
La tripulación del buque de rescate Aita Mari ha expresado este martes su preocupación por el retraso de las inspecciones a las que debe someterse la embarcación, antes de partir a una nueva una nueva misión humanitaria en el Mediterráneo central.
El buque permanece estibado en la localidad castellonense de Burriana, a falta de la inspección para renovar los certificados y de recibir los permisos pertinentes, tras lo que estaba previsto que pudiera zarpar a partir del próximo jueves, según informó ayer el Gobierno de Lakua en un comunicado.
La ONG que gestiona el Aita Mari, Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), ha informado ahora de que la Capitanía Marítima finalmente llevó a cabo ayer esta inspección, si bien se le informó de que este examen había sido dividido en dos partes, la segunda de las cuales tendrá lugar el 4 de noviembre.
Según SMH, este hecho ha causado sorpresa y preocupación en la tripulación que verá ahora retrasado el inicio de su singladura por el Mediterráneo.
Por este motivo, Salvamento Marítimo Humanitario ha reclamado la agilización del proceso, porque «cada día que Aita Mari sigue en puerto, hombres, mujeres y niños pueden estar ahogándose en aguas del Mediterráneo».

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