Daniel   Galvalizi
Periodista

La candidata narco y otros escándalos no castigan a Vox en muchas regiones del Estado

La concejala-camello de la madrileña Parla y el alcaldable manchego que no iba a votarse a sí mismo son tropiezos de la campaña de la extrema derecha. Sin embargo, a excepción de Madrid y Galicia, en casi todas las regiones estatales al sur de Euskal Herria el partido de Abascal mantiene o crece.

Santiago Abascal, en un mitin en Chinchón (Madrid).
Santiago Abascal, en un mitin en Chinchón (Madrid). (Mateo Lanzuela | Europa Press)

La película empieza con dos protagonistas. El matrimonio adalid del neoliberalismo castizo, Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, fueron pillados por la Agencia Tributaria declarando un trabajo «simulado» para defraudar a la Hacienda pública, emitiendo una «factura falsa». Luego sigue con una candidata a concejal en el cinturón rojo madrileño a la que le encuentran dos kilos de cocaína y armamento. Y continúa con un candidato a alcalde en Ciudad Real que dice que no votará su propia lista.

El filme bien podría llamarse ‘Una campaña para el olvido’ o ‘Batacazo de Vox tras los múltiples escándalos’. Pero no. A la versión española de la derecha radical y populista no la erosionan estos tropiezos. Quizás hasta lo contrario, radicalizan más a sus bases y va camino a crecer en casi todas las regiones del Estado, excepto en Madrid.

Vox no crece en Madrid, pero es porque el PP ha virado hacia posiciones trumpistas con Ayuso

 

Pero una alerta a los desprevenidos: no es que la mayor región metropolitana de la Península haya virado a la izquierda, sino que la derecha tradicional, encarnada por el PP, ha virado hacia posiciones trumpistas, en donde los límites son más difusos y con unos discursos disruptivos y salidas de tono que provocan que Isabel Díaz Ayuso devore parte del electorado de Vox y le impida crecer a su derecha.

«Vox está al alza en muchos territorios y falta ver el efecto del asunto de EH Bildu sobre el elector conservador. Dependerá de cómo afecte en los electores de derechas el discurso del PP y las posiciones de sus líderes, o sea, Ayuso frente al resto», explica un sociólogo que trabaja en una de las empresas encuestadoras más grandes de Madrid.

También hay un hecho a tener en cuenta: las últimas autonómicas de abril de 2019 en las que votaron las 12 comunidades que ahora van a las urnas (además de Castilla y León, que ha votado hace un año) ocurrieron en un momento en que la ultraderecha no estaba tan instalada como ahora. De hecho, en las generales de mayo de 2019 obtuvieron poco más de la mitad de los escaños que conseguirían en la repetición de fines de aquel año. Su discurso ha tenido cuatro años para permear más y ganar espacio, mover la línea del marco en el debate público a su favor y con muchos medios como cómplices.

En algunos sitios clave, como el País Valencià y las Illes Balears, donde hay gobiernos tripartitos entre PSOE, Podemos y soberanistas, todas las encuestas dan empate entre bloques y un notable ascenso de Vox (excepto el CIS, que otorga leve ventaja a las izquierdas). También en Canarias, donde no tenía casi presencia, podría crecer y de hecho está cerca de entrar con escaño a un sitio que todavía tenía inexpugnable: el Ayuntamiento de Barcelona.

En Madrid, epicentro de los medios conservadores más potentes del Estado, sin embargo, Vox podría perder dos escaños ante el fenómeno político de Ayuso, que se mantiene con fuerza como y crecería incluso más que hace dos años. Los de Monasterio pasarían de 12 a 11 escaños y perderían alrededor de 1,5 por ciento de los votos. En Galiza la ultraderecha no obtendrá escaños en ningún ayuntamiento de las ciudades más grandes, según la encuestadora Sondaxe.

La paradoja de la edil camello «que daba miedo»

Una de las irrupciones más bizarras que viene teniendo este ciclo electoral es la noticia de la detención de la número dos del grupo parlamentario Vox en la populosa Parla, la ciudad más pobre y desigual según las estadísticas del sur madrileño, con 130.000 habitantes, y el mayor ratio de Ingreso Mínimo Vital de toda la comunidad.

Ana González Martínez fue detenida por la Policía Nacional a comienzos de mayo por una operación antidroga y se le encontraron en su domicilio dos kilos de cocaína, armas blancas y armas de fuego. Está acusada de tráfico de cocaína y marihuana en la región más pobre de Madrid.

La candidata a presidenta madrileña por Vox, Monasterio, ha dicho en el debate con los candidatos que su partido ha «fulminado» a González Martínez y ha mostrado sorpresa y desconocimiento de la doble vida de la concejala, a quien la Junta Electoral ya le ha aceptado la renuncia a su candidatura, advirtiendo que no se imprimirán nuevas papeletas.

«Tanto su discurso como su propia expresión corporal era siempre muy agresiva y beligerante. En todos los plenos había alguna intervención suya en la que aludía a la inseguridad de Parla, que vinculaba con la población migrante. A mí me acusaba de favorecer la okupación y los robos, decía que no conocíamos la realidad del municipio», explica en conversación con NAIZ la portavoz del grupo de Unidas Podemos en el Ayuntamiento, Leticia Sánchez.

La portavoz de UP en Parla recuerda a NAIZ la «agresividad y beligerancia», también contra el narcotráfico, de la edil de Vox detenida, que tenía kilos de cocaína y armas de fuego en su casa

 

Además de concejala, Sánchez es psicóloga y no oculta su perplejidad frente a la doble vida de la dirigente de Vox. «De esto nunca habíamos escuchado nada, ni un rumor. Ella además tenía un discurso muy duro contra los sectores pobres y migrantes y a mí me ha dado miedo, literalmente, en algún pleno, la tenía cara a cara y me acusaba de cosas y yo pensaba ‘esta tipa es violenta y si estoy a solas qué puede hacerme’», añade.

Insólitamente, Sánchez recuerda que González Martínez «se quejaba continuamente de las bandas de narcotráfico y las mafias, ella tenía un perfil más macarra que otra gente de Vox, con maneras violentas».

Para más inri, relata que el comentario entre los concejales al día siguiente de conocerse la noticia era «vaya los fichajes que hace» el líder de Vox en Parla. Y es que el secretario del grupo de ultraderecha fue echado porque una concejala de Vox (que luego se separó del grupo) lo denunció penalmente por acoso.

«Lo de González demuestra la hipocresía en su discurso, la incoherencia grande de pasarse cuatro años diciendo que el Gobierno socialcomunista generaba inseguridad y ella lo que hacía. Es un discurso peligroso y tengo cierta preocupación que en una democracia sana esto debería pasar factura, y un votante de Vox debería replantearse el voto. Pero creo que no le pasará la factura que se merece. Eso me parece preocupante en términos democráticos», concluye.

El alcaldable que no se votará
    
Junto a ello, el partido de Santiago Abascal ha anunciado que retirará de la competición por la Alcaldía de Pozuelo de Calatrava (de la provincia de Ciudad Real) a José Antonio Cáceres, luego de que esta semana asegurara en redes sociales que aunque encabezara la papeleta de la formación allí, se oponía a la ideología de Vox y, para más surrealismo aún, dejaba caer que no se iba a votar a sí mismo.

Con Tamames como candidato a presidente en la moción de censura criticando postulados esenciales de Vox pensamos que lo habíamos visto todo, pero no. El propio candidato ahora decía que ni siquiera cogería su papeleta. En su cuenta de Twitter, Cáceres había dicho que no conocía a ninguno de sus compañeros candidatos a concejales y, para peor, que la mayoría ni siquiera residía en Pozuelo de Calatrava.

Vox ha informado a la Junta Electoral de que retira la candidatura en ese municipio, por lo cual su papeleta no será repartida en los centros de votación. A esta embestida del partido, Cáceres redobla la apuesta y dijo en su cuenta de Twitter con sarcasmo:«Están que se suben por las paredes». Además, ha negado que le hayan pedido que renuncie y que el que se bajó «del carro», según su frase textual, fue él mismo, que decidió dar por acabada su candidatura el 3 de mayo pasado.

El culebrón, entre lo payasesco y lo delictivo, puede ser frecuente para partidos nuevos que deben conformar listas en muchos distritos

El culebrón que viene teniendo Vox, que pendula entre lo payasesco y lo delictivo, puede ser frecuente para partidos nuevos, que en su afán de conformar listas en muchos distritos, en ocasiones no saben realmente a quiénes están incorporando a sus filas. En muchos casos fueron desencantados del PP y Ciudadanos, en otros, gente de Hazte Oír u organizaciones falangistas. Y en otros casos, como se demuestra, criminales o advenedizos.

Lo sorprendente es que a pesar de esto, de los escándalos de sus líderes como el del matrimonio Espinosa de los Monteros, Monasterio, y de constantes exabruptos como la agresión de una diputada en el Congreso contra la ministra Irene Montero o ediles de Madrid que llaman por su nombre de varón a una colega trans, el electorado sigue firme y creciendo para Vox, que sumará mayor presencia en miles de municipios del Estado y más escaños en todas las autonomías donde se eligen parlamentos. Luz de alerta para la mayoría progresista y plurinacional de cara a las generales.