
El Ayuntamiento de Iruñea colocará este viernes una placa conmemorativa de Ángel Berrueta en el barrio Donibane de Iruñea. El panadero murió a manos del policía Valeriano de la Peña y su hijo tras tener una discusión con María Pilar Rubio, quien pretendía colocar en su tienda un cartel que atribuía a ETA los atentados del 11-M de 2004, que se habían registrado dos días antes.
Este viernes, más de dos décadas después de aquellos hechos, Berrueta tendrá el reconocimiento oficial de la ciudad, con un acto de inauguración de la placa conmemorativa, en el que participará el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron.
La iniciativa es del equipo de Gobierno de la ciudad, que en diciembre cumplirá un año desde que desalojase a Cristina Ibarrola (UPN) de la Alcaldía con una moción de censura. Además, ha sido consultada con el Departamento de Memoria y Convivencia del Gobierno navarro.
A lo largo de estos 20 años, la plataforma Angel Gogoan ha puesto placas conmemorativas en más de una ocasión, pero han sido atacadas y retiradas una y otra vez. En el décimo aniversario de la muerte, vecinos de Donibane colocaron una placa que la Policía Municipal retiró pocas horas después. «¿Qué es lo que molesta de esa placa?», preguntó entonces la familia, que ahora recibirá ese reconocimiento oficial por parte del Ayuntamiento.
Ya en 2016, representantes del Consistorio y del Gobierno navarro participaron por primera vez en el homenaje de recuerdo. Y el pasado mes de junio, el Ejecutivo de Iruñea reconoció a Berrueta y su familia como víctimas de la violencia policial.
En este caso, el Gobierno navarro reconoció como víctimas también a la viuda de Berrueta, Mari Carmen Mañas, y a sus cuatro hijos e hijas, por las agresiones y amenazas que sufrieron tras la muerte. Tras conocerse aquella noticia, Aitziber Berrueta, hija del fallecido, calificó la noticia como «tranquilizadora», a la vez que señaló que se trataba de «un punto y seguido porque seguiremos luchando por todas esas víctimas que siguen sin reconocerse».
Amenazas a la familia
Y es que la familia recibió amenazas desde el mismo día en el que enterraron al panadero. En una entrevista con NAIZ en marzo pasado, cuando se cumplían veinte años de la muerte de Berrueta, Mari Carmen Mañas relató cómo se produjeron las amenazas, desde el mismo día en el que enterraron a su marido.
«Ya desde el primer día empezamos a tener llamadas. La primera fue a las doce de la noche. Cogí yo el teléfono. Lo primero que me dijeron fue ‘sois unos hijos de puta. Vais a morir igual que Ángel. Tú vas a ver morir primero a tus hijos y luego te mataremos a ti’. ‘¿Pero qué estás diciendo? ¿Quién eres?’ ‘Un policía nacional’. Les respondí que cómo podían hacer eso el día que le habíamos enterrado. Eso fue durísimo. Y a continuación sucedieron todas las demás. Esa fue la primera. Eran llamadas continuas por teléfono a las noches. Tuvimos que desconectar el teléfono porque no podíamos vivir. Continuamos con la rotura de cristales en la tienda. Tiraban las flores. Brindaron con unas copas de vino que luego rompieron allí en la tienda. Todo eso es horroroso. Sales de casa y te encuentras la figura de un ataúd en el que han escrito ‘Aquí vais a terminar todos’. Te hacen sentir tan mal. Son cosas que no se pueden olvidar», relató Mañas en esa entrevista.
El acto se celebrará este viernes, a las 12:00, en la calle Martín Azpilicueta de Iruñea.

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