Las relaciones entre Italia y Albania se han vuelto cada vez más íntimas en los últimos tiempos. Se reinventa así una relación que antes no pasaba de conexión normal entre vecinos del Mediterráneo.

Tampoco es que Tirana se haya convertido en una colonia de Roma, como lo fue durante unos años con el fascismo o como cantera de trabajadores low cost para las empresas del Belpaese. Lo que estamos viendo es algo más profundo e inédito, que según los rumores afectará también a uno de los pasatiempos favoritos de los italianos, a uno de los eventos deportivos clave de cada temporada: hablamos del Giro d'Italia, que en 2025 casi seguramente tendrá su salida, su ‘Grande Partenza’, en Albania.

Faltan tres semanas para que se sepa cuál será finalmente el recorrido de la Corsa Rosa, pero muchos han empezado a anticiparlo: es muy probable que por tercera edición consecutiva la carrera termine en Roma, siendo 2025 año de jubileo, el ‘Año Santo’.

También se avanza que una de las etapas reinas podría ser en el arriesgado Monte Crostis, cerca de Austria y del tremendo Zoncolan, y que una etapa va a acabar en Nova Gorica (Eslovenia), con la última semana casi totalmente en la zona de Valle d'Aosta y del norte del Piemonte y fuegos artificiales en el Sestrière.

«Pecunia non olet»

El detalle más interesante, sin embargo, va a ser la ‘Grande Partenza’, es decir, dónde empezará el Giro d'Italia. Y todos los caminos llevan a Tirana y a Albania, que parece haber presentado un dineral extraordinario para adjudicarse las tres primeras etapas.

Según el periódico ‘La Repubblica’, los 6-7 millones de euros ofertados por las máximas autoridades albaneses han liquidado a la otra candidatura que parecía favorita para iniciar la carrer; la ciudad de Trieste, que había ofrecido «solamente» un tercio de aquella cantidad.

Los organizadores del Giro han privilegiado la oferta albanesa pese a la ausencia casi total de infraestructuras para el ciclismo, en un país sin corredores, equipos ni tradición

Pecunia non olet, el dinero no huele, faltaría más. De esta manera los organizadores del Giro han privilegiado al Gobierno de Edi Rama a pesar de la ausencia casi total de infraestructuras para el ciclismo en Albania, un país que no tiene corredores ni equipos y en general ninguna tradición.

La última vez que el Giro empezó desde el extranjero fue hace bien poco, en 2022, en Hongría, y anteriormente (2018) lo hizo en Israel. Pero estos países no se pueden comparar en cuanto a infraestructuras e incluso nivel deportivo con Albania, que no ha organizado nunca nada.

Rumbo al sur de Italia

Esto conllevará un inicio de la Corsa Rosa adelantado al viernes 9 de mayo de 2025, en vez del tradicional sábado, obligando el pelotón a un esfuerzo extra, la mudanza al sur de Italia, el lunes 12 de mayo, rumbo a la región de Puglia.

Si será una buena o una mala noticia todavía no lo sabemos, pero es seguro que muchos directores deportivos y corredores se han quejado sobre las pésimas condiciones de las carreteras del Mezzogiorno italiano, con el asfalto parcheado y animales paseándose con el riesgo de provocar accidentes.

De Albania a Italia solo se puede llegar en barco, seguramente más cómodo que los que embarcan a migrantes en dirección contraria y qué decir de las pateras en que cruzan el Mediterráneo

Otro detalle a tener en cuenta es que desde Albania a Italia solo hay una manera de llegar, y es el barco. Seguramente más cómodo que los que embarcan a migrantes con rumbo a Albania y qué decir de las pateras en que llegan estos del otro lado del Mediterráneo.

Lo que pueda pasar luego en Puglia también da mucho que hablar: esta región, paradójicamente, en los últimos 2-3 años se ha visto dañada turísticamente a causa de los precios mucho más baratos de las playas y de los hoteles albaneses, donde se disfruta de la misma agua pagando hasta 10 veces menos que en la costa del Salento o del Gargano.

Un turismo made in Albania que desde luego no es impulsado por el Gobierno central italiano, pero en los telediarios y en los periódicos cada vez más se subraya más la diferencia enorme de precios en favor de Tirana, en este continuo intercambio de favores que va a culminar con el Giro.