Ramón Sola

El quinto aniversario del 17A llega con la misma nebulosa sobre la relación imán-CNI

El martes se cumplen cinco años de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, sin que se haya despejado cuál era la relación exacta entre el CNI y el imán cerebro de la trama. El entonces jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha defendido al espionaje español sin despejar la duda.

Una concentración en Barcelona el pasado enero demanda la «verdad» sobre aquella masacre, aún con puntos oscuros.
Una concentración en Barcelona el pasado enero demanda la «verdad» sobre aquella masacre, aún con puntos oscuros. (Lorena Sopena | Europa Press)

El exresponsable de los Mossos Josep Lluís Trapero ha dicho este domingo en ‘La Vanguardia’ que no tiene «ningún indicio» que justifique las «teorías conspirativas» sobre los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017, de los que el martes se cumplen cinco años. Trapero ha señalado al respecto: «Le puedo decir que la respuesta más efectiva, con más conocimiento de datos, más profunda, y le puedo decir que más leal, fue la del CNI. No tengo ninguna duda, ni yo, ni ningún mando de los Mossos, sobre esto». Sin embargo, preguntado por el hecho de que el imán de Ripoll y cerebro de los atentados, Abdelbaki es Satty, fuera confidente del CNI, ha puntualizado que «una cosa necesariamente no lleva a la otra (...) La única realidad de aquel momento es que el CNI nos ayudó mucho en la investigación».

Esta relación de Abdelbaki es Satty con el espionaje español ha sido difundida en informaciones de prensa, pero nunca aclarada por el CNI ni tampoco por la Audiencia Nacional, que declinó investigarlo en 2019.

Quien lo había reclamado era el padre un niño de 3 años que falleció en el atropello múltiple de las Ramblas. Antes, el que era conseller de Interior en aquel verano de 2017, Joaquim Forn, ya reprochó al Gobierno del PP su «oscurantismo» con este tema.

Ficha policial del imán de Ripoll, fallecido en Alcanar.

Abdelbaki es Satty falleció en la explosión producida en Alcanar (Tarragona) cuando el grupo preparaba los explosivos, por lo que tampoco por esta vía se ha podido aclarar su relación con el CNI.

En su momento llamó mucho la atención que ‘El País’ publicara una noticia en la que afirmaba que el imán había sido confidente del espionaje español al menos mientras estaba preso en Castelló, en 2014, y luego la eliminara. ‘Público’ sí ha insistido en ese nexo no esclarecido.

El contexto de 2017

Hay que recordar que en aquel agosto de 2017 se estaba ultimando el referéndum de independencia del 1 de Octubre, que había activado todas las alarmas entre los poderes del Estado español.

Una voz que no merece especial credibilidad, la del excomisario José Villarejo, apuntó a este contexto al insinuar en enero pasado que hubo algún tipo de conexión entre el CNI y la matanza. En concreto, Villarejo dijo que el director del CNI, Félix Sanz Roldán, «calculó mal las consecuencias por darle un pequeño susto a Cataluña».

La cadena de atentados que comenzó en las Ramblas y acabó en Cambrils provocó dieciséis víctimas mortales, además de ocho miembros de la célula yihadista (seis de ellos abatidos por los Mossos).

Trapero y la «policía patriótica»

Las declaraciones de Trapero en ‘La Vanguardia’ tienen otra derivada relacionada con aquel confuso contexto. El entonces mayor de los Mossos admite que «era difícil mantener una relación franca y de confianza» con otros cuerpos policiales en aquella fase previa al referéndum.

«Yo hablo de policías. Policía patriótica con nombres y apellidos [dice en alusión a la etiqueta que se daba a sí mismo un grupo de agentes policiales muy ligados al PP]. Que tenían roles de responsabilidad en el ámbito de la coordinación y ahora vemos lo que pensaban de muchos de nosotros y lo que querían hacer con algunos de nosotros. Entonces entiendes cómo era de difícil mantener una relación franca y de confianza», ha apuntado.

El mayor Trapero, tras su reingreso en la dirección. (Europa Press)

Trapero, que mantiene el rango de mayor, ya vitalicio, es ahora jefe de la División de Evaluación de Servicios (DAS), que se encarga de evaluar los dispositivos de la policía autonómica, tras haber sido destituido en diciembre como jefe del cuerpo.

Ha permanecido al frente del cuerpo en dos etapas, primero desde 2013 hasta que fue destituido por el Govern en octubre de 2017 tras la declaración de independencia, y posteriormente desde que en noviembre de 2020 fue restituido por la Generalitat, tras su absolución por su papel en el 1-O, hasta que en diciembre de 2021 le cesó el Govern.