ALTUNA III - REZUSTA 22

ARTOLA - IMAZ 13

Cuando Jokin Altuna está inspirado, limitarse a sentarse y aplaudir es una tentación demasiado grande. Obviar el trabajo de Beñat Rezusta como simple «zaguero de Altuna» sería injusto, porque los zurdazos del pelotari de Bergara han puesto a Imaz contra las cuerdas, o contra la pared de rebote en Ogeta en la final del Torneo Virgen Blanca, pero es que la facilidad y destreza con las que Altuna ha manejado el partido ha sido digna de admiración y ovación cerrada. Por algo, aparte de ganar la final con Rezusta, también se ha llevado el premio al mejor pelotari de la final.

Para cuando Artola e Imaz se han querido dar cuenta, el resultado era de 5-1, momento en el que la pareja azul ha parado el partido con un descanso más táctico que físico. Imaz ha empezado menos concentrado de lo que en él es habitual, dejándose alguna que otra pelota fácil en la gatera, amén de tener que sostener el bombardeo de Rezusta. En la parte delantera del frontón, por su parte, Artola se ha mostrado inquieto, buscando cargar atrás el juego en busca de alguna oportunidad diáfana, pero al de Alegia le cuesta un triunfo acabar un tanto –como se ha visto en el 6-2, en el que ha tenido que acabar el tanto tres veces antes de clavarles a los colorados una dejada de sotamano en el txoko–, y eso queda muy al desnudo cuando enfrente está un Jokin Altuna que termina con la facilidad de un genio a la que ve una oportunidad.

Y no solo es una cuestión de habilidad rematadora. Cuando el de Amezketa logra conectar con la derecha, la pelota sale a toda velocidad y es capaz de dar un par de buenos pelotazos atrás para poder abrir huecos y prepararse para el remate. Nada que los aficionados a la pelota no sepan, pero que al mismo tiempo sorprende por la regularidad que el actual campeón manomanista muestra en su dominio.

Del 5-1 se ha pasado al 6-2, pero después del bonito tanto de Artola los colorados han recuperado el saque en el siguiente envite, y esa recuperación ha sido el preludio de una nueva racha hasta el 9-2. Suerte que Rezusta se le ha escapado una pelota cercas del rebote en el siguiente tanto. Pero claro, a la siguiente ha sido Ander Imaz quien ha dejado escapar una pelota sin ningún misterio.

La final se ha decidido ahí, en realidad. Artola e Imaz han empezado a carburar a partir del 9-2 adverso y han dejado en la retina buenos tantos y una dureza de pareja rocosa que les ha servido para ganarse el favor del público. Pero sus tantos han sido mucho más trabajados y sin esa brillantez de la pareja colorada, que ha sabido cuándo aguantar y cuándo apretar el acelerador para hacerse con el Trofeo Virgen Blanca.

Con todo, los colorados también son humanos y Artola e Imaz también saben jugar. Cuando el de Alegia ha terminado el 10-4 Ogeta ha prorrumpido en una cerrada ovación a su parada en el txoko de aire, y hasta el primer error de Altuna ha sido una bendición, no tanto por felicitarse de los fallos de Altuna, sino porque con el 10-5 ha brillado levemente la opción de que la final fuera una final. Es decir, competida.

Pero entre el talento de Altuna y una pelota que se le ha quedado corta a Imaz, el 12-6 del primer descanso largo no ha presagiado precisamente una voltereta épica de la pareja azul.

Dignidad azul

El 12-7 ha sido un muestrario de las virtudes de defensa y hasta resistencia de la pareja azul, levantando Artola e Imaz pelotas imposibles antes del error de Rezusta con su mano derecha. Pero justo en el siguiente tanto, se ha visto la «cara b» de los azules: dominio abrumador con Artola buscando el remate de toda forma y condición, para terminar persiguiendo una pelota camino de los vestuarios tras un remate espectacular del mago de Amezketa.

Dentro de la desigualdad manifiesta, al menos Artola e Imaz han empezado a dignificar la final gasteiztarra, que no es poco. Artola ha atacado a Altuna sin miedo ni complejos e Imaz ha elevado mucho su nivel respecto de su flojo arranque. Y así, a base de sudar cada tanto y con el de Alegia buscando los huecos de una u otra forma, los azules han conseguido ponerse 14-10, en un momento en el que Altuna no ha pasado de espectador. Solo que, a poco que el de Amezketa ha azuzado el trapo rojo, ha conseguido atraer a sus rivales a sus inmediaciones, y el zurdazo de Rezusta se ha convertido en 15-10, al tener que levantar Imaz un recado con el rebote a tiro de escupitajo.

Y tras ese tanto, nuevo parcial colorado. Una descoordinación azul, una pelota envenenada para Imaz en el txoko y un misil de Rezusta hasta Mendizorrotza después de que Altuna haya mareado a Artola e Imaz. Total, un ilevantable 18-10 en el momento del último descanso largo, y la sensación en el ambiemte de que, bueno, al menos los azules han justificado previamente su presencia en esta final, así que poco para reprocharles.

Menos aún cuando Ander Imaz se ha marcado un gran tanto en los cuadros alegres, primero cortando con la zurda al ancho antes de terminar con un voleón que ha puesto al Ogeta entero en pie. Como en pie se ha puesto cuando Artola ha logrado el duodécimo tanto azul con otro voleón al centro de la cancha que Altuna no ha podido levantar. A falta de emoción, dignidad, que no es poco.

A partir de ahí, Altuna y Rezusta han apretado nuevamente el acelerador y entre su propio talento y un último fallo de Ander Imaz el partido se ha decidido como mandan los cánones; es decir, en el cartón 22, aunque en realidad la suerte ha quedado echada en los primeros tantos.

FICHA TÉCNICA

Duración: 64.30. Pelotazos: 623. Tantos de Saque: 0 Altuna y 0 Artola. Tantos en juego: 12 Altuna, 2 Rezusta; 7 Artola, 1 Imaz. Tantos perdidos: 3 Altuna, 2 Rezusta; 1 Artola, 7 Imaz. Marcador: 1-0, 1-1, 2-1, 6-1, 6-2, 7-2, 9-2, 9-3, 10-3, 10-5, 11-5, 11-6, 12-6, 12-7, 13-7, 13-8, 14-8, 14-9, 14-10, 15-10, 18-10, 18-11, 18-12, 19-12, 21-12, 21-13, 22-13. Incidencias: Final del Torneo Virgen Blanca, disputado en el frontón Ogeta de Gasteiz. Momios de 100 a 90 para la pareja colorada. El primer saque, para la pareja azul.