Si por el nuevo cine rumano se entiende la producción de las dos décadas que llevamos del nuevo siglo, uno de sus autores más destacados en todo ese tiempo ha sido Radu Muntean, que con sus últimas películas ha sido reconocido en distintos festivales internacionales. Con ‘Martes, después de Navidad’ (2010) en Sarajevo, Xixón y Mar Del Plata, con ‘Un piso más abajo’ (2015) en Sevilla, y con ‘Alice T.’ (2018) en Locarno. Y es que sus temas, aún partiendo de lo local, son universales.

En ‘Entre valles’ (2021) traza una crítica mordaz de la caridad, representada en su variante moderna del voluntariado. Un grupo de urbanitas solidarios, como cada fin de año, recorren los montes de los Cárpatos para llegar con sus todoterrenos a remotas aldeas como la del título original, que se llama Intregalde, que debe querer decír algo así como ‘entre ríos’. Llevan regalos, bolsas de comida, para quienes no tienen acceso a los comercios de las ciudades.

En el camino recogen a un anciano, que les pide que le lleven a un aserradero. Se trata de un hombre senil que fue leñador, y tras sufrir un accidente la expedición pierde al ocasional guia. Pasan la noche a la espera del rescate matinal, y sus convicciones empiezan a flaquear poco a poco.