El programa del Partido Laborista británico incluía la propuesta de crear un fondo de riqueza soberano «para ayudar a estabilizar la economía del país y generar riqueza para las generaciones futuras». El pasado 9 de julio, la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, anunciaba el lanzamiento de un fondo de 7.300 millones de libras para invertir en proyectos de infraestructura, gigafábricas y energía limpia.

Un reciente artículo de Financial Times señala que hace 20 años este tipo de fondos era raro y, sin embargo, en la actualidad están por todas partes. Lo cierto es que Global SWF, una empresa que analiza este tipo de fondos, tiene contabilizados más de 650, aunque lógicamente, todos no tienen las mismas características.

Fondo de desarrollo estratégico

Como recoge el programa electoral laborista, existe gran variedad de fondos soberanos. La mayoría se han formado gracias a las regalías que proporcionaba la explotación de materias primas, ya sea petróleo, gas u otro tipo de minerales. Algunos fondos se han capitalizado utilizando las reservas de divisas del país y algunos países los han financiado por medio de bonos gubernamentales, impuestos o con los beneficios de las empresas públicas.

Por el modo de financiación, el planteado por los laboristas será de este último tipo. No necesitan grandes cantidades de capital para empezar a financiar proyectos, puesto que no se requiere «ahorro previo». Por las declaraciones de los responsables gubernamentales, el fondo británico pretende además atraer 3 libras de capital privado por cada libra de capital público que invierta el fondo.

Desde el punto de vista de los objetivos, existen diferentes opciones de inversión para estos fondos soberanos. Los laboristas se han inclinado por lo que se llaman fondos soberanos de desarrollo estratégico (SDSWF por sus siglas en inglés) que tiene como principal finalidad financiar las prioridades estratégicas de un país, esto es, el desarrollo económico a largo plazo.

Un fondo de esta clase busca combinar un objetivo financiero –lograr cierta rentabilidad de la inversión– con uno económico –desarrollar los sectores que se consideran prioritarios– y es una opción que está ganando peso en todo el mundo, seguramente como forma de que el Estado ofrezca seguridad a inversiones privadas en sectores que, por la razón que sea, no resultan atractivos al capital. Representan una forma distinta de reducir los riesgos de las inversiones.

Por otra parte, es muy posible que el uso de un fondo con capital permita eludir los requisitos de las políticas de austeridad que se han autoimpuesto los gobiernos europeos y que el gobierno laborista, al parecer, va a mantener. De hecho, a finales de julio la ministra de Hacienda ya reveló que había encontrado en las cuentas públicas un déficit de más de 22.000 millones de libras (unos 26.000 millones de euros), e instó a los ministerios a ahorrar 3.000 millones este ejercicio y a reducir el gasto administrativo un 2%.

Prioridades de inversión

Entre las prioridades de inversiones, el programa laborista señala a las empresas británicas en cualquier etapa del ciclo de vida, siempre que participen en los sectores estratégicos que sean definidos como prioritarios, y sean británicas, tanto por su principal establecimiento como por el control efectivo de la misma.

En cuanto a los planes de inversión, de momento, el Gobierno planea invertir 1.800 en la modernización de puertos y el desarrollo de las cadenas de suministro en toda Gran Bretaña. Además, destinará 1.500 millones de libras para el desarrollo de nuevas gigafábricas, 2.500 millones a la industria del acero, 1.000 millones al despliegue de la captura de carbono y otros 500 millones al hidrógeno verde.

El programa laborista recoge otras formas de apoyo al desarrollo económico que se implementarían a través del fondo. Por un lado, destaca que pretende crear incubadoras de empresas, aceleradores para agilizar la expansión de las empresas emergentes y centros de innovación que serán propiedad del fondo. Por otro lado, otra destacada línea de trabajo será la participación en el capital de empresas emergentes y la participación en el capital de grandes empresas británicas. El programa asimismo enumera un buen número de sectores que considera estratégicos, que básicamente están relacionados con la digitalización, la biotecnonología y energías limpias.

En cuanto a la financiación del fondo, el programa laboristas recoge varias fuentes de ingresos. En primer lugar, los ingresos procedentes del petróleo y el gas. A continuación, se gravarían los beneficios caídos del cielo de las industrias energéticas, pero también de otras que han obtenido beneficios extraordinarios a causa de la pandemia de la covid. En tercer lugar, estarían la financiación a través del presupuesto. En cuarto lugar, la emisión de bonos gubernamentales. Y por último, los laboristas señalan la posibilidad de utilizar las reservas de oro y divisas y un impuesto a las empresas tecnológicas globales.

En cualquier caso, no será hasta que se discutan los presupuestos cuando se conocerán más detalles de la composición del fondo.