Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La gran obra de la Euskal Mitologia

IRATI
EH. 2022. 114’ Dtor. y guion.: Paul Urkijo Alijo. Prod.: Paul Urkijo, Joanjo Landa e Iñaki Buruchaga/ Bainet. Int.: Eneko Sagardoy, Edurne Azkarate, Itziar Ituño, Elena Uriz, Kepa Errasti, Nagore Aranburu, Iñaki Beraetxe, Ramon Agirre. Mús.: Aranzazu Calleja y Maite Arroitajauregi.

Paul Urkijo dirigiendo esta elaboradísima producción de época.
Paul Urkijo dirigiendo esta elaboradísima producción de época. (NAIZ)

​No merece la pena perder el tiempo intentando explicar las razones por las que ‘Irati’ (2022), a pesar de sus cinco nominaciones para los Goya, se fue de vacío, desplazada por la película del nuevo cineasta oficial de la corte. Es en el festival de Sitges donde mejor saben apreciar el trabajo de Paul Urkijo, y así su segundo largometraje se hizo con los premios del Público y de Mejores Efectos Especiales. No obstante, la verdadera importancia de esta gran obra de la Euskal Mitologia reside precisamente en su capacidad para ilustrar en la gran pantalla todo ese legado cultural como antes ninguna otra obra audiovisual producida en Euskal Herria lo había llevado a cabo.

Los mitos y leyendas locales se adaptan a las mil maravillas a una creación fantástica medievalista que se nutre del género de espada y brujería. Se la puede emparentar en dicha vertiente con ‘Conan’ (1982) o ‘Excalibur’ (1981), de John Milius y John Boorman, respectivamente. En cuanto a las secuencia bélicas, su empleo de los elementos climáticos y orográficos remite a Orson Welles y ‘Campanadas a medianoche’ (1965) o a los ‘Macbeth’ de Roman Polanski (1971) o Justin Kurzel (2015).

Visualmente es fascinante, siempre partiendo de la novela gráfica de Juan Luis Landa y Jon Muñoz ‘El ciclo de Irati’. Los seres atávicos que habitan bosques, cuevas, ríos y montañas conectan con las corrientes modernas del ‘folk horror’ y películas de otras latitudes como ‘Midsommar’ (2019) o ‘The Wicker Man’ (1973).

El reparto coral se contagia asimismo de esa fuerza telúrica, con caracterizaciones tan arraigadas como brillantes. Hombres, mujeres y criaturas paganas que nos trasladan al siglo VIII mediante la magia y narrativa oral que ya emanaban de su ópera prima ‘Errementari’ (2018).