El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud del Estado español ha publicado este jueves su informe correspondiente a los datos recogidos en el primer semestre del año pasado, en el que, como resumen, indica que la tasa de temporalidad juvenil aumentó durante ese período 5,8 puntos, más que el empleo, por lo que «la precariedad de las personas jóvenes que se encontraban trabajando se agravó».

Y esas «malas condiciones laborales de la juventud se trasladaron» en ese periodo «al acceso a la vivienda», ya que «una persona joven que quisiera emanciparse en solitario dedicaría, de media, el 81,9% de su sueldo al alquiler o debería ajustarse a una superficie máxima tolerable de 29,3 metros cuadrados».

Más temporalidad femenina en la CAV

En este estudio se señala que, desde finales de 2020, en la CAV se dio «una reactivación de la presencia juvenil en el mercado laboral», con un aumento de la tasa de actividad y de la de empleo de la población joven en el primer semestre de 2021.

La proporción de jóvenes con empleo se situó en el 39,2%. Entre quienes estaban trabajando, el empleo a tiempo parcial era más frecuente entre las mujeres jóvenes (39,1%) que entre los hombres de su misma edad (22,9%).

El Observatorio de Emancipación señala que, atendiendo al ranking de empleos precarios según la definición de Eurostat, la CAV contaría con la población joven empleada más precarizada del Estado.

Si a estas «duras condiciones laborales» se añadía «un mercado de vivienda muy restrictivo, debido a los altos precios de compra y alquiler», el resultado es «una exigua tasa de emancipación residencial», por lo que solo el 15,1% de las personas jóvenes vivía fuera del hogar familiar.

El descenso comenzó antes de la pandemia en Nafarroa

En Nafarroa, antes de la irrupción del covid, la población joven ya advertía «un acelerado descenso de la emancipación juvenil, cada vez más difícil para un colectivo que se enfrentaba a un mercado inmobiliario muy excluyente a la par de una inserción laboral cada vez más precarizada», según resalta el mismo informe.

Y la crisis derivada de la pandemia «dificultó todavía más la salida del hogar familiar» de muchas personas jóvenes, que «permanecían junto con sus progenitores a la espera de mejores perspectivas laborales».

En el primer semestre de 2021, la tasa de inactividad (proporción de personas jóvenes que no participa en el mercado laboral) alcanzaba el 51,8%. Para la inmensa mayoría (84,2%) la principal razón de era cursar estudios.

Las personas jóvenes con empleo, que representaban el 36,4% del total, trabaja en su mayoría con contratos temporales (60,0%) y también les resultaba frecuente ocupar puestos de trabajo para los que estaban sobrecualificadas (54,3%).

En cuanto al salario, Nafarroa marcaba una de las mayores cotas de entre todas las comunidades, con 13.744,67 euros netos anuales, solo por detrás de Madrid y la CAV. Sin embargo, esa media no resultaba suficiente para que una persona joven pudiera emanciparse en solitario sin sobreendeudarse.

Consecuentemente, en el primer semestre de 2021 tan solo el 13,8% de la población de entre 16 y 29 años vivía de forma autónoma en Nafarroa.