Mussa’ab Bashir Alazaiza

Gaza es una franja de Palestina

No es la primera vez que la Franja de Gaza está en el epicentro de la actualidad. Siempre en un contexto sangriento y violento. Pero esta vez está siendo objetivo de un genocidio con características muy propias del colonialismo sionista.

Territorios ocupados de Palestina.
Territorios ocupados de Palestina. (NAIZ)

El titular puede sonar a perogrullo. Pero, junto con la infografía, nos muestra lo que era la Palestina bajo mandato británico y cómo Israel redujo a un tercio el distrito histórico de Gaza. De aquellos polvos, estos lodos.

El 7 de octubre 2023 fue el comienzo de la reciente ronda de violencia causada por el colonialismo sionista y no se debió al comienzo de una «guerra entre Hamas e Israel». El establecimiento de Israel, un régimen colonialista basado en una ideología sionista y erigido en 1948, es la causa principal de todos los problemas en aquella zona.

¿Por qué Israel es un régimen colonialista? El objetivo de la Organización Sionista Mundial (OSM) fue establecer «un hogar para los judíos en Palestina», según la declaración de su primer congreso celebrado en Basilea en 1897.

La organización se llama sionista porque adopta el sionismo, una ideología racista con rasgos nacionalistas que nació a comienzos del siglo XVIII junto a otras ideologías semejantes como el nacionalismo germánico, que se transformó en el nazismo o el ultranacionalismo polaco o ucraniano, como explicó el académico canadiense (judío) Yakov Rabkin.

La palabra sionismo deriva de Sion, el nombre de un monte en la capital palestina de Jerusalén. Con Sion apelan a la creación en Palestina de un «Estado judío» tal y como predicaban los padres del sionismo, especialmente Theodor Herzl, primer presidente de la sionista OSM.

El movimiento sionista en el siglo XVIII era minoritario entre la gente judía de Europa e inexistente entre la gente judía en el resto del mundo, pero su composición era la clase que compartía los mismos intereses de la clase hegemónica en Europa y que estaba construyendo Estados-Naciones en aquella época de la Primera Revolución Industrial.

En este contexto surgieron potencias colonialistas, como Inglaterra y Francia, que empezaron a invadir el mundo árabe. Herzl vio entonces una oportunidad para pactar con dichas potencias, por eso dijo en su libro ‘El Estado judío’: «Para Europa formaríamos allí un baluarte contra Asia, estaríamos al servicio de los puestos de avanzada de la cultura contra la barbarie. En tanto que Estado neutral, mantendríamos relaciones con toda Europa que tendría que garantizar nuestra existencia».

El movimiento sionista contó también con apoyo del Sultanato Otomano, que facilitó la inmigración de judíos sionistas a Palestina, donde establecieron los primeros kibutz y los primeros asentamientos como Petah Tikvah.

Con la caída de Palestina a manos de Gran Bretaña, después de la I Guerra Mundial, los británicos se comprometieron a facilitar la creación de un Estado judío. Un proceso al cual el pueblo nativo palestino se resistió; sin embargo, el desequilibrio de fuerzas debido al apoyo del colonialismo al movimiento sionista y las consecuencias nefastas de la Segunda Guerra Mundial –entre otras razones– llevaron a fortalecer al movimiento sionista que puso sobre la mesa el primer plan para tomar el control de Palestina en 1937, el llamado Plan A o Plan Alimelech Avnir, ayudante militar de David Ben-Gurion que declaró el Estado de Israel en 1948.

Desde 1937 hasta 1948, los sionistas recogieron información en todas las localidades palestinas y recibieron entrenamiento y armamentos de Gran Bretaña. El plan fue modificado tres veces y, finalmente, efectuaron el plan D (Dalet en hebreo) que consiste en limpiar étnicamente Palestina y declarar un Estado. Eso llevó a la destrucción de más de 600 localidades y la expulsión violenta del 75% del pueblo palestino, convirtiéndolo en refugiados.

Las organizaciones militares terroristas sionistas invadieron el 77% de la superficie de Palestina sobre la cual declararon el mencionado Estado de Israel. Este capítulo de la historia palestina es la Nakba, «calamidad» o «desastre» en árabe. El peor evento en los anales históricos de este pueblo milenario.

Después de la limpieza étnica: la segregación racista. Casi dos tercios de los refugiados palestinos se quedaron dentro de su país, en dos zonas: la Franja de Gaza y Cisjordania. La ciudad de Gaza era, hasta la llegada de la Nakba, la capital del distrito que lleva también su nombre y cuya superficie era entonces de 1.111,5 km2 y cuya población alcanzaba las 80 mil personas.

En 1948 llegaron, expulsados de sus tierras, 200 mil compatriotas refugiados y refugiadas. Israel concentró así a todos ellos en una franja de tierra que se había reducido a 365 km2. La Franja de Gaza estuvo controlada por las autoridades egipcias y, Cisjordania, por las jordanas hasta 1967, año en el que Israel ocupó el resto de Palestina, así como partes de Egipto, Jordania y Siria.

Desde entonces, la Franja de Gaza ha resistido a la ocupación israelí y sus medidas represivas y racistas de diferentes formas. Los años 70 fueron años de resistencia armada, principalmente con las llamas Fuerzas de Resistencia Popular, una milicia formada por el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). El FPLP forma parte, junto a otras facciones, de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), pero, finalmente, el Ejército israelí acabó con esta milicia de izquierda.

Las medidas israelíes aumentaron, destrozaron todos los intentos de independencia económica palestina y toda reclamación de identidad nacional, llegando así al estallido de la primera insurrección popular, conocida en árabe como Intifada.

La capitulación de la OLP: el surgimiento de Hamas En 1993, sin referéndum alguno ni consulta a los órganos representativos del pueblo palestino, Yaser Arafat, líder de la OLP, decidió reconocer a Israel, cediendo así el 77% de la tierra de Palestina y el derecho al retorno de los refugiados y refugiadas a cambio de la promesa de tener un Estado Palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza. Fue el infame Acuerdo de Oslo.

Como resultado de dicho acuerdo, la OLP creó la Autoridad Palestina (AP), un organismo de gobierno para las localidades palestinas en Cisjordania y la Franja de Gaza, pero sin soberanía nacional, ni control de fronteras o de recursos naturales, tampoco con independencia económica.

La corrupción de la AP, liderada por Arafat y luego por Mahmud Abbas, la indecisión de la izquierda palestina, que se convirtió en un ente de ONG y un satélite para la OLP, llevó a la victoria rotunda de Hamas en las elecciones del Consejo Legislativo en 2006.

Solo los habitantes de la Franja de Gaza y Cisjordania, es decir, menos del tercio del pueblo palestino, pueden votar en las elecciones del Consejo Legislativo que nombra un gobierno local.

La victoria de Hamas fue un voto de castigo contra la AP y Fatah, partido de Mahmud Abbas, que no quiso entregar el poder a Hamas, lo que desató enfrentamientos interpalestinos en 2007. Hamas venció en Gaza, donde tiene una fuerza militar relativamente importante, mientras que Cisjordania permaneció bajo el gobierno de Fatah.

Israel encierra y bombardea: Hamas explota y dispara

El modelo de gobierno de Hamas ha resultado también corrupto. A diferencia de Fatah, Hamas es una facción con una ideología populista-islamista que interpreta la religión musulmana de manera represiva. Hamas no es ISIS ni Al-Qaeda, es una facción islamista palestina que, al contrario que Fatah, no ha abandonado la lucha armada contra Israel.

Israel, por su parte, tampoco ha abandonado su política de castigo colectivo contra la población palestina. De hecho, la ha ido incrementando desde 2007, cuando Hamas tomó el poder de la Franja, y no ha dejado de destrozar campos agrícolas ni de restringir la zona de pesca, disparando y deteniendo a los pescadores. La tasa de desempleo entre la juventud gazatí ha llegado al 65% este año 2023.

Con todo, Israel encerró casi herméticamente la Franja y la ha sometido a bombardeos y operaciones militares israelíes en los años 2009, 2012, 2014, 2019 y 2021, causando traumas psicológicos en toda la población, sobre todo entre los y las más pequeñas.

Las marchas pacíficas hacia la línea divisoria que separa la Franja del territorio de Palestina controlado por Israel, exigiendo el retorno de los refugiados y la apertura de los pasos, fueron respondidas por la fuerza letal. Israel dejó más de 300 palestinos muertos y 30.000 heridos, entre ellos cientos con amputaciones por a las balas explosivas de los francotiradores israelíes.

La Franja de Gaza estaba siendo una olla a presión que iba, inevitablemente, a estallar en un momento u otro. E Israel es responsable porque ha provocado que la generación que creció bajo el bloqueo estalle.

La mayoría de los milicianos de Hamas, y de otras facciones palestinas armadas, son jóvenes que crecieron bajo el bloqueo y los bombardeos. Eso es lo que el régimen colonialista de Israel cultivó.

Aun así, el régimen sionista sigue insistiendo en tratar la situación con más violencia y fuerza letal, quebrantando insolentemente el derecho internacional y declarando inequívocamente que quiere cometer un genocidio.

En sus ruedas de prensa, junto a su gabinete de guerra, Netanyahu ha dicho que en el ejército israelí «hay judíos y no judíos luchando dentro de la Franja de Gaza». Efectivamente, el ejército colonial sionista tiene unos pocos musulmanes y cristianos luchando bajo mando de judíos, todos ellos sionistas. Esto recuerda a los ejércitos colonialistas franceses, ingleses y españoles, que también tenían indígenas que luchaban contra su gente.

El pueblo palestino es un pueblo árabe en su gran mayoría y se compone de personas musulmanas, cristianas y también judías. Israel no es representante del judaísmo, sino del colonialismo, y Gaza no es un país ni un Hamastan (tierra de Hamas), sino una parte de un país colonizado que se llama Palestina.