Usabiaga e Iñigo Iruin. Fue la Guardia Civil la que les abrió paso hasta el lugar del encuentro.

Entre 2004 y 2008, Arriola formó parte del Comité de Dirección del PP, y el extesorero del partido Luis Bárcenas le atribuyó un centenar de los pagos que reseñó en la supuesta contabilidad en B de la formación.

Cuando el PP regresó al poder, en 2011, Mariano Rajoy siguió contando con los  servicios y asesoramiento de Arriola, sobre todo en materia demoscópica. Dejó de trabajar para el PP con la llegada de Pablo Casado a la presidencia del partido.