Una estatua a Iribar, un saque de honor del golfista Jon Rahm y un partido de leyendas son algunos de los actos con los que se va a cerrar la conmemoración de los 125 años de existencia del Athletic.

Eventos con los que se va a dar contenido a una celebración histórica, pero que no pueden despistar a un primer equipo que se mide a un adversario de muchos kilates y con el premio de seguir metido en la pelea por los puestos europeos.

Ganarle al Atlético sería el mejor broche a dicha efemérides, sobre todo teniendo en cuenta que los colchoneros no son un equipo simpático para la afición de San Mamés, pese a que los madrileños fuesen en sus inicios una filial del club de Ibaigane en la capital española.

Puestos a hablar de aniversarios, y aunque hayan pasado 27 años, sigue fresco entre la hinchada rojiblanca el obsceno pisotón que le propinó Simeone a Julen Guerrero y que la grada del estadio bilbotarra se encarga de recordarle en cada visita al ahora técnico atlético.

El Athletic se aferra a su racha de seis partidos consecutivos sin perder después de la derrota a última hora en Montjuic, habiendo sumado 12 de los 18 posibles, aunque tendrá que afrontar importantes bajas, algunas de última hora.

Entre estas, las de Iker Muniain –fiebre– y Óscar de Marcos –tocado en un tobillo–, que se suman a las ya conocidas de Iñigo Ruiz de Galarreta, Yeray Álvares y Dani García, lo que obligará a Ernesto Valverde a recomponer su once.

Así, tendrá que echar mano con toda probabilidad de los servicios de Yuri Berchiche y de un ya recuperado Mikel Vesga. El primero ocupará el flanco defensivo izquierdo, lo que desplazará a Iñigo Lekue al diestro, mientras que el segundo acompañará en la sala de máquinas a Beñat Prados, debutante como titular en Granada.

El encuentro en la ciudad andaluza no dejó buen sabor de boca, pues quedó la impresión en el entorno rojiblanco de que el equipo perdió dos puntos más que ganar uno, después de partir con ventaja en la reanudación del partido tras la muerte de un aficionado por causas naturales el día anterior, desaprovechar ocasiones muy claras de gol y acabar empatando por una diana en propia puerta.

Podrán resarcirse los anfitriones de esas malas sensaciones si confirman su solidez casera –invicto en los últimos siete duelos ante su público–, superando a un Atlético al que han ganado en tres de las últimas cinco visitas colchoneras y al que podrían acercarse a solo dos puntos en la tabla.

La mayor amenaza visitante tiene un nombre: Antoine Griezmann. El ex txuri urdin, que marcó la única diana del último triunfo madrileño en San Mamés, está en racha, a solo dos tantos de igualar la marca histórica de 173 goles de Luis Aragonés defendiendo la elástica del Atlético.

Los de Simeone ofrecen una imagen muy diferente lejos del Metropolitano. De ser los mejores locales de LaLiga –pleno de ocho triunfos–, se sitúan como séptimos fuera de casa, con 10 puntos de 21 posibles, habiendo ganado solo tres de sus últimos diez desplazamientos.

Con las únicas bajas de Pablo Barrios y Thomas Lemar, volverán al once madrileño Koke Resurrección, Álvaro Morata y Marcos Llorente, para conformar el habitual 5-3-2 de la escuadra madrileña.

Valverde: «Habrá que estar a un nivel altísimo»

Valverde es consciente de que el Atlético, «uno de los rivales importantes» del campeonato, les va a obligar a «estar a un nivel altísimo» para poder sumar una victoria que les mantendría en posiciones europeas.

«Son un gran equipo. Muy competitivo y el que menos goles recibe fuera de casa. Ya sabemos cómo es el Atlético de los últimos años, equipo de Champions y candidato a estar arriba siempre. Intentaremos estar a nuestro nivel y que ellos no tengan su mejor versión», ha apuntado.

Cuestionado sobre una posible mejoría en el juego del adversario esta temporada, Valverde ha considerado que el Atlético «siempre ha jugado bien» porque «un equipo que se mantiene arriba, año tras año, tiene que jugar bien».

«El fútbol abarca muchas cosas, la defensiva y la ofensiva, y las dos son igual de importantes. Ahora igual salen más con el balón jugado desde atrás, pero se les puede identificar claramente. Como juegues con espacios a tu espalda, te buscan esos balones a Morata que siempre está rompiendo», ha reflexionado.

«Ahora han añadido que en juego combinativo están más confiados y lo hacen bien, pero a la hora de defender y ser solidarios lo mantienen como siempre», ha añadido un Valverde que ha admitido que deberán mantener una vigilancia especial sobre Antoine Griezmann porque sabe «cómo se las gasta contra el Athletic».

«El año pasado nos hizo dos goles que supusieron seis puntos para ellos. A nosotros nos ha hecho mucho daño en el tiempo y le tendremos que tener en cuenta porque es un poco indetectable y cuando llega de segunda línea es determinante. Aunque digas lo que digas, sigue haciendo lo mismo, porque es muy bueno», ha asumido.

Por otro lado, el de Viandar de la Vera no cree que los actos que van a rodear al partido como broche a la celebración del 125 aniversario, desde la inauguración de la estatua a José Ángel Iribar a mediodía o el partido de veteranos posterior al choque liguero, vayan a descentrar al equipo, ni a él, ni tampoco supongan un aliciente extra.

«Este tipo de partidos son, de por sí, motivantes. Luego, hay circunstancias que hacen que sea una jornada especial para el club y nosotros esperamos contribuir a que todo salga bien. Para mí, no es nada complicado centrarme. Estoy con todos los sentidos puestos en el partido, el resto es cuestión del club», ha incidido.

Por último, se le preguntó a Valverde si se le había propuesto participar en el partido de veteranos frente al Oporto para el que han sido convocados futbolistas con más de 125 partidos con el Athletic, requisito que cumple holgadamente, ya que disputó 188 en seis temporadas. «Por el bien del espectáculo, creo que es mejor que me mantenga al margen de este partido», ha zanjado, entre risas.