Arnaitz Gorriti

Que no le pase nada a Saski Baskonia en su visita a la cancha del Panathinaikos

Los gasteiztarras han perdido en cinco de sus seis últimas visitas al OAKA con la ausencia de Daulton Hommes, con molestias en una rodilla. Los «verdes» de Atenas  afrontan esta séptima jornada con un balance de 1-5 y una multa a su dueño Dimitris Giannakopoulos, por quejarse de los arbitrajes.

Daulton Hommes se perderá el partido del viernes por molestias en una rodilla.
Daulton Hommes se perderá el partido del viernes por molestias en una rodilla. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

«Podemos ir en plan de inocentes, pero no en plan de tontos. No vamos a Atenas con la mosca tras la oreja, porque sabemos lo que nos podemos encontrar». Son palabras de Joan Peñarroya antes de volar hacia Atenas este jueves, para que Saski Baskonia se enfrente el viernes a las 20.30 en la cancha del Panathinaikos, penúltimo de la presente Euroliga con un balance de 1-5 y que ha vivido su enésima semana de turbulencias a cuenta de que su dueño, Dimitris Giannakopoulos, denunciara el favor arbitral hacia el Partizan de Belgrado en su reciente partido ante el PAO.

«Su dueño se ha quejado de los arbitrajes cuando su equipo es, de largo, el que más faltas recibe en la competición», ha respondido con sorna a este respecto el técnico baskonista, un Peñarroya que bastantes problemas tiene con sus propios jugadores, ya que a la ausencia de Steven Enoch –cuya recuperación sigue los »plazos previstos» en palabras del entrenador catalán– hay que añadirle la baja de Daulton Hommes, que no ha viajado a Atenas por problemas en una rodilla.

«Se va a quedar en Gasteiz para que trabajen con él y pueda mejorar de sus molestias que ya le impidieron jugar con normalidad ante el Betis», ha indicado el preparador baskonista en su alocución previa a viajar a tierras helenas.

Demasiados condicionantes, parecen, para no desearle a Saski Baskonia otra cosa que no sea aquello que reza «que no le pase nada».

«El estándar de arbitraje es espantoso y está amañado. Las cosas empeoran cada semana», dijo la semana pasada el señor Giannakopoulos en la publicación helena Gazzetta.gr, por lo que, según informas el portal especializado Eurohoops.net, «tanto Panathinaikos como el propietario del equipo, Dimitris Giannakopoulos, están siendo investigaos disciplinariamente por la Euroliga. Este es el procedimiento típico y es muy probable que la organización los sancione con multas económicas».

Las palabras del propietario del PAO no son nuevas ni serán las últimas, como tampoco el hecho de, como advierte el portal Basketnews.com, «los hinchas –del PAO– arrojaron objetos a la cancha, lo que provocó que el partido tuviera que ser interrumpido».

Como reza la citada web, en referencia al partido de Euroliga de la semana pasada, «cuando quedaban 3.13 en el reloj del partido, Kevin Punter conectó un tiro de tres puntos que puso el 78-88 para el equipo serbio. Los fanáticos del Panathinaikos, que estaban sentados junto a la cancha, patearon algunas pancartas que ingresaron a la cancha y luego se desató el infierno. Los ultras del PAO y los que estaban sentados detrás del banquillo del Partizan arrojaron objetos. El juego se interrumpió durante casi 10 minutos antes de que finalmente se reanudara».

Todo ello no mereció otra reacción del señor Giannakopoulos que una entrada en su cuenta de Instagram para escribir que lo acontecido, en referencia al partido, había sido «seguramente una de las peores masacres que nos han hecho». «Usted –la Euroliga– ha estado robando nuestro tiempo, energía y dinero durante los últimos 20 años, pero cuando le pedimos que dejara de amañar su competición, no nos lo permitió. ¿Por qué?»

Con estos bueyes tiene que arar Saski Baskonia en una cancha que no es precisamente la que mejor se le da. Ciertamente, el famoso «Oakazo» de 2006 o el triunfo en los cuartos de final de 2016 supusieron sendas clasificaciones a las Final Four de Praga y Berlín, respectivamente, pero normalmente los gasteiztarras han salido escaldados del OAKA.

Sin tener que irnos a la semifinal de la Final Four de 2007, con un 67-53 para los helenos que no dejó de ser un ejercicio de impotencia para el Baskonia, hay que recordar que de las seis últimas visitas al OAKA, los baskonistas solo han ganado en una: 82-97 el 30 de marzo de 2021, en el que Zoran Dragic, Achille Polonara y Rokas Giedraitis desarbolaron a un Panathinaikos en descomposición. La última visita, en cambio, ubicada el pasado 28 de enero, se saldó con un 75-63, un resultado maquillado por un parcial de 18-31 en el último cuarto.

Ritmos distintos

Podría decirse que Saski Baskonia, que recupera a Darius Thompson tras darle su entrenador descanso en la última jornada de Liga ACB, busca un ritmo más dinámico que su rival de este viernes. «Tenemos que estar preparados ante cualquier escenario que nos podamos encontrar», ha advertido Joan Peñarroya, pero sí que ha precisado que «ellos van a tratar de que se juegue más a cinco contra cinco a media pista», impidiendo otras alegrías de jugar a correr, llegar jugando –ataques en pocos segundos de posesión, pretendiendo no dar tiempo a la defensa rival a colocarse– y demás.

Como queda dicho, Panathinaikos ocupa la penúltima plaza de la clasificaciónm con una sola victoria en seis jornadas, y hasta la fecha ha perdido sus tres compromisos que ha disputado como loca. Pero todas esas derrotas de casa han sido por un margen muy estrecho: 89-91 el famoso duelo ante Partizan; 68-71 frente al Real Madrid y 80-83 ante el Mónaco de Mike James. «Llevan una victoria pero bien podrían llevar cuatro», ha avisado Peñarroya.

Y aunque los talentos de este PAO disten mucho de aquel «Dream Team» de 2007 con Diamantidis, Spanoulis, Becirovic, Vujanic, Siskauskas, Tsartsaris, Batiste, Alvertis, Dikoudis o Tomasevic, jugadores desequilibrantes no les faltan. Wolters, Mateusz Ponitka, pretendido por el Baskonia este verano, Dwayne Bacon o Marius Grigonis son ejemplos de ello, aunque quizá el juego interior de los Derrick Williams –si le da por jugar–, Gudaitis o Papagiannis pueda hacer sufrir un punto más a los gasteiztarras ante la ausencia de efectivos entre sus filas.

Con la ausencia de Hommes, más la de Enoch, el juego interior gasteiztarra queda tocado, con lo que Kotsar y Costello se van a quedar casi solos como referentes interiores, de forma que lo más seguro es que Tadas Sedekersis tendrá que echar una mano al juego interior durante sus minutos de juego.

Sea como fuere, la verdad objetiva es que Saski Baskonia acude al OAKA con un balance de 4-2 y ocupando de forma provisional la tercera plaza de la Euroliga, cuando nadie –«ni el Tato», como recordaba hace escasas fechas el técnico baskonista– esperaba un desempeño tan notable. Ahora bien, visto lo visto, cualquier cosa puede pasar este viernes en Atenas. Por tanto, que no les pase nada a Peñarroya y sus muchachos.