Gaizka Izagirre
Zinema eta telesail kritikaria

La gripe de los ricos no tiene cura

Rich Flu’ de Galder Gaztelu-Urrutia y ‘MadS’, una cinta de terror francesa rodada en un plano secuencia, son los principales ingredientes de éste segundo día de Semana de Cine Fantástico y de Terror. La gripe de los ricos por un lado, la claustrofobia del cine de terror francés por otro.

Mary Elizabeth Winstead en una escena de 'Rich Flu'
Mary Elizabeth Winstead en una escena de 'Rich Flu' (Nostromo Pictures)

El arca rusa’ (Alexander Sokurov, 2002), ‘La Soga’ (Alfred Hitchcock, 1948) o ‘Birdman’ (Alejandro González Iñárritu, 2014); son títulos que causaron impacto entre los espectadores por diversas razones, pero principalmente por estar rodadas en un solo plano secuencia -algunas con pequeñas trampas-. Pues bien, tenemos nuevo título para añadir a esa lista, ya que en esta segunda jornada de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia se estrena ‘MadS’ del francés David Moreau, rodada en un plano secuencia de 90 minutos.

Si hacemos un pequeño repaso por el cine de terror de comienzos del siglo XXI, nos daremos cuenta de que el cine de terror francés tiene una rica tradición. La New French Extremism, por ejemplo, es un término acuñado por el crítico de la revista Artforum, James Quandt, para referirse a una colección de películas de carácter transgresor producidas por directores franceses. Títulos como ‘À l'intérieur’ (Alexandre Bustillo, Julien Maury, 2007), ‘Martyrs’ (Pascal Laugier, 2008) o ‘Haute tension’ (Alexandre Aja, 2003) entre otros, trajeron una nueva ola de terror.

«Sin ser fans exclusivos de las películas de terror, es un género que ocupa una parte muy importante de nuestra cultura y de nuestros gustos como espectadores. Nos encanta el cine de los años 80. Aunque algunos consideren estas producciones con una cierta condescendencia, tenían el mérito de haber sido realizadas para entretener al público, sin complejos, sin pretensiones, y son las que nos han trasmitido las ganas de meternos en esto. Todas estas películas eran muy realistas, con una base social creíble, de la que partían para contar un suceso extraordinario». Comenta el director de ‘Mads’, quien se dio a conocer precisamente con ‘Ils’, una cinta que podríamos catalogar dentro de esta nueva ola de terror.

Proeza técnica; ¿algo más?

Más allá de su proeza técnica, ‘Mads’ es una película que nos sumerge de lleno en el mismo estado emocional y mental que los personajes. Moreau ha creado una atmósfera envolvente y claustrofóbica, donde la tensión no deja de crecer a lo largo de la película.

El guion, en cambio, presenta ideas atractivas, pero en ocasiones cae en lugares comunes del género, con algunos giros predecibles que restan originalidad a la trama; es más, transmite la sensación de que es la propia parte técnica la que hace avanzar la historia. «La película se ha rodado únicamente en cinco días y que el resultado final es el producto de una de esas tomas». Reconocía el director en la rueda de prensa.

Galder Gaztelu-Urrutia y los ricos

‘Rich Flu’, que podríamos traducir literalmente como “La gripe de los ricos”; nos cuenta la peculiar historia de una sociedad en la que las personas ricas empiezan a verse afectadas por una enfermedad mortal que va arrasando con la población por estratos socioeconómicos. Poco a poco, su foco se expande hasta abarcar riquezas más modestas, lo cual obliga a todo el mundo a deshacerse de sus fortunas. El problema es que ya no queda nadie a quien venderlas.

«Argumentalmente, no se sitúa en el universo de ‘El Hoyo’, pero espiritualmente se podría decir que sí», comentaba el guionista Pedro Rivero en la rueda de prensa de la película. Se trata de la nueva película de Galder Gaztelu-Urrutia que cerrará este segundo día.

«‘El hoyo’ se rodó en una sola localización, y ‘Rich Flu’ en 53», añade Gaztelu-Urrutia. Esa cantidad de localizaciones hace precisamente que la película tenga diferentes tonos e incluso géneros cinematográficos en sí misma. Es una cinta que va de más a menos, y que tanto a nivel visual como narrativo, tiene dos partes. La primera con una manera de narrar más directa y con toques más satíricos. Y una segunda mucho más naturalista y pausada. Una de las grandes riquezas de esta producción es justamente la variedad y el gran contraste entre los paisajes por los que transitan los protagonistas, pero el problema es la falta de cohesión tonal, visual y narrativa.

A pesar de su prometedor punto de partida, la película no logra explotar todo su potencial, ofreciendo una experiencia desigual que deja una sensación de oportunidad perdida.

Pese a que la factura técnica es impecable, pasamos de un thriller de acción, en el que los personajes no paran de hablar, de soltar discursos y de correr de un lado para otro, a de repente, algo cercano a un cine más social, estilo ‘Io Capitano’, dónde la imagen prevalece sobre la palabra, cambia el tono totalmente y la película se pone demasiado solemne. El problema es que esa transición se hace de manera muy forzada y brusca. En lugar de dejar que las ideas fluyan orgánicamente a través de los personajes y sus acciones, la película opta por diálogos que subrayan sus mensajes de forma un tanto obvia, restándole sutileza y complejidad al enfoque. Resulta casi imposible empatizar con ninguno de los personajes,

Mezclar cine de entretenimiento o comercial con un mensaje social potente es algo que hemos visto en miles de películas interesantes, pero repetir ese mensaje hasta la extenuación y exponerlo de manera tan obvia y poco sutil, hace que este pierda fuerza o importancia; ésto es lo que le sucede a la nueva cinta de Gaztelu-Urrutia. Desde el propio título -y el póster- ya nos adelantan que el mensaje que nos van a lanzar es muy similar al de ‘El hoyo’: una crítica a las dinámicas del poder y la riqueza en nuestra sociedad. Un discurso necesario, por supuesto, pero lanzado de una manera demasiado machacona.