El Sanse cierra mañana la 36ª jornada visitando al Girona con la obligación de ganar. Una derrota no sentenciaría aún a los donostiarras pero complicaría al límite una situación que ya es suficientemente delicada. La victoria del Málaga en Leganés sitúa a los andaluces diez puntos por encima del filial txuriurdin, que también tiene al Amorebieta por delante –el próximo sábado visita el Reale Arena– y debe neutralizar esa diferencia en apenas siete jornadas.

A la situación de tensión más que comprensible que vive el equipo se le añaden dos problemas. El primero está en casa, más concretamente en la dinámica negativa en la que ha entrado precisamente cuando se había ilusionado con la remontada tras enlazar su mejor racha de la temporada. Pero desde la victoria ante el Sporting del pasado siete de marzo, el Sanse ha acumulado tropiezos: apenas ha sumado dos puntos de quince, gracias a sus empates en Ibiza y Burgos. La incapacidad resolutiva en las dos áreas sigue lastrando al equipo. Eso se une al rival, un Girona que pelea por objetivos muy diferentes pero que todavía debe asegurar –en caso de victoria ampliara a nueve puntos su colchón en play-off y reducirá a seis la desventaja respecto al ascenso directo– y que, pese a su tropiezo de la semana pasada en Zaragoza, atraviesa un momento dulce. Cinco victorias había enlazado hasta el tropiezo de La Romareda el equipo catalán que, además, se siente especialmente cómodo en su campo: ha ganado cuatro de sus cinco últimos partidos en Montilivi, de donde en todo 2022 sólo se han llevado puntos el Eibar, que ganó, y el Lugo, que empató.

Xabi Alonso no ha ocultado lo mucho que le gusta el Girona, uno de los equipos que «mejor juegan de la categoría» y del que ha «aprendido mucho» viendo y analizando su juego. También reconoce que la situación del Sanse no es buena, sobre todo porque no depende de sí mismo. Pero recuerda que la «deportividad, la competición y el orgullo» están por encima de los resultados, asegura que ve a sus futbolistas con ganas «de seguir compitiendo y haciendo bien las cosas» y además cree que su equipo está dando mejor «nivel fuera de casa» y en estadios complicados. «Ha habido ambientes muy bonitos como en Burgos, Ibiza, Oviedo...donde el nivel era muy alto y lo hicimos bien, mientras que en casa es donde hemos fallado más».

El técnico no podrá contar con Djouahra y Martín, que previsiblemente repetirán el primer equipo, ni con Pokorny, pero recupera a Zubiaurre y Sola. Míchel, por su parte, cuenta con las bajas de Terrats, Sarmiento, Ibrahima Kébé y Pablo Moreno y recupera a Borja García.

El técnico madrileño ha destacado que su equipo necesita ganar porque no tiene «margen de error ni por arriba ni por abajo, porque los dos rivales directos por abajo también aprietan». Advierte de que el Sanse «es un muy buen equipo», cuya situación »en la clasificación no es acorde con su rendimiento en el campo. En las áreas no ha acertado, ese es su problema, pero será un partido muy, muy muy difícil», ha asegurado.

GIRONA
Once inicial: Juan Carlos; Arnau, Santi Bueno, Bernardo, Juanpe, Jairo; Pol Lozano, Aleix García o Borja García; Álex Baena, Samu Sáiz; y Stuani.
Bajas:  Terrats, Sarmiento, Ibrahima Kébé y Pablo Moreno.

SANSE
Once inicial: Zubiaurre; Sola, González de Zárate, Clemente, Jonathan Gómez; Roberto López, Turrientes, Olasagasti; Alkain, Karrikaburu y Robert Navarro.
Bajas: Pokorny, Martín y Djouahra.

Árbitro: De la Fuente Ramos (Castilla y León).
Estadio: Montilivi.
Hora: 19.00 (Movistar+LaLiga).