Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Un marciano aterrizó en Zinemaldia

David Bowie, en ‘Moonage Daydream’.
David Bowie, en ‘Moonage Daydream’. (HBO MAX)

Un marciano aterrizó en Donostia y no es Carlos Boyero, el crítico cinematográfico que fue devorado por las nuevas tecnologías y por su personaje y que se ha convertido en protagonista de su propio documental, el cual ha tenido más eco entre el desembarco mediático estatal que un evento de la magnitud de ‘Black is Beltza II. Ainhoa’. Un proyecto que, por el simple hecho de llenar un aforo como el del Velódromo, debería haber recibido un mínimo de atención y respeto.

Tampoco es cuestión de debatir en estos renglones el papel de quienes defienden la libertad y demás cuestiones que no emponzoñen su relato único e inalterable, porque aquí de lo que venimos a hablar es de cine y de ese personaje sideral que aterrizó en una pantalla de Zinemaldia para recordarnos lo grande que siempre ha sido.

David Bowie, el humano que fue abducido por el marciano Ziggy Stardust, ha retornado de las estrellas en un antológico largometraje documental que no pretende serlo, sino más bien una experiencia inmersiva en la que la imagen y el sonido se descubren como un fascinante vuelo sin motor alrededor del universo creativo de un autor que compuso joyas musicales como ‘Starman’, ‘Space Oddity’ o ‘Heroes’, entre otras muchas.

‘Moonage Daydream’ –que así se llama este proyecto– lleva la firma de Brett Morgen, un autor curtido en este tipo de proyectos y que sirviéndose de material inédito y, sobre todo, del respaldo que ha tenido por parte del siempre receloso clan familiar de Bowie, ha creado un hipnótico encadenado de secuencias que más allá de la simple literalidad de un documental al uso, permite entender mucho mejor el imaginario de un artista único.

Por ese motivo y como acompañamiento sonoro a estas líneas y por buscar una simple excusa para reescucharlo, nada mejor que dejarse llevar por ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars’, uno de los mejores trabajos del camaleónico Duque Blanco y que, en estas fechas, cumple 50 años de su aterrizaje en el planeta Tierra. Una escucha de ‘Life on Mars?’ nos advierte que en Marte hay vida ... y muy inteligente.