
Esperanza Casteleiro ha tomado este jueves posesión como directora del CNI teniendo en su bagaje como principal elemento su condición de «número dos» de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Se sabe oficialmente que anteriormente trabajó para el servicio de inteligencia español en Portugal o Cuba. Y es en este último enclave donde aparece una conexión muy directa con el conocido caso de Conrado Hernández, entonces delegado de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI.
Ocurrió en 2009 y nunca llegó a esclarecerse del todo, al igual que la condena impuesta posteriormente a Hernández. Se trataba del principal responsable de los negocios vascos en Cuba y en aquel año fue detenido cuando iba a tomar un avión para Bilbo, acusado de espionaje al régimen cubano, a todas luces para el Gobierno español. En concreto, se habría descubierto que pasó a las autoridades españolas grabaciones de unos encuentros privados con miembros del Gobierno cubano en una finca de recreo.
Según revela este jueves ‘El Salto’, tras aquella detención Esperanza Casteleiro «huyó de Cuba», por sus conexiones con Conrado Hernández, puesto que en realidad tanto la empleada de la Embajada como el delegado empresarial estarían trabajando para el CNI.
El asunto suscitó cierta polvareda diplomática entre los ejecutivos de La Habana y Madrid aunque pronto cayó en el olvido. Y salpicó indirectamente al Gobierno de Ibarretxe aunque no tenía relación alguna con la trama. De hecho, la elección de Conrado Hernández para esa responsabilidad en el SPRI ni siquiera había sido decisión suya, sino del Ejecutivo cubano.
‘El Salto’ añade además que Casteleiro es hija de un coronel de aviación galardonado por el régimen franquista con la Cruz del Mérito Naval. Lleva cuatro décadas trabajando para el CNI. Ingresó en el centro en el año 1983 y llegó a ser su secretaria general con Alberto Saiz como director.
Del Centro contra el Terrorismo
Secretaria de Estado de Defensa desde junio de 2020, Esperanza Casteleiro es una persona de amplia confianza de Robles, con la que llegó al Ministerio de Defensa como directora de gabinete.
Desde su ingreso en el CNI hasta el año 2018 ocupó diversos puestos en unidades centrales y del despliegue exterior (en Cuba y Portugal) siempre en el ámbito de la unteligencia.
El 28 de setiembre de 2004 fue nombrada secretaria general, cargo que desempeñó hasta junio de 2008. Desde el 2008 hasta 2014 ocupó nuevos destinos en unidades de Inteligencia en el exterior y, desde el 2014 hasta su llegada al Ministerio de Defensa de la mano de Margarita Robles, ocupaba la jefatura de la Unidad de Inteligencia del CNI en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado.

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