Marianito Gorri

Un día sanferminero con la nieta

Los abuelos son claves en la conciliación sanferminera. Gracias a ellos, padres y madres pueden darlo todo algún día y, tal vez, pasar la resaca sin niños que cuidar (y aguantar).

Un par de nietos, preparados para exprimir a la amatxi.
Un par de nietos, preparados para exprimir a la amatxi. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Más puntuales que sus hijos e hijas, amatxi y aitatxi recogen a Lur, la nieta de tres años. Dormirá en su casa y pasará el día siguiente con ellos para que los padres de la criatura puedan pillarse un buen pedo y agonizar al día siguiente en casa.

En sanfermines, aitatxi y amatxi miman a su nieta como nunca. Desayunan en casa unas madalenas, nada de avena ni mierdas modernas. Lo primero al llegar a la iglesia de San Lorenzo es comprar un par de abanicos en un puesto para mitigar el calor que hará durante el día. Lur lleva días encaprichada con un globo de Braulia por lo que es obligada una incursión a la calle Mayor.

El parque de la Taconera es un buen sitio para niños y mayores. Es enorme, con mucho verde y mucha sombra y a los críos les encanta ver los pavos reales, los ciervos y el resto de animales que habitan el foso. Un poco más allá Birjolastu, la zona de juegos gratuita rebautizada el año pasado por Navarra Suma como ‘Juego-Rejuego’, es perfecta para que Lur pase un buen rato.

Llegada la hora del vermú, se acercan a la carpa del Oinez para echar un pote y comer. Un par de rondas, unas rabas, un par de bocatas y un mosto txiki y una croqueta p’a la cría sacian apetitos. Uno de los dos se acercará a la calle San Lorenzo a por un helado para Lur.

Tras la siesta en la silleta, una vueltica por los puestos de la Taconera termina con una pistola de pompas. Un paseo hasta las barracas, un par de viajes en el tiovivo y, por fin, limpios y duchados pero manifiestamente desmejorados, el aita y la ama llegan a por Lur. Mil gracias a todas las amatxis y aitatxis, os las merecéis.