Iñaki  Iriondo
Cronista político

Sin vetos en teles y redes, EH Bildu gana reconocimiento a su trabajo en Madrid

Desde la moción de censura a Rajoy y la investidura Sánchez, EH Bildu ha obtenido una visibilidad que nunca antes tuvo y, mezcla de su peso político y, sobre todo, del levantamiento de los vetos en televisión y el impacto de las redes, sus portavoces han logrado un gran reconocimiento público.

La portavoz de EH Bildu en el Congreso y candidata por Gipuzkoa, Mertxe Aizpurua, se mostró ayer en el Forum Nueva Economía de Bilbo satisfecha del trabajo hecho en Madrid.
La portavoz de EH Bildu en el Congreso y candidata por Gipuzkoa, Mertxe Aizpurua, se mostró ayer en el Forum Nueva Economía de Bilbo satisfecha del trabajo hecho en Madrid. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Google no ofrece resultados a la pregunta de encuestas sobre los diputados y diputadas más conocidos y conocidas, pero a buen seguro Oskar Matute es de los más fácilmente identificables, sobre todo en los ámbitos de izquierdas del Estado. Y ello no es solo por su oratoria y capacidad política, y la del resto de miembros del grupo parlamentario de EH Bildu, que también, sin porque con la moción de censura que sacó de la Moncloa a Mariano Rajoy y la investidura que llevó a la presidencia a Pedro Sánchez, poco a poco fue cayendo el veto y censura al que se estaba sometiendo a los representantes del independentismo vasco.

Baste recordar que en 2011 la coalición Amaiur obtuvo nada menos que 7 escaños en el Congreso y 334.498 votos. Pero desde la Mesa se buscaron excusas de porcentajes para que ni siquiera pudiera formar grupo (bastan 5) y los relegaron al Grupo Mixto, en un claro veto político que se extendía a la mayoría de los grandes medios de comunicación del Estado.

Durante años, la única posibilidad de que la opinión pública en general tuvo de conocer las posiciones de EH Bildu fue seguir las emisiones en directo de los debates, que solo se retransmiten en las investiduras o el del ‘Estado de la Nación’.

Pero esos vetos, sobre todo a partir de la caída del PP, se fueron levantando, y poco a poco las diputadas y diputados de EH Bildu se asomaron a los «telediarios», tanto en sus intervenciones en pleno como en las comisiones, y algunos de ellos, como Jon Iñarritu, Mertxe Aizpurua y Oskar Matute, empezaron a ser conocidos.

Y al tiempo que se les conocía, fueron cayendo prejuicios. Durante esta legislatura, y con cuestiones como la política penitenciaria corriendo por otro carril, EH Bildu ha mostrado en el Congreso su lado más social, lo que ha sorprendido gratamente a muchos sectores de izquierda.

A ello han contribuido también de forma determinante, no solo la televisión, sino también los medios digitales y las redes sociales. Sin ningún tipo de estudio científico que respalde esta impresión, cabe decir que Oskar Matute es una de las estrellas parlamentarias en el canal de twitter de ‘El HuffPost’.

Referentes fuera de Euskal Herria

Así, EH Bildu se ha convertido en un referente político no solo en Euskal Herria, sino también para algunos sectores de la izquierda del Estado, que tanto en las elecciones del 28 de mayo como ahora aseguran echar de menos poder contar con una candidatura de estas características.

En un contexto en el que la peleas intestinas lastran las posibilidades de las coaliciones de las izquierdas de ámbito estatal y tanto daño le hacen, estas fuerzas harían bien en imitar la solidez y armonía interna de EH Bildu. Lo ocurrido en los prolegómenos de las elecciones autonómicas andaluzas podía haber servido de lección para la constitución de Sumar, pero no parece que aprendieran mucho. Y lo que podía haber sido un proceso de confluencia ilusionante, ha tenido momentos en los que parecía un campo de batalla donde se iban acumulando cadáveres políticos.

El grupo de EH Bildu en las Cortes está formado por diputados y senadores provenientes de la tradición de la izquierda abertzale de la línea Batasuna-Sortu, de la que fue su escisión, Aralar, también de Alternatiba, que fue corriente de Izquierda Unida, y de Eusko Alkartasuna, formación socialdemócrata que creó el primer lehendakari de la CAV, Carlos Garaikoetxea, cuando rompió con el PNV. Además hay personas que se sumaron como bilkides independientes.

Cabe dudar de que a la vista de su funcionamiento público y actividad en las Cortes, nadie que no conozca sus trayectorias personales anteriores sea capaz de distinguir su adscripción militante. Desde luego para la derecha y sus medios todos son de ETA, gracias a lo cual y desde la Mesa del Congreso, Adolfo Suarez Jr. pudo ampliar sus conocimientos literarios. Hablando ya más en serio, esta falta de fricciones públicas internas, ni en las labores cotidianas ni en la confección de las listas, demuestra el trabajo interno realizado en ese terreno. Y lo mismo ocurre en otras instituciones, como los parlamentos autonómicos, juntas generales y ayuntamientos.

También en el funcionamiento del Gobierno, la coalición PSOE-Unidas Podemos podría fijarse en cómo funciona la formada por PNV y PSE en la CAV, donde pocas veces trascienden disensiones entre uno y otro partido en lo relativo a la estricta actividad gubernamental. Sin embargo, la Moncloa ha sido especialista en radiar y televisar todos los enfrentamientos que precedían a la aprobación de un proyecto de ley importante o en estropear cada éxito conseguido en las Cortes con alguna bronca posterior.

Cohesión interna y fidelidad

Probablemente esa cohesión interna de EH Bildu sea una de las claves de sus éxitos electorales en los últimos comicios, a lo que sin duda ha contribuido también la consistencia de sus candidatos y la publicidad obtenida por sus representantes institucionales en todos los ámbitos. Y, frente a ello, se ha hecho evidente que la sobreexposición que algunos medios han dado a todo lo que entendían que podía erosionar a EH Bildu, como pudieran ser los críticos de EA o los jóvenes de GKS, ha logrado finalmente una incidencia muy reducida en sus resultados electorales.

Con 366.339 votos, EH Bildu es la fuerza que más votos obtuvo en Hego Euskal Herria el pasado 28 de mayo y, además, con 1.399 concejales elegidos, es también la que más representación municipal tiene. Es la fuerza con más ediles también en Nafarroa, de donde proceden 345 de esos ediles. En total han sido 137 más que hace cuatro años. También ha sido llamativo que, como ya ocurrió en las elecciones autonómicas de la CAV de 2020, en medio de una mayor abstención EH Bildu haya subido en votos totales.

Todas las encuestas que se están realizando muestran la enorme fidelidad de voto de la izquierda independentista, muy por encima de cualquier otra fuerza política. El informe del CIS que se conoció al inicio de la campaña oficial muestra que EH Bildu tiene una fidelidad del 9,2 sobre 10. El 82,8% de quienes votaron a la izquierda independentista en 2019 responden que volverán a hacerlo el 23 de julio. No hay en el sondeo ninguna candidatura que tenga semejante cifra. En cualquier caso, al ser elecciones de ámbito estatal, hay un 2,5% de votantes de esta formación que dicen estar pensando en apoyar al PSOE, mientras que un 4,9% podría inclinarse por Sumar.

Es llamativo que, al menos según el CIS, no hay ningún porcentaje sustancial de quienes declaran haber votado a EH Bildu en 2019 que respondan que van a inclinarse por el PNV en esta ocasión. Sin embargo, hay un 4,5% de exvotantes jeltzales que se inclinarán por EH Bildu en esta ocasión.

El PNV apenas tiene un 58,0% de voto asegurado sobre quienes le apoyaron hace cuatro años. Hay un 9% de sus electores que ahora apostarían por el PSOE y un 4,9% responde que su papeleta será para el PP. También hay un 3,9% que abrazará la causa de Sumar.

Dos pilares

La campaña de EH Bildu se está sustentando en dos pilares. Por un lado, garantizar en la medida de sus posibilidades que sus votos van a servir para frenar que la derecha rojigualda, en cualquiera de sus formulaciones, pueda llegar de nuevo al Gobierno del Estado. Se debe tener en cuenta que hay quienes desde el PNV y el baúl de los recuerdos del PSOE están hablando de permitir gobernar al PP, si gana las elecciones, para que no entre Vox en el Consejo de Ministros.

Por otro lado, EH Bildu pone en valor sus contribución a los avances sociales que se han dado en la legislatura, en materias como el Salario Mínimo, la subida de las pensiones, la ley de muerte digna, la Ley de Vivienda, y en terrenos como el de la memoria democrática. El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha llegado a prometer que derogará todas las leyes votadas por EH Bildu, solo por ese apoyo.

En un desayuno informativo del Forum Nueva Economía en Bilbo, la cabeza de lista de EH Bildu por Gipuzkoa, Mertxe Aizpurua, se mostró ayer «satisfecha» del trabajo hecho. «Pocas personas –dijo– podían imaginar que tendríamos la capacidad de condicionar las políticas públicas como lo hemos hecho y de alcanzar tantos acuerdos positivos para la ciudadanía vasca». «Siempre con responsabilidad para proteger a la gente y con ambición para poder ofrecer algo mejor, poder dar un paso más allá de lo que el Gobierno planteaba y de lograr avances más profundos», apuntó.

Con este bagaje, EH Bildu se presenta a las elecciones a Cortes con viento a favor y la esperanza de ser la primera fuerza en Hego Euskal Herria, para que su presencia en las Cortes pueda ser determinante a la hora de trabajar por las clases populares vascas y también las del Estado.