
A una hora de distancia del partido de Euroliga, la Sala VIP del Buesa Arena ha podido hacer un aparte con uno de sus mayores ídolos como es Luis Scola, en los prolegómenos de la retirada de su dorsal. El legendario número 4 de Saski Baskonia, ahora principal mandatario del Pallacanestro Varese, ha departido con aficionados baskonistas de nuevo o antiguo cuño, en una charla amigable resumida con una sola frase de lo que fueron diez años. «Venir a Vitoria fue como venirme a mi casa».
De los nervios y los ligeros problemas con el micrófono, ha pasado a un recordatorio en el que la nostalgia y la mirada hacia el futuro, tanto el suyo como del Baskonia, se han ido dando la mano.
«Yo tenía 15 años cuando, en una gira con la selección Argentina, Alfredo Salazar me quiso reclutar. Yo al principio no quería venir, pero él insistió; en un momento tan difícil como es la adolescencia en la que es muy complicado proyectar lo que va a ser un jugador, Alfredo Salazar fue el primero que creyó en mí», ha recordado el expívot del Baskonia, que firmó su primer contrato a los 17 años para, un año después, aterrizar en Gasteiz, ciudad en la que estuvo hasta su marcha a la NBA al final de la temporada 2006/07.
«Cuando llegaba al aeropuerto me vinieron recuerdos porque cuando recién llegué acá, el estadio apenas tenía 5.000 localidades y de aquello solo queda la cúpula. No existía el BAKH y, por no existir, no existía ni Lakua. Han cambiado muchas cosas y para mí, no es que estuviera aquí diez años, es que estuve desde los 17 hasta los 27, en el final de mi adolescencia; fue mi primera experiencia lejos de casa, mi primera experiencia profesional. Aquí nacieron mis primeros hijos...» ha recordado un sonriente y dicharachero Scola, que después del parlamento, ha podido sacarse fotos con los aficionados que han aplaudido su entrada en la sala con emoción.
«Liderando con el ejemplo»
Conceptos como el «Carácter Baskonia», la importancia de Josean Kerejeta –«el mejor presidente de Europa», ha asegurado– y de Dusko Ivanovic. Un conjunto de personas con una forma de trabajar que «son muchas cosas aunque se resuma con el concepto de ‘Carácter Baskonia’. Desde el primer día que llegué aquí, se vio que el club tenía una ambición de crecer –«todavía no había jugado en la Euroliga, y ahora lleva 23 años consecutivos jugándola», ha recordado–, una exigencia y una manera de hacer las cosas que, como era mi primera experiencia profesional, yo pensaba que aquello era lo normal. Pero luego desde fuera he podido ver que la forma de hacer las cosas en este club no la tiene otro».
Y en esa forma de hacer las cosas, a Scola le tocó erigirse en líder, un liderazgo que replicaba el jugador argentino al mismo estilo que el club: «se hace, haciendo. Se lidera con el ejemplo. Con una manera de trabajar en el día a día en el que la figura de Dusko Ivanovic resume también. Da igual qué tipo de recursos tengas, sino que cada día se sigue picando piedra, sin excusas, y con ese trabajo es que se consiguen los resultados», ha indicado.
Lejos de las pistas desde los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, Scola ha indicado que «desde adentro de la cancha influyes en el juego mucho más rápido, ya que una buena o mala decisión pueden variar el curso de un juego en un segundo. Desde afuera todo es más lento. Puedo influir al conseguir un fichaje, o un patrocinador, pero se tarda mucho más tiempo», ha explicado, dejando que la nostalgia por volver a estar en el parqué se limita a situaciones muy concretas. «Lo bueno es que me retiré con la sensación de haberlo dejado todo», ha recalcado, retomando el hilo de su frase más redonda, al asegurar que «siempre guardaré un recuerdo del Baskonia».

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