Las sombras de la lluvia y del covid se ciernen sobre una Iruñea que aguarda con impaciencia el comienzo de las fiestas más esperadas, aunque, como se cantaba cuando lanzaba un penalti el rojillo Patxi Puñal, no podrán parar los sanfermines.

Los iruindarras llevan varios días consultando las previsiones meteorológicas, ya que la posibilidad de precipitaciones amenaza con pasar por agua el ansiado Txupinazo, que NAIZ ofrecerá en directo. Las más optimistas apuntan a que la lluvia se haga presente solo en las horas previas, entre las 9.00 y las 11.00, y las más pesimistas incluso señalan más chubascos también hacia el mediodía.

Los días siguientes, el tiempo parece que va a ser más benigno con el retorno de las fiestas y, por el momento, no se espera lluvia hasta el lunes, con aumento de las temperaturas hasta llegar a superar los 30 grados.

Aunque ya parecía agua pasada, el covid-19 también ha recibido la llamada de la fiesta y se ha convertido en una segunda sombra que se cierne sobre el arranque de los sanfermines. Antes de la llegada de las fiestas, ya se estaba registrando en Nafarroa un incremento de los contagios a causa de las nuevas variantes de Ómicron. Por ese motivo, desde el Departamento de Salud se ha pedido a las personas vulnerables que tengan precaución y que utilicen la mascarilla en interiores.

En Osasunbidea ya se hacen a la idea de que «crecerán algo las hospitalizaciones» a raíz de las fiestas, aunque esperan que no sea «a un nivel como el de las otras olas», ha señalado el director general de Salud, Carlos Artundo.

Mientras, la ciudad es un hervidero en las horas previas a que comience la fiesta. Las largas colas de camionetas y camiones de reparto se han convertido en una constante en puntos como la calle Nueva y especialmente la Estafeta, con los repartidores moviéndose frenéticamente como laboriosas hormigas que se encargan de abastecer a unos establecimientos que quieren estar preparados para unas fiestas que apuntan maneras.

Retoques en el encierro

Aunque todo parece tener el sabor habitual, no faltan algunas novedades, incluso en un evento que parece tan inmutable como el encierro. Por un lado, los corralillos de Santo Domingo han sido reformados en los últimos meses, lo que ha obligado a adelantar un poco el vallado.

Además, la línea roja que marca el límite al que se pueden acercar los corredores se ha adelantado diez metros, hasta quedar a la altura del aparcamiento de Educación, para que los toros no duden al subir la cuesta.

Y la Casa de Misericordia ha decidido restar protagonismo a los mansos, que en los últimos sanfermines demostraron una forma física envidiable, restando protagonismo a los toros en los encierros. Este año se ocuparán de esa tarea los mansos de Macua.

Los toros que protagonizarán los encierros de este año se han convertido en una auténtica atracción en una Iruñea ávida de sanfermines. Así lo demuestran las impresionantes colas que se forman para poder verlos en los corrales del Gas y que han llegado a alcanzar las inmediaciones de los ascensores de Descalzos tras superar el puente de Curtidores. «¿Esta cola es para ver los toros?», preguntaba sorprendido un viandante al contemplar la larga fila bajo el sol.

Por las inmediaciones no faltan grupos de personas que siguen a un guía que les explica diferentes detalles sobre las fiestas. Para tomarse un descanso siempre tienen a mano los numerosos establecimientos hosteleros, que este año podrán estar abiertos durante los sanfermines hasta las 6.00 horas, aunque desde las 2.00 tendrán que desarrollar su actividad con la puerta y las ventanas cerradas, es decir, como en el resto del año.

En 180 de esos bares se repartirán preservativos gratis durante las fiestas dentro de la campaña ‘Cuidándonos, disfrutamos/Elkarrekin zaintza gozagarri’, organizada por el Gobierno navarro, la Comisión Antisida de Nafarroa, el Consejo de Juventud y la Federación de Peñas de Iruñea. Con las 23.600 unidades que se entregarán de manera sencilla en cajas de exposición se busca atajar los casos de clamidia, gonorrea y sífilis, que se han triplicado en el herrialde desde 2015.

Este es el paisaje previo a la ‘batalla festiva’ que arranca este miércoles y que descorchará las mejores esencias de una Iruñea que necesita resarcirse de dos años sin vestir de blanco y rojo con unas fiestas a celebrar por triplicado.