
«Hay algo en lo que todos y todas tenemos que estar orgullosos: que en el momento de la crisis más profunda política, institucional y social que ha vivido nuestra patria en décadas, los chilenos y chilenas optamos por más democracia y no por menos», ha indicado el presidente en un acto desarrollado en la sede del Congreso Nacional en Santiago.
En una histórica ceremonia, Boric ha recibido un ejemplar del texto, que declara a Chile un Estado social de derecho y consta de 178 páginas, 388 artículos y 54 normas transitorias.
Crear un sistema universal de salud, fortalecer la educación pública, proteger el medioambiente y engrosar los derechos de los pueblos indígenas son algunos de los temas principales de la propuesta.
Chile inició el proceso constituyente tras un gran estallido de protestas sociales, las más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990), con una treintena de fallecidos y miles de heridos. La decisión de redactar la nueva Carta Magna se adoptó en un histórico plebiscito celebrado en octubre de 2020.
«Hoy es un día que quedará en los anales de la patria (...) Hoy empezamos una nueva etapa: se trata de leer, estudiar y debatir la propuesta constitucional», ha indicado el mandatario, quien ha firmado el decreto que convoca oficialmente el plebiscito para ratificar la propuesta constitucional.
Los chilenos tendrán dos meses desde este lunes para estudiar el texto, que ha sido redactado durante un año por un órgano con escaños reservados para indígenas y paridad de género, y decidir el 4 de setiembre si están satisfechos con él o si prefieren mantener la actual Constitución, heredada del régimen de Augusto Pinochet y heredada de la dictadura y considerada como el origen de las desigualdades del país por su corte neoliberal y por favorecer la privatización de servicios básicos.
Boric, que cuando era diputado en 2019 apoyó desde el inicio el proceso constituyente –aunque ahora no puede hacer campaña por ninguna opción–, ha pedido a la ciudadanía «debatir intensamente sobre los alcances del texto, mas no sobre falsedades, distorsiones o interpretaciones catastrofistas ajenas a la realidad».
«El plebiscito no es ni debe ser un juicio al Gobierno. Es el debate sobre el futuro y el destino de Chile para las próximas décadas», ha agregado el mandatario.
Boric tiene previsto reunirse durante las próximas horas con representantes de los diferentes poderes del Estado para hacer entrega del documento oficial.
«Chile ya cambió»
Previamente, el vicepresidente de la Convención, Gaspar Domínguez, ha señalado que «pase lo que pase el 4 de septiembre, Chile ya cambió». Así se ha referido a una votación que será obligatoria para todos los chilenos habilitados para depositar las papeletas en las urnas. «El mundo nos está mirando y desde lejos, observa este proceso con asombro y esperanza», ha dicho.
Asimismo, ha manifestado que el proceso de implementación de la nueva Constitución –en caso de aprobarse– será gradual y ha destacado que la «Constitución perfecta no existe y esta no es la excepción».
Por su parte, la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros, ha sido la segunda en tomar la palabra y ha agradecido a los miembros de la Convención el trabajo desempeñado durante estos últimos meses.
«Esta propuesta constitucional que hoy entregamos está llamada a convertirse en la base del país más justo con el que todas y todos soñamos», ha proclamado Quinteros.
La derecha chilena, que consiguió menos de dos tercios en la convención constituyente, votará en contra de la propuesta al encontrarla «radical», mientras que la izquierda se inclina por darle luz verde.

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