Fuerzas israelíes han matado este jueves a dos palestinos durante choques armados en el campo de refugiados de Jenín, en Cisjordania ocupada, tras una incursión del Ejército, que sigue actuando tras un ataque que el martes causó cinco muertos en Israel.

Los fallecidos son un menor de 17 años y un joven de 23, que murieron tras recibir disparos de fuerzas israelíes, según el Ministerio de Sanidad palestino. A su vez, nueve personas resultaron heridas por impactos de bala, algunas en estado crítico, concretó la agencia oficial de noticias palestina Wafa.

Por otro lado, un soldado israelí padeció heridas y fue evacuado al hospital, concretó el Ejército en un comunicado.

Según un portavoz castrense, tropas y Policía fronteriza entraron esta mañana a Jenín «para detener a varios sospechosos». Afirman que palestinos «abrieron fuego contra las tropas» y que estos se limitaron a responder, pero al parecer los únicos muertos y heridos son palestinos.

El Ejército ha estado llevando a cabo amplias operaciones desde ayer por la zona norte de Cisjordania, donde ha arrestado a varias personas sospechosas de tener algún tipo de vínculo con el ataque cometido este martes en la localidad israelí de Bnei Brak, donde un palestino de una aldea cercana a Jenín mató a cinco personas.

Entre la semana pasada y esta, Israel sufrió tres graves ataques en solo siete días que causaron un total de 11 fallecidos, lo que ha puesto al país en estado de alerta máxima a solo pocos días del inicio del mes sagrado musulmán de Ramadán (aquí, análisis de Dabid Lazkanoiturburu: ‘Palestinarren etsipenak ateak zabaldu diezaioke ISIS erakundeari’).

Las fuerzas de seguridad israelíes han desplegado una mayor cantidad de efectivos por toda la región. Esto incluye el refuerzo de la Policía con oficiales del Ejército, y el despliegue de múltiples batallones militares en puntos claves de Cisjordania y en la zona alrededor de la Franja de Gaza.