Daniel   Galvalizi
Periodista

Alarma en el BNG por los datos sobre el gallego y una escuela pública que «desgalleguiza»

La formación soberanista de Galiza expresa su «preocupación» por los últimos datos recogidos en el INE sobre el uso de la lengua autóctona, que califican de «muy delicados» y acusan al Gobierno de la Xunta de impulsar un sistema educativo que «desgalleguiza» a los jóvenes.

Imagen de archivo de una manifestación celebrada el año pasado en defensa del gallego en Santiago de Compostela.
Imagen de archivo de una manifestación celebrada el año pasado en defensa del gallego en Santiago de Compostela. (Álvaro BALLESTEROS | EP)

La plurinacionalidad del Estado siempre es cuestionada por las derechas españolas y, actualmente, en el único lugar en el que hay un sentimiento nacional aparte del español y que ellas gobiernen es Galiza. Y no gobierna cualquier Partido Popular: es el de Alberto Núñez Feijóo, quien lleva cuatro mayorías absolutas (y manda, aunque ya no sea presidente de la Xunta). Ahora es líder de la oposición y candidato a La Moncloa.

Este hecho obliga a poner la lupa sobre su legado en el noroeste peninsular, especialmente en lo que hace a su gestión de la nacionalidad gallega. Meses atrás, este medio publicaba un reportaje sobre la herencia lingüística que dejaba Feijóo a trece años de su decreto en materia del uso del gallego.

Los especialistas entrevistados aseguraban que cada año había un retroceso en su uso y cuidado y que en los adolescentes de hoy día es en los que más se percibía, porque habían vivido la escolarización bajo aquella polémica normativa de la nueva derecha del Partido Popular de Galiza (más filojacobina y españolista que la de Manuel Fraga Iribarne, más distante con el PP centralista).

Para tristeza de los que quieren vivir en su lengua materna, y para los amantes de la cultura y las lenguas en general, los pesimistas siguen teniendo razón: los datos del último informe sobre el uso del galego publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) demuestran que la tendencia es negativa y que de continuar así, sin cambio alguno, la lengua de Rosalía de Castro y Emilia Pardo-Bazán va camino a la extinción entre los menores de 20.

La escuela que «desgalleguiza»

Los datos recogidos por el INE son con respecto a 2021 y tras el proceso de análisis e interpretación, hace pocas semanas se dio a conocer el resultado final. Cabe recordar que de todas las lenguas cooficiales del Estado español, el gallego es la que peores tendencias exhibe. No es casual: si Catalunya o las Illes Balears, con su modelo de inmersión lingüística en la escuela, son un extremo del parámetro, con la CAV, Nafarroa y el País Valencià en grises intermedios, Galiza está en las antípodas con la menor cantidad de horas curriculares brindadas en gallego. 

Las cifras del INE indican que el 28,2% de los menores de 20 años reconocen que no hablan nada en gallego y si lo hacen, es con «mucha dificultad», en tanto el 32,8% responde no saber escribir o solo poder hacerlo de forma muy deficitaria. Además, el 35% de los adolescentes afirman que utilizan el gallego con sus familias. Menos de dos de cada diez dijeron haber tenido el gallego como lengua inicial en su aprendizaje.

Las cifras del INE indican que el 28,2% de los menores de 20 años reconocen que no hablan nada en gallego, y si lo hacen, es con «mucha dificultad»

«Los datos de 2021 empeoran los de 2019 y consolidan el avance acelerado de la sustitución lingüística del gallego por el castellano», asegura en conversación con NAIZ la diputada del Parlamento de Galiza y también novelista, Mercedes Queixas Zas.

La escritora, que es la portavoz en materia de Lengua del Bloque Nacionalista Galego y miembro de la Real Academia Galega, señala que su formación ha analizado «los datos con rigor» y que si bien no asumen una «visión catastrofista en la que se crea que todo está perdido ni mucho menos», tienen «preocupación» por un informe del INE que presenta números «muy delicados» y por los cuales exigen que la Xunta «intervenga».

La alarma del BNG apunta sobre todo «a la franja de edad de menores de 20 años, en la que el uso de la lengua y su conocimiento es cada vez peor», en tanto recalca que en la población mayor de 50 años los datos «reflejan que hay un uso del idioma cooficial de más del 50%».

«El dato crucial para nosotros es que casi un 30% de los menores de 20 reconoce que no es capaz de hablar nada o hacerlo con mucha dificultad. Esto no solo no mejora, sino que no se hace nada para que cambie. Por eso, lamentablemente, los datos no nos sorprenden, sino que vienen a reforzar lo que ya predecían desde el Instituto Galego de Estadística y diferentes estudios de la Real Academia Galega y del Consello da Cultura Galega, además de los informes del Consejo de Europa», explica Queixas.

Es por ello que considera que «la escuela gallega ‘desgalleguiza’ a los estudiantes, se ha convertido en un ámbito hostil para el aprendizaje del gallego e incluso algunas familias denuncian que los niños entran a la escuela hablando bien gallego y acaban hablando solo castellano».

La situación del gallego también tiene una realidad geográfica distinta. En las zonas rurales su utilización frecuente y conocimiento supera el 50% mientras que en las comarcas de los centros urbanos desciende, con especial fuerza en A Coruña, Ferrol y Vigo, resistiendo más en Santiago de Compostela y Lugo.

En las zonas rurales la utilización frecuente del gallego y su conocimiento supera el 50% mientras que en las comarcas de los centros urbanos desciende

Apenas juró el cargo al frente de la Xunta, Núñez Feijóo rompió el consenso social en materia lingüística (y lo pregonado por su propio partido en los años 80) y en lo que se considera el decreto fundacional de su ofensiva castellanizante amputó las asignaturas en gallego, permitiendo que solo fueran un tercio del total y anuló la inmersión en la educación inicial de 3 a 5 años. Además, ejecutó la primera prohibición de una lengua cooficial desde el fin del franquismo, prohibiendo explícitamente el gallego para clases de matemática, física y ciencias, entre otras medidas.

Desde el BNG varias veces han señalado que el llamado «PIN parental» que luego propuso Vox tuvo su origen con aquel decreto de Feijóo, al obligar que los padres sean preguntados para permitir o no si sus hijos recibían clases en gallego. Todo esto, según Queixas, está dando sus frutos castellanizantes en la actualidad: «Los jóvenes que ahora tienen 20 años son los que empezaron su escuela primera o infantil con el decreto de Feijóo, por tanto estos datos son la evaluación de aquel decreto».

«Modo negacionista»

Según Queixas, esta debacle gradual del gallego «es lo que Feijóo buscaba de verdad y ha tenido éxito» y añade que la juventud no solo habla menos la lengua cooficial «sino también el inglés, porque es el alumnado de todo el Estado español que menor dominio del inglés tiene».

Cuando se le pregunta qué dice el PPdeG al respecto, responde que ellos están en «modo negacionista». «También están en cierta forma atados de pies y manos porque cuando iniciaron todo esto en 2009 se agarraron de todo lo que ahora es Vox, como la plataforma Galicia Bilingüe, que es españolismo puro y ahora se llama Hablemos Español». La diputada recuerda que el actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (elegido por Feijóo como sucesor), participaba de las manifestaciones de esas plataformas en tiempos del bipartito PSOE-BNG.

Tanto en el hemiciclo como públicamente, Rueda dice defender un «bilingüismo cordial» y no admite la existencia de un problema. En los hechos, el PP deja claro de qué lado está: en 2022, la Xunta destinó a los medios en castellano diez veces más ayudas que a los que publican en gallego, siendo por lejos el mayor beneficiado el grupo empresarial que edita ‘La Voz de Galicia’.

En 2022, la Xunta destinó a los medios en castellano diez veces más ayudas que a los que publican en gallego

Ante este contexto, Queixas asegura que su formación quiere «pasar de la preocupación a la acción» y proponen un Plan de Igualdad Lingüística que elimine las restricciones que presenta el uso del gallego, como por ejemplo, dar tecnología y matemática en ese idioma. «Lo haríamos con consenso social y que cada centro, dependiendo de su contorno sociolingüístico, se adaptase», añade.

Esa sería la primera fase del plan de acción. La segunda sería actualizar la ley de Normalización Lingüística aprobada en tiempos de Fraga (fue la primera ley emanada del Parlamento de Galiza tras la votación del Estatuto de autonomía) y que, increíblemente, no ha tenido nunca en cuarenta años una actualización. «Esta ley no se adapta a los contextos de comunicación de hoy, por ejemplo, todo lo del mundo digital no está incorporado».

Este año, Feijóo enfrentará al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y, salvo que ocurra algo muy inesperado, uno de los dos será el nuevo inquilino de La Moncloa. Preguntada por el legado que ha dejado en una nacionalidad histórica como Galiza y qué se puede esperar de él, Queixas es contundente: «Viendo lo que hizo aquí, pues intentará unificar, centralismo. Y tratará de descafeinar las identidades. No se puede esperar otra cosa».