
Ian Fry fue nombrado relator especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos en el contexto del cambio climático por el Consejo de Derechos Humanos en el 49º período de sesiones de Naciones Unidas, en marzo pasado, y comenzó su mandato el 1 de mayo.
Es originario de Tuvalu, un país-archipiélago de Oceanía especialmente vulnerable a la elevación del nivel de los mares, para cuyo gobierno trabajó más de 20 años, llegando a ser Embajador para el Cambio Climático y el Ambiente. También es profesor titular de la Universidad Nacional Australiana de Canberra y tiene nacionalidad australiana.
«El cambio climático está afectando al derecho a vivienda, al alimento, a la misma vida», ha resumido en su primera comparecencia ante la prensa, este viernes en Ginebra, en la que también ha pedido que se preste atención a los trabajadores del sector de las energías fósiles con el fin de que sus modos de vida se puedan adaptar a la transición ecológica.
Una «brecha legal» incluso en la ONU
Fry ha denunciado que «una intolerable marea de personas se ve obligada a moverse a consecuencia del cambio climático» y ha recordado que en 2021 los desplazados internos en el mundo ascendieron a 59 millones por distintas causas, aunque la principal fue el calentamiento global y sus efectos.
Como ha explicado el relator, estas personas desplazadas aún no tienen la protección legal que confieren mecanismos como la Convención de las Naciones Unidas para los Refugiados, una «brecha legal» que debe ser atendida por la comunidad internacional.
Según el último informe de las ONG Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC) y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), el pasado año hubo 23,7 millones de desplazamientos debidos a estos desastres; especialmente tormentas, ciclones e inundaciones.
En muchos casos se trató de evacuaciones preventivas en las que los afectados pudieron regresar más tarde a sus hogares, si estos no quedaron destruidos por la catástrofe natural.
Más de la mitad de los desplazamientos causados por desastres naturales (57%) se dieron en la región Asia-Pacífico, según el estudio, que también recoge que en muchos países se solaparon conflictos y desastres, como ocurrió en Somalia, Sudán del Sur, Mozambique o Myanmar.

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