«Finlandia debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora. Esperamos que los pasos a nivel nacional aún necesarios para tomar esta decisión se adopten rápidamente en los próximos días», han indicado el presidente, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin, en un comunicado conjunto.

Según Niinistö y Marin, la membresía en la OTAN fortalecería la seguridad de Finlandia y, a su vez, el país nórdico haría más fuerte a la alianza militar. 

Ambos mandatarios habían mantenido en secreto su postura hasta ahora para no influenciar el debate público sobre la OTAN, reactivado tras la invasión rusa de Ucrania. Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia.

«Hemos necesitado tiempo para que el Parlamento y toda la sociedad establezcan sus posiciones al respecto. También para establecer estrechos contactos internacionales con la OTAN y sus países miembros, así como con Suecia. Hemos querido darle a la discusión el espacio que requería», han señalado.

El visto bueno del presidente y de la primera ministra da un firme impulso al proceso de adhesión en Finlandia, ya que la política de seguridad y defensa es una competencia compartida por el presidente y el Ejecutivo.

Ahora solo falta que el resto del Gobierno de coalición y el Eduskunta (Parlamento) den su respaldo oficial para formalizar la solicitud de ingreso. Para este domingo Niinistö y Marin han anunciado una rueda de prensa en la que darán a conocer la decisión definitiva.

En Finlandia, con 5,5 millones de habitantes, el 76% de la población se muestra a favor de la adhesión a la OTAN, según un sondeo publicado el pasado lunes, el triple que antes de la guerra.