
La cita era a las 12.00 en el Boulevard, y la imagen era reveladora: mayoría de blancos en las calles de la turistificada Donostia disfrutando de sus vacaciones, mayoría de racializadas luchando por sus derechos alrededor del quiosco, primera de las cinco paradas de la deriva feminista que varias trabajadoras de hogar y de cuidados de los cuatro territorios de Hego Euskal Herria han realizado este domingo en la capital guipuzcoana.
Esta movilización ha sido el resultado de un proceso de reflexión entre varias cooperativas conformadas por trabajadoras de cuidados que en los últimos meses han unido sus fuerzas bajo el paraguas de la plataforma Denon Bizitzak Erdigunean, convocante de la huelga general feminista para dignificar el sistema de cuidados en noviembre del pasado año. En concreto, las cooperativas Hegoaldetik Enarak y la Asociación de Trabajadoras del Hogar y de los Cuidados de Araba (Athca), Bidez Bide y Maitelan (Gipuzkoa), Trabajadoras no Domesticadas y Mujeres del Mundo (Bizkaia), y Thycna (Nafarroa), han llamado a «repolitizar» el manido concepto del autocuidado; a menudo quimérico para ellas.
Tejidas las alianzas, hoy ha sido el día para que el resto de la sociedad y las instituciones públicas escuchen las reivindicaciones de estas trabajadoras. Para ello, han hecho varias paradas estratégicas en su recorrido por la capital guipuzcoana; la primera, en el punto de partida, el Boulevard. «Estamos aquí hoy porque queremos hacer una reivindicación fundamental para nuestra salud física y mental; queremos poder disfrutar de vacaciones, de tiempo libre, de ocio, de darnos un descanso del intenso trabajo que realizamos de manera continua y en muchos casos sin horarios, poco valorado y reconocido», han manifestado las integrantes de Bidez Bide.
Han recordado que «lo personal es político» y, por tanto, han llamado a «repolitizar la palabra autocuidado», tan de moda en la sociedad en general, pero a veces inalcanzable para las cuidadoras. Por ello, han cuestionado: «¿Quién cuida a las trabajadoras de hogar y de cuidados? ¿Qué pasaría sin nosotras dejáramos de cuidar?»
Siempre acompañadas por la batucada feminista, la deriva ha marchado hasta la sede del servicio Zuzenean del Gobierno de Lakua. Desde ese lugar, integrantes de Athca han trasladado la preocupación de las trabajadoras por el difícil acceso a los cursos de formación sociosanitaria, que desde 2018 es requisito indispensable para seguir trabajando en Araba y Gipuzkoa. Han remarcado, además, que las compañeras que no tienen padrón, permiso de trabajo o de residencia no pueden acceder a dicha formación.
La interpelación a las instituciones vascas no ha acabado ahí. Cuando la manifestación ha arribado hasta la plaza Gipuzkoa, donde se encuentra la sede de la Diputación de este herrialde, han recordado que las diputaciones de la CAV son las responsables de que tengan que trabajar sin la garantía mínima de sus derechos laborales y sin convenio provincial en Araba. Han criticado «la proliferación sin control de las residencias privadas» y, en ese sentido, han apuntado que muchas familias «no pueden hacerse responsables de todo el gasto que conllevan los cuidados». «Además, la Diputación Foral de Gipuzkoa les empobrece más al asignar con mucho retraso las ayudas a la dependencia, que son un paliativo, no una solución», han desvelado desde Trabajadoras No Domesticadas.
Ni trabajo interno, ni Ley de Extranjería
La deriva ha continuado su recorrido recordando en todo momento que no han estado todas las que son: faltaban las trabajadoras de cuidados en régimen interno. En todo momento, han exigido la abolición de este trabajo «esclavo», al tiempo que han pedido un convenio digno para todas las empleadas del sector.
La penúltima parada de esta movilización que se ha desarrollado en tono festivo ha sido en el puente Santa Catalina, desde donde han denunciado con fervor las violencias a las que se enfrentan muchas de las mujeres que han vivido procesos migratorios. Según han explicado, esas violencias no cesan con la llegada a Euskal Herria por culpa de la Ley de Extranjería, que les obliga a trabajar años sin permiso de trabajo, sometiéndoles a «infinidad de vulneraciones laborales y sociales», han alertado desde Tycna y Mujeres del Mundo.
La movilización ha acabado en la plaza Catalunya del barrio donostiarra de Gros, que en estas fechas celebra sus fiestas. Ese lugar, como otras plazas, «simboliza los espacios en donde muchas trabajadoras de hogar y de cuidados pasamos nuestro poco tiempo libre», han apuntado las socias de Maitelan.
Finalmente, han materializado el deseo de tomar el espacio público, de autocuidarse y de disfrutar su tiempo de ocio participando en la comida popular en la plaza Catalunya.

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