Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto
Entrevista
Madelen Urieta
Entrenadora de Kutxabank Araski

«Tenemos que encontrar esas piezas que conecten con la idea del ‘yo al servicio de nosotras’»

Lesiones, parones por el covid-19, jugadoras que no han funcionado, un grupo que se cae cuando vienen mal dadas. Kutxabank Araski ha encadenado su segundo año sin Copa ni play-offs, dando su peor cara en casa. La entrenadora de Amurrio analiza esta campaña previo a «resetear» y volver a la carga.

Madelen Urieta analiza la temporada 2021/22 de Kutxabank Araski.
Madelen Urieta analiza la temporada 2021/22 de Kutxabank Araski. (Raúl BOGAJO / FOKU)

Definitivamente, la vida después de la pandemia del covid-19 no es nada sencilla para Kutxabank Araski. Justo antes del parón de marzo de 2020, el cuadro gasteiztarra había alcanzado las semifinales de Copa, superando a Lointek Gernika Bizkaia en la prórroga en cuartos de final y cayendo ante Perfumerías Avenida en una semifinal mucho más apretada de lo que nadie se pudiera imaginar, al punto de que creérselo un poco más fue tal vez el principal requisito que debió cumplir aquel grupo.

Pero aquel bonito sueño se apagó con la llegada de la pandemia del coronavirus y aunque a trancas y barrancas, la vida ha seguido, incluso la vida deportiva de la Liga Endesa. En ese sentido, el caminar de Kutxabank Araski ha sido más bien gris, ya que el cuadro que entrena Madelen Urieta enlaza ya dos temporadas en las que, si bien ha garantizado la permanencia en la élite con cierta holgura, no ha podido clasificarse ni para la Copa ni para los play-offs por el título. Y para más inri, en esta campaña 2021/22 mostrando una falta de regularidad alarmante y, por si fuera poco, encajando una serie de dolorosas palizas, muchas de ellas en Mendizorrotza, que ha dejado de ser un fortín. Y ese es uno de los males que más mortifica a la entrenadora araskizale.

Con el paso del tiempo, ¿cómo hay que analizar esta campaña?

No voy a usar excusas en ningún momento, pero creo que ha sido un año muy duro para todos. El primer año de la pandemia sabíamos que iba a ser duro al ser algo novedoso pero en el segundo año, cuando parecía que todo iba a ir bien, no ha sido así. Entonces, a nivel mental, creíamos que iba a ser un año más fácil, empezando con poder llenar "Mendi" desde el principio, porque casi hasta febrero no ha podido haber gente. Con las situaciones de covid-19, el continuo "para-arranca", en un continuo goteo, a diferencia de otros equipos que han tenido sus casos todos de golpe, sin tener que andar cada semana con la incertidumbre de a ver qué sale en las pruebas...

Luego, además, hemos tenido muchos problemas de lesiones, donde hay que hacer autocrítica de qué no hemos hecho bien para que haya habido tantas lesiones, algunas de ellas evitables. Y a nivel deportivo, no hemos sido nada regulares no ya durante la temporada, sino durante el mismo partido; ha habido momentos muy buenos y otros desastrosos dentro del mismo partido. Y en mi caso, no he dado con la tecla para que no pase eso. Pero bueno, ahora toca seguir creciendo para ser lo más sólidas posible como club, que es lo más importante.

Es decir, que han salvado la categoría con holgura pero solo eso no basta.

A ver, somos ambiciosas y yo nunca empiezo la temporada diciendo que el objetivo es la permanencia; ni la Copa ni los play-offs... Mi objetivo es el siguiente entrenamiento porque el día de hoy siempre es el más importante, porque creo que es la única manera de crecer como equipo y como club.

Un dato: no han tenido balance positivo de victorias-derrotas ni una sola jornada.

No. Tuvimos una buena racha de partidos y hemos estado igualadas, pero el siguiente siempre nos ha tocado perderlo y bueno, esto es un aprendizaje continuo. Lo más positivo sigue siendo que estamos en la Liga Endesa un año más, que cada vez va a ser más caro porque cada vez hay equipos mejores, por lo que cada vez va a ser más difícil entrar en play-offs, en la Copa...

¿Habrá muchos cambios respecto de este año a la campaña que viene? (Después de realizarse esta entrevista, Kutxabank Araski ha confirmado que Tamara Seda y Bea Sánchez no seguirán, aparte de la retirada de Laura Pardo)

Sí. Tenemos una idea de la gente que queremos que siga aunque ahora mismo no pueda decir nombres ni números exactos. Evidentemente, no solo es decisión nuestra porque también compete a las jugadoras, pero sí es verdad que prevemos que habrá bastantes cambios.

«Sí creemos que estamos en un final de etapa y buscamos un poco de savia nueva y fresca»

¿Afrontan un cambio de ciclo?

No porque haya sido una mala temporada tiene que haber a la fuerza un cambio de ciclo. Es más, no siempre los cambios de ciclo vienen por malas temporadas, sino por todo lo contrario; a veces las jugadoras encuentran mejores opciones en otros clubes después de realizar una muy buena temporada. Por la identidad del club y por lo que queremos representar como entidad en la ciudad, nos ha faltado algo de algunas jugadoras y del equipo en global. Por eso, sí creemos que estamos en un final de etapa y buscamos un poco de savia nueva y fresca.

En esa falta de regularidad que subraya, ¿ha podido influir no haber podido contar casi nunca con las bases Izaskun García y María Asurmendi sanas?

Sin duda. Sobre todo en el inicio de la temporada ha sido una de las claves. Se lesiona Izaskun García, que es un poco la jugadopra que transmite en la pista esa intensidad, esa garra y no dar un balón por perdido que tanto hace que se identifiquen en ella las niñas de la cantera. Cuando se lesiona tu timón, o uno de ellos, como más tarde María, pues el equipo sufre porque tienes que cambiar un poco la identidad del equipo porque María e Izaskun a nivel de juego son totalmente diferentes. El equipo se ha amoldado mejor a Izaskun que a María, aunque esta es una grandísima directora de juego.

Sí es verdad que Arrate Agirre nos ha echado una mano porque Arrate es una jugadora un poco más parecida a Izaskun y nos ha permitido jugar con ese descaro. Y menos mal.

A propósito de Arrate Agirre. Su trabajo es de maestra de escuela; por tanto, ¿es miembro del primer equipo o no?

Arrate no está en el primer equipo. Es una jugadora de Primera Nacional –que en el momento de publicarse la entrevista, juega la fase de ascenso a la Liga Femenina 2–, aunque por nivel sería titular en todos los partidos del primer equipo.

En ese caso, ¿hablamos de una cuestión económica?

Es una cuestión de realidad. Ella tiene una estabilidad en su empleo como profesora y siente que en ese trabajo tiene más futuro que por el camino de ser jugadora profesional de baloncesto. Evidentemente, cuando ha estado en el primer equipo, ha sido remunerada y ha estado en condiciones económicas buenas. Asimismo, se le ha respetado en todo momento que no pudiera acudir a muchos entrenamientos porque tenía clase; intentamos ser flexibles para que ella pueda compatibilizar las dos cosas. Pero a nivel mental, físico y emocional, es muy duro trabajar tus ocho horas y luego venir a entrenar. No es fácil. Intentamos que ella pueda estar lo que ella quiera y pueda, realmente, y nosotros nos aprovechamos de ello.

En ese sentido, a nuestras jugadoras gasteiztarras les ponemos una "bandeja" para que "elijan" el formato en el que quieren y pueden estar. Son jugadoras que están comprometidas al 100%, que sabemos que lo que nos dicen que van a poder hacer, es lo que realmente pueden y hacen. El caso de Arrate Agirre, Laura Pardo o Cristina Molinuevo son tres casos parecidos; Molinuevo ha estudiado una carrera de Medicina a la vez que ha sido jugadora y hubo uno de los años en los que estuvo estudiando en el que solo venía a entrenar los viernes por el primer equipo. Son cosas que no se conocen y son importantes para darles valor y ojalá no tuvieran que pasar. Pero la realidad del deporte femenino es que no tienen  esa sostenibilidad, todavía.

El único objetivo de Kutxabank Araski, y no de cualquier modo, no es ser un equipo profesional de baloncesto, pero por supuesto que nuestro equipo de Liga endesa es un equipo profesional. Pero cuando Cristina Molinuevo solo podía venir un día a entrenar, era una jugadora profesional con todas las de la ley. ¿Qué pasa? Pasa que la realidad del deporte femenino es dura; esto no creo que pase en ningún equipo de la Liga ACB, en el que los jugadores se plantean si estudian, si trabajan o si juegan. Esta es una barrera que tenemos que ir saltando, rompiendo, destrozando o al menos quitando piedras del camino.

«Pasa que la realidad del deporte femenino es dura; esto no creo que pase en ningún equipo de la Liga ACB, en el que los jugadores se plantean si estudian, si trabajan o si juegan»

Ya dentro de la primera plantilla, esa irregularidad parece que se ha notado más en la línea exterior.

Hemos tenido a una jugadora como Leia Dongue que sí que nos ha aportado muchísimo, sobre todo en el apartado físico porque es una jugadora "imparable", pero también hemos tenido a una Tanaya Atkinson que ha sido la máxima anotadora de la Liga –16,4 puntos de media– en una competición muy dura. Pero ha faltado algo de colectivo: hay jugadoras determinantes que juegan con cierta "anarquía", a veces necesaria para sumar puntos, pero no hemos conseguido que el equipo funcione junto. Ahí es donde más palos me pego yo.

Han combinado actuaciones de MVP –Dongue, Atkinson, Katja Zec...– encajando palizas que nunca se habían visto en su equipo.

Cierto. Hasta este año, nunca habíamos tenido tantos partidos de esos de caernos por completo como equipo. El aspecto mental influye mucho; el gestionar esos momentos en los que no te sale nada. Hay jugadoras que da igual que no les salga nada, levantan la cabeza, pero otras se vienen abajo. Nos hemos caído demasiadas veces sin entender el motivo real para ello; pero bueno, las mejores lecciones te las dan este tipo de temporadas, yo creo.

¿Qué lección ha extraído, por ejemplo?

Pues que hay que mezclar un poco mejor las fichas. Es decir, tienes que encontrar siempre ese equilibrio de jugadoras que tengan el carácter para levantar al equipo en los malos momentos, jugadoras ambiciosas que quieran los balones en los momentos calientes y también jugadoras que se identifiquen con el proyecto para defenderlo allá donde vayan. Esa mezcla es lo que hace que el equipo saque la cabeza en los momentos difíciles.

No es que no haya habido esas características en la plantilla porque en ese caso hubiéramos descendido, como puede ser el caso de Clarinos Tenerife, que con uno de los presupuestos más altos de la competición, ha descendido. Ni otras veces hemos sido tan buenas ni hoy somos tan malas; esto va así.

Esa falta de continuidad se pudo ver en la primera vuelta después de barrer a IDK Euskotren en el Gasca (82-81) cuando Perfumerías Avenida las machaca a ustedes (44-92) en la siguiente jornada; y en la segunda, tras vapulear a Lointek Gernika (85-62), cuando pierden poco tiempo después ante Ensino en Mendizorrotza (59-90).

Es decir, el equipo no ha tenido falta de talento; se ha demostrado que hay jugadoras muy buenas pero en la gestión de las emociones, cuando las cosas iban bien el equipo ha funcionado solo; en cambio, cuando las cosas se han puesto feas, el equipo se ha caído, que es lo que más dolor le causa al entrenador.

Porque además ha sido una de las señas de identidad de Araski en toda su historia: agarrarse a los partidos y no dar nunca un partido por perdido. Eso sí que lo he echado de menos, el no conseguir que el equipo tuviera esa esencia, que además es muy de Araski y es lo que nuestra gente quiere de nosotras, y sobre todo en casa, ya que este ha sido el año donde más nos ha costado hacer un fortín de Mendi. ¡Nadie se hace a la idea de cuánto me fastidia tener que reconocer eso! Pero lo hemos intentado todo, y también diré que, en cuanto al nivel exhibido en los entrenamientos, este ha sido el equipo que mejor ha entrenado, pero no ha sido capaz de trasladarlo a los partidos.

«Este ha sido el año donde más nos ha costado hacer un fortín de Mendi. ¡Nadie se hace a la idea de cuánto me fastidia tener que reconocer eso!»

¿Qué pierde Araski con la marcha de Laura Pardo?

Es imposible de describirlo todo. Nunca tendremos una jugadora así: inteligente, que siempre lo da todo en el equipo –lo que se ve en la pista, no es ni el 1% de lo que ella aporta en el vestuario, con las niñas de la cantera...–, cómo siempre está para ayudar y siempre piensa en la de al lado por encima de ella misma. Hemos sido muy afortunadas de haber tenido una jugadora como ella y haremos lo posible para que siga vinculada al proyecto de alguna manera.

En este "reseteo" de Kutxabank Araski, ¿cómo deben ser las nuevas jugadoras?

Queremos jugadoras con carácter, que les gusten los retos y los momentos calientes. Queremos unas jugadoras que, cuando entran en un proyecto, que lo defiendan como si fuese suyo. Siempre intentamos traer jugadoras así, aunque luego la realidad, bien porque no encajan o porque no les damos lo que ellas necesitan, aunque al ser un club muy familiar intentamos estar lo más cerca posible de ellas y casi siempre se suele valorar muy bien. Creo mucho en las conexiones y tenemos que encontrar esas piezas que conecten, en ese "yo al servicio de nosotras".

Ya que se han repetido los patrones de resultados en los dos últimos años, ¿son Anna Cruz y Bea Sánchez dos de esas apuestas que no han encajado?

A veces la propia estructura del juego del equipo hacen que un año el equipo funcione, y al siguiente no. En el caso de Bea Sánchez, no es culpa suya que no haya salido, porque Bea lo ha dado todo. Por parte del staff lo hemos intentado todo para que ella funcionara pero, a veces, sin saber muy bien el porqué, las cosas no funcionan. Con Bea he trabajado muy a gusto; es una jugadora de diez, siempre es bueno tener jugadoras como ella y si tuviera que apostar por traerla en algún otro momento, lo haría.

El caso de Anna Cruz es una situación muy diferente. Anna Cruz llegó a Gasteiz de unas temporadas muy complicadas a nivel mental; ella mismo dijo que cuando estuvo aquí, no estaba bien. De hecho, ella se disculpó por habernos dado tantos dolores de cabeza el tiempo que estuvo. Tengo una buena relación con ella y puedo asegurar que ella intentó que funcionara aquí; el equipo intentó que ella funcionara aquí, pero a veces las cosas no salen aunque quieras que salgan. Ni se nos pasa por la cabeza que las jugadoras te están vacilando; nosotras respetamos mucho a las jugadoras y de hecho, nuestro deber es ayudarlas al máximo en su camino para que den el máximo rendimiento posible.

Usted, como entrenadora ayudante de la selección española y entrenadora jefe en Araski, ¿se replantea su forma de entender el basket después de una mala temporada?

Ojalá pudiera contar en Kutxabank Araski con un grupo de la calidad de la selección española, que tiene en su plantilla a varias de las mejores jugadoras de Europa y del Mundo, incluso. Pero una vez hecha esa diferencia, creo que es muy importante que los entrenadores nos adaptemos a las virtudes de las jugadoras, por mucho que cada entrenador quiera poner su sello y su identidad; pero, a veces, cuando el entrenador quiere ser tan fiel a sus propias ideas, puede suceder que las jugadoras no se sientan tan cómodas. Por eso, creo mucho en ese equilibrio como clave de todo; es decir, que las jugadoras se sientan a gusto con lo que planteas sin perder nunca su creatividad. Conseguir eso es lo que hace que las cosas funcionen.