
Anunciar una suerte de «sprint entre cojos» difícilmente atraerá a nadie a ver un espectáculo deportivo, pero lo cierto es que Surne Bilbao Basket y Bàsquet Girona han pasado por mejores momentos esta temporada. La parte buena es que cuando el partido de este viernes, que arrancará a las 19.00 en el Bilbao Arena de Miribilla, uno de los dos, preferiblemente el cuadro bilbaino, habrá truncado su mala racha.
«Este equipo no está descompuesto, sino todo lo contrario», ha reivindicado Jaueme Ponsarnau en la previa de este encuentro y tiene todo el derecho del mundo a alzar la voz por sus jugadores y su trabajo. Pero lo cierto es que de sus nueve últimos partidos solo ha ganado uno, curiosamente en la pista de un equipo de Euroliga como es La Fonteta, y lo cierto es que n o suma un triunfo como local en la competición doméstica desde que el 14 de octubre superase por 94-93 al Granada.
Desde entonces, Lenovo Tenerife, Real Madrid, Unicaja y Breogán –este último penúltimo clasificado con un balance de 4-10; es decir, un triunfo menos que los hombres de negro, aunque empatado con Andorra y Granada– se han llevado tan preciado botín de un Bilbao Arena que ha de recuperar su condición de fortín, porque para evitarse sustos y seguir siendo «uno de los 16 mejores de la Liga ACB», como gusta de decir el propio Jaume Ponsarnau, ningún otro sitio mejor que en casita.
«Esto –la mala racha– afecta a nuestra capacidad competitiva e intentamos hacerle frente. Hemos dado un paso en nuestra capacidad competitiva, pero en los momentos en los que todo se aprieta no estamos bien», ha reconocido el técnico targarino, también «preocupado» por la mala gestión de los finales de los partidos estas últimas semanas, como se pudo ver en la más reciente derrota, sucedida en la pista de un Gran Canaria al que el cuadro vizcaino dominó durante más de tres cuartos de partido.
Ponsarnau ha confirmado también que Tryggvi Hlinason, ausente los tres últimos partidos de liga por un esguince en el tobillo izquierdo, «está curado» y, por lo tanto, disponible para «ayudar en lo que pueda».
«Aún no tiene ritmo competitivo, pero sí el ritmo de trabajo adecuado para poder contar con él. Un partido del ritmo que va a tener éste no es el mejor día, pero es el que hay», ha apostillado el técnico bilbaino, quien cuenta también con un Alex Renfroe que comenzó la semana con «un problema en la espalda» derivado del último partido en la pista del Gran Canaria.
El preparador de los hombres de negro busca poner buena cara a este mal momento, pero no ha desaprovechado la oportunidad de pedirle un empujón a sus aficionados. «Para revertir esa situación en el partido ¡probablemente más clave de hasta ahora, el equipo necesita de la afición», ha recalcado Ponsarnau.
«Hemos demostrado dudas en nuestra capacidad competitiva, pero no en nuestro juego. Cuando hay dificultades nos cuesta ser sólidos y si tenemos la ayuda de Miribilla seguro que tendremos más posibilidades. Necesitamos ese apoyo cuando las cosas no salgan bien y si están con nosotros juntos podremos vivir una fiesta», ha asegurado.
Último tren para la Copa
Aunque parece mentira, Bàsquet Girona enlaza una racha de cuatro derrotas en sus seis últimos partidos con sus opciones de meterse en la Copa. A falta de tres partidos para terminar la primera vuelta, el conjunto dirigido por el exjugador Salva Camps suma un balance de 7-7, y aunque ocupe la undécima plaza, tiene la séptima posición que en estos momentos en para el Joventut a un solo partido.
Precisamente fue el Joventut el último rival contra quien perdió el cuadro gerundenses por 67-82, un día en el que firmaron un 5 de 29 en triples, apenas un 17% de efectividad, y que además ha perdido definitivamente al escolta estadounidense Markel Brown, luego de que el jugador alcanzase un acuerdo con la entidad para rescindir su contrato, tras promediar 7,7 puntos y 4,5 de valoración en once partidos.
«Es un partido importante porque juegan en casa y porque tienen este punto de necesidad, que hará que su motivación sea un poco más alta. Nosotros tenemos que ser capaces de igualar este nivel de motivación y este nivel físico para se competitivos», ha indicado Salva Camps en la previa a este duelo.
La pasada campaña cada uno de los dos contendientes ganó su partido como local. Bàsquet Girona arrolló a los de Jaume Ponsarnau por un claro 84-59 en la primera vuelta, mientras que en el pasado 19 de marzo, uno de los mejores partidos de Francis Alonso con puntos y los 14 tantos y 8 rebotes de Emir Sulejmanovic le dieron a los hombres de negro un trabajado triunfo por 84-77. No estaría mal que se repitiese este resultado.

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