Las 15 futbolistas a las que se refirió anoche la Federación Española en un comunicado público asegurando que han renunciado a la selección española, han hecho pública a su vez una nota esta tarde en sus redes sociales, de forma simultánea, en la que desmienten, matizan y replican algunas de las cuestiones mantenidas por la RFEF. No detallan los motivos que han desembocado en esta situación pero sí la piedra angular, que no es otra que la mejora de las condiciones, el trabajo y, en definitiva, una apuesta seria por la mejora del rendimiento de un grupo que consideran que puede alcanzar metas importantes en el fútbol internacional.

Las jugadoras, entre las que se encuentran Nerea Eizagirre, Amaiur Sarriegi y Ainhoa Vicente, desmienten que hayan «renunciado» a la selección española y que hayan pedido el cese de Jorge Vilda, aseguran no querer entrar «en guerras públicas» y lamentan que se hable de «capricho o chantaje».

Explican, asimismo, que los mails a los que se refería anoche la Federación Española, fueron en realidad remitidas «en respuesta a la petición de la propia Federación de conocer quiénes de nosotras no queríamos ser convocadas. Comunicación a la que, por cierto, no hemos recibido respuesta», recuerdan las internacionales, que «lamentan» que la RFEF «haya hecho pública de forma parcial e interesada una comunicación privada, que afecta a nuestra salud, que es parte de nuestra intimidad».

Explican que, en respuesta a la pregunta de la Española, «solicitamos no ser convocadas hasta que no se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal , a nuestro rendimiento y, en consecuencia, a los resultados de la Selección y que podrían derivar en indeseables lesiones».

Aseguran que «queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos. Deseamos lo mejor para la RFEF, para la selección femenina y para nosotras en particular, sin entrar en guerras públicas».

Desmienten las futbolistas, como ya lo hicieron las capitanas de la selección española en rueda de prensa hace dos semanas, que hayan «pedido nunca el cese del seleccionador como se ha comentado. Entendemos que nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo pero sí expresar de forma honesta y constructiva lo que consideramos que puede mejorar el rendimiento del grupo».

Ante las acusaciones de «chantaje» que han escuchado en las últimas horas se preguntan «¿alguien puede pensar que, a ocho meses del Mundial, un grupo de jugadoras del máximo nivel, que es lo que nos consideramos, se plantea esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje?». Recuerdan, en este sentido, que «solicitando no ser convocadas, penalizamos nuestra carrera profesional, nuestra economía y por supuesto seguir construyendo algo importante en el fútbol femenino. Porque llegar a donde estamos ahora mismo ha costado años de esfuerzo de muchas personas. Y todavía quedan muchas cosas por mejorar como se está demostrando recientemente». En la misma línea, aseguran que «desde nuestra ambición como jugadoras, luchadoras y ganadoras, tan sólo deseamos poder volver a conseguir los máximos éxitos profesionales y personales».

Denuncian, por último, «el tono de infantilización con el que la RFEF concluye su comunicado»y lamentan que «en el contexto del deporte femenino tengamos que llegar a este extremo, como por desgracia ha sucedido en otras selecciones y otros deportes históricamente a nivel mundial, para conseguir avanzar en un proyecto profesional potente y ambicioso para el presente y para futuras generaciones».

Junto a las 15 jugadoras, también ha hecho público el comunicado en sus redes sociales Alexia Putellas, de cuyo silencio habían tratado de sacar rédito la Federación Española y los medios afines. Lo cierto es que la capitana del Barcelona no podía haber enviado un mail como sus compañeras ya que, como éstas han aclarado, éste era una respuesta a la cuestión realizada por la propia RFEF, que lógicamente Alexia no recibió al encontrarse lesionada de gravedad.