El Supremo ha ratificado la pena contra el tatuador donostiarra en una providencia, a la que ha tenido acceso la agencia Efe, y en la que inadmite a trámite el recurso presentado por la abogada de la defensa, Cristina Morcillo Buj, quien estudia ahora la posibilidad de recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional.

El tatuador fue condenado en febrero de 2020 por un Juzgado de lo Penal que le consideró responsable de tres delitos de agresión sexual, seis de abuso sexual, uno de acoso y otro de coacciones leves, si bien se encuentra en libertad provisional desde 2019, antes de que se dictara la primera sentencia del caso.

La Audiencia ratificó el fallo en junio del año pasado. 

Los hechos sucedieron entre 2014 y 2018, que fueron descubiertos cuando, el 30 de enero de aquel año, una de las clientas desveló en internet que había sufrido abusos por parte del tatuador, lo que dio pie a una serie de denuncias en cascada por parte de otras mujeres.