Daniel   Galvalizi
Periodista

Llueven críticas a Feijóo por su exabrupto contra los islámicos tras el ataque en Algeciras

La portavoz del Gobierno y dirigentes del PSOE y Podemos resaltan la «irresponsabilidad» de las declaraciones del líder de la oposición, que desde anoche han viralizado en las redes sociales. Desde Génova no ha habido hasta ahora intentos de matizar unas frases que rozan el supremacismo católico.

El líder del PP, en un momento de polémica –y algo caótica– alocución en el acto del Círculo Ecuestre.
El líder del PP, en un momento de polémica –y algo caótica– alocución en el acto del Círculo Ecuestre. (Europa Press)

El presidente del PP lo ha vuelto a hacer. De forma poco comprensible para un líder de la oposición bajo la lupa mediática constante, Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a verter conceptos que lo dejan expuesto a las críticas como si fuera un sparring de boxeo.

Pero esta vez no es la nimiedad de afirmar que no se había preparado bien el discurso para confrontar con Pedro Sánchez en el Senado, como dijo mitad en broma mitad en serio en septiembre pasado. Anoche dio en la tecla de un asunto muy peliagudo, en un día por demás sensible en lo que hace a la convivencia religiosa, dado el asesinato de un sacristán en Algeciras, cometido presuntamente por un ciudadano musulmán.

Este viernes noche en el Círculo Ecuestre de Barcelona, el expresidente de la Xunta de Galiza dijo lo siguiente cuando fue preguntado por el hecho ocurrido al sur de Andalucía: «El islamismo… eeeh, el terrorismo islámico es un problema de toda la sociedad europea y debemos actuar. Hay personas que matan en nombre de una religión y sin embargo nosotros, desde hace muchos siglos... no verá usted a un católico, a un cristiano, matar en nombre de su religión y sus creencias. Hay otros pueblos que tienen algunos ciudadanos que sí lo hacen».

En su cuenta personal de la red Twitter, Feijóo no ha matizado sus declaraciones ni ha pedido disculpas. Su posteo al respecto no ha sido un extracto de la charla abierta en la que formuló la frase citada sino de una rueda de prensa, resumido así: «El crimen de Algeciras solo tiene que ver con el fanatismo. El integrismo es un problema global ante el que debemos luchar todos juntos». Cabe decir que lo del presunto fanatismo e integrismo religioso aún está siendo investigado por la Policía española e informaciones del corresponsal del diario ‘El País’ en esa ciudad andaluza indican que podría tratarse de un caso de desorden psiquiátrico como consecuencia de un problema de drogas.

O Feijóo tiene miedo a perder votos ante la derecha más radical o es simplemente torpeza en materia comunicativa

Pero no hubo lugar a la prudencia y a la cautela. El presidente de Vox, Santiago Abascal, acusó al Gobierno de «dejar entrar» a virtuales terroristas y llamó a «no tolerar que el islamismo avance» en el Estado español. O Feijóo tiene miedo a su pretendido viaje al centro político o tendría miedo que en este asunto perder votos ante la derecha más radical. O simplemente torpeza en materia comunicativa.

Gobierno español: Inentendible

Sea como sea, desde anoche el vídeo no para de viralizarse y muchos periodistas y dirigentes políticos le han regalado una lluvia de zascas al líder de la oposición. Además, este viernes ha sido el propio Gobierno del Estado quien se ha hecho eco de estas declaraciones a través de su portavoz, la ministra Isabel Rodríguez, quien ha considerado que esas frases «se califican por sí solas», «están fuera» del respeto a todas las religiones y son difíciles de entender por la mayoría de sus votantes y por los partidos «populares» europeos.

«No se corresponden con las palabras de un partido político democrático que aspire a gobernar un país como el nuestro, que se ha caracterizado siempre por ser tolerante, que acoge la diversidad y respeta todas las religiones y creencias, que aboga por la convivencia» ha criticado la portavoz. Y con respecto a la investigación sobre el ataque, la portavoz del Ejecutivo ha hecho un llamamiento a la responsabilidad a la hora de abordar este tipo de cuestiones por parte de los responsables públicos y ha pedido dejar trabajar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a la Justicia para analizar lo sucedido.

La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha citado las frases de Feijóo y opinado que «a veces es mejor quedarse callado», en tanto el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha afirmado: «La irresponsabilidad del PP no tiene límites cuando se trata de enfrentar, crispar y poner en peligro la convivencia en este país. La verdadera cara de la moderación».

También el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha fustigado el «odio islamófobo que andan vomitando Abascal, Feijóo y sus brazos mediáticos», a quienes ha tildado de «nauseabunda bajeza moral».

Además del Gobierno español, Rufián ha aludido a su anterior «ultraprotección mediática» y Otegi ha ironizado sobre «las virtudes del Churchill gallego»

 

Arnaldo Otegi (EH Bildu) ha ironizado directamente sobre la trayectoria del líder del PP, al afirmar en Radio Euskadi que las declaraciones «dan la talla de quién es Feijóo, una persona a la que todo el mundo atribuye poco menos que las virtudes del Churchill liberal gallego y que, cada vez que abre la boca, se comprueba que es una persona que tiene las limitaciones intelectuales bastante acentuadas».

Con su acidez habitual, el portavoz del grupo de Esquerra Republicana de Catalunya, Gabriel Rufián, ha afirmado en Twitter: «Feijóo tiene dos graves problemas: primero, su falta de preparación tras décadas de ultraprotección mediática. Segundo, su amenaza no es externa, es interna. Y eso le hace bajar a un fango en el que es imposible que supere a Ayuso. Lo primero es subsanable. Lo segundo probablemente, no. Veremos».

El diputado quizás haya dado en el clavo. La oposición gallega siempre hace hincapié en el cortaviento mediático de Feijóo y sus vínculos, y ayudas en publicidad oficial, con los medios privados más fuertes de Galiza. Por ni hablar de las constantes denuncias de censura informativa en los medios públicos autonómicos. Pero Madrid y liderar la oposición en un Estado de 47 millones de personas es otra cosa. La adolescencia comunicacional del líder de la derecha es cada vez más palpable.