
El Athletic se enfrentará al Real Madrid el próximo 24 de mayo. Será el último escalón que deberán superar las rojiblancas para alcanzar por tercera vez en su historia la final de Copa, un título que se les resiste. Alhama y Atlético de Madrid se enfrentarán un día antes y los dos ganadores pelearán por el título el sábado 27 de mayo. Todos los encuentros se disputarán en Butarque, con un aforo de 12.454 asientos, y en horario nocturno –las semifinales a las 21.00 y la final a las 22.00–, que no parece el más apropiado, más aún teniendo en cuenta la posibilidad de prórroga y penaltis, para un público como el del fútbol femenino, en el que la presencia de familias y niños suele ser amplia. Los precios entre los 10 y 15 euros para las semifinales y a partir de los veinte para la final.
La Federación Española, que antes del sorteo ha mantenido una reunión con los cuatro clubes participantes, ha adelantado una gran novedad. Y es que se utilizará el VAR en la final, no así en las semifinales. Además, tras la polémica de la Supercopa, se ha establecido que la entrega de medallas seguirá el mismo protocolo que la de la final masculina. Es decir, las capitanas subirán al palco de autoridades para recibir los trofeos y las medallas se entregarán a los delegados de los dos equipos finalistas para que las repartan entre las jugadoras.
«Mucha ilusión» en Lezama
El Athletic, que ejercerá de local en semifinaless, alcanza el play-off tras haber eliminado al Madrid en su debut (0-1) y superar después a Osasuna (1-2). El Real Madrid de Maite Oroz y Nahikari García, que el pasado fin de semana ha asegurado la clasificación europea –todavía peleará por defender el segundo puesto y evitarse una de las dos previas de Champions–, se impuso a Fundación Albacete (0-6) y Villarreal (1-2), ante el que necesitó llegar a la prórroga, y sueña con el primer título de su todavía corta historia. Con apenas tres años de vida, el histórico de enfrentamientos de las merengues con el equipo vizcaino es corto: seis partidos, los dos primeros todavía bajo el nombre de Tacón, cinco triunfos para las madrileñas y una sola victoria para el Athletic, la que conseguía el equipo de Iraia Iturregi en la primera vuelta de la temporada pasada (2-0). Precisamente una de las goleadoras de aquel partido, Ane Azkona, representaba a distancia a su equipo en el sorteo de Las Rozas, donde recordaba que el último choque con las madrileñas, disputado en Valdebebas, fue «muy disputado y aunque nos ganaron por la mínima, les costo». Así que no habrá piel de cordero, entre otras cosas porque «cualquier rival era complicado. Vamos a preparar el partido con mucha ilusión y pelear por intentar llegar a la final», aseguraba la delantera navarra, que reconocía que «es un título que se nos resiste pero todo los años hay mucha ilusión. Cada vez que hay un partido de Copa se trabaja con mucha ilusión. Esperemos que esta vez sea la vencida».
Alhama y Atlético de Madrid disputarán la otra semifinal un día antes, el martes 23 de mayo. El equipo murciano no solo es el que vive una situación más apurada –incluso podría estar descendido para cuando se dispute el play-off–, sino también el que ha recorrido un camino más largo para llegar a Leganés ya que, al haber militado en Reto la temporada pasada, comenzó a competir desde la primera eliminatoria. Cinco ha superado, contra Bizkerre (0-5), Elche (1-5), Valencia (1-0), Levante (5-3) y Granadilla (1-0) para alcanzar las semifinales. El Atlético de Ainhoa Moraza, por el contrario, debutó en octavos al igual que Athletic y Real Madrid, y también como vizcainas y merengues, se ha cruzado con un rival de Liga F y otro de 1ª RFEF. El conjunto colchonero, que ya tiene una Copa (2016) en sus vitrinas y otros tres subcampeonatos, uno de ellos frente a la Real, alcanza el play-off tras superar precisamente al equipo txuriurdin (0-2) y al Granada (0-3). Afronta la recta final de la temporada peleando también por la tercera plaza liguera, y el consiguiente billete continental, todavía con opciones, aunque exiguas, tras haberse impuesto el domingo al Levante, que precisamente ocupa ese tercer puesto.
Historial doloroso
Los éxitos siempre ilusionan pero la Copa es una espinita clavada en el corazón rojiblanco. El Athletic debutó en el torneo hace veinte años, apenas dos semanas después de hacerse con su primer título de Liga –cuyo aniversario se celebra, precisamente, mañana– y cayó a la primera ante el Estudiantes. De forma bastante cruel porque tras caer por la mínima en el partido de ida, empató a cinco en Lezama, habiendo marchado cuatro veces por delante en el marcador y encajando el tanto definitivo en el minuto de 98.
Lo que podía haber quedado en anécdota no fue sino el prólogo de la tortuosa relación del club vizcaino con la Copa, que ni siquiera en sus mejores años ha sido capaz de conquistar. Ha participado en 19 ediciones, bajo todos los formatos, y en once de ellas ha caído a la primera.
Sólo dos veces ha alcanzado el Athletic la final y ambas las ha perdido de manera tan dolorosa como en aquella primera eliminatoria con el Estudiantes. En 2012, tras haber superado en semifinales a un Barcelona que defendía título, se enfrentó en Las Rozas al Espanyol. El partido, que las rojiblancas acabaron con nueve por las expulsiones de Arrate Orueta e Irene Paredes, se decidió en el minuto 115, cuando Mari Paz Vilas, que vivía el mejor momento de su carrera, anotó el 1-2 definitivo. El sabor del subcampeonato fue aún más amargo dos años después. Las vizcainas se enfrentaban en Ceuta al Barcelona, que también ahora defendía título y que les había arrebatado el de Liga justo un año antes, en aquella última jornada de infausto recuerdo disputada en San Mamés, tras una temporada en la que habían liderado la clasificación desde la primera jornada hasta ese último partido. Había, por tanto, cierta sensación de revancha en un partido al que el Barcelona, que daba los primeros pasos serios en el proyecto que le ha llevado a lo más alto, encaraba como favorito. El choque llegaba al noventa con el empate inicial y ya sin Leire Landa, que se rompió la rodilla en el primer tiempo –en su último partido como rojiblanca, ya que ese mismo verano ficharía por, precisamente, el conjunto catalán–. En la prórroga, Alexia adelantó al Barcelona y Nekane empató solo cuatro minutos después, con lo que el título se decidió en la tanda de penaltis. El equipo culé anotó los cinco y el Athletic se quedó a uno, al detener Laura Rafols el lanzamiento de Irene Paredes, curiosamente también hoy en las filas del conjunto catalán.
En Lezama se ilusionan ahora con una tercera final y, claro, con un desenlace más favorable. Las dos victorias que han enlazado las rojiblancas ante Alavés y Alhama les aseguran virtualmente la permanencia con lo que, tal y como quería Iraia Iturregi, podrán preparar el play-off con más tranquilidad y afrontar la cita con mejores sensaciones de las que han tenido a lo largo de casi todo el curso.

Mikel Zabalzaren omenaldia Endarlatsan: «Guk badakigu egia eta ondorengoek ere jakingo dute»

Denuncian que Soto Ivars presentará en Bilbo su libro «que niega la violencia machista»

Muere Robe Iniesta, cantante de Extremoduro muy ligado a Bizkaia, a los 63 años

Robe Iniesta, el poder del arte

