
A pesar que el debate político en Madrid sigue girando en torno a la tragedia humanitaria en València, los conflictos existentes previos a la DANA van retomando su derrotero. Uno de ellos es la crisis dentro de la coalición Sumar, liderada por la vicepresidenta Yolanda Díaz y que tuvo su último (pero no primero) y más grave desencadenante con el escándalo de Iñigo Errejón.
El contexto del grupo parlamentario Sumar no venía siendo el mejor, y los resultados en las citas electorales de este año, tampoco. Las heridas que dejaron el cierre de listas de las europeas con los socios de Izquierda Unida, Más Madrid, Compromís y los Comuns nunca acabaron de suturarse. Para peor, los cuatro diputados de Podemos hacen lo posible por presionar desde la izquierda a sus competidores y exsocios.
Con lo de Errejón (no solo lo sucedido sino también su salida, repleta de errores de comunicación y pasos en falso) el espacio tuvo su momento político más oscuro. La tragedia en l’Horta Sud valenciana quitó de las primeras planas los problemas pero de ninguna manera los resolvió.
Prueba de ello es lo sucedido esta mañana de lunes con Antonio Maíllo, coordinador general de Izquierda Unida en el Estado español tras la salida de Alberto Garzón. Electo en primarias a mitad de año, el profesor sevillano lidera los reclamos de cambios en el interior de Sumar y en el desayuno organizado por Nueva Economía Fórum en un hotel del centro madrileño se ha hecho notar.
Durante el turno de preguntas, Maíllo ha afirmado que «debe haber más cambios» en el funcionamiento del grupo parlamentario plurinacional, tras la designación de la nueva portavoz principal que reemplaza a Errejón, la diputada por Pontevedra, Verónica Martínez García.
Maíllo: «La ola parda va a venir si no se crear esas condiciones; apostamos por una Sumar sin vetos y con una base programática, saber para qué nos unimos»
Ante la pregunta sobre la actitud que debe haber frente al liderazgo de Díaz, el líder de IU ha intentado ser prudente. «Esto no es cuestión de sacar músculo», ha recalcado, y ha reivindicado a la líder de Sumar: «Está demostrando que es la mejor ministra de Trabajo de la historia. En otras cuestiones podemos admitir que podría mejorar, pero es una gran ministra».
Y sobre el desarrollo de Sumar y sus confluencias, ha opinado: «No se han hecho las cosas bien hasta ahora, estamos empezando a hacerlas bien. Por ejemplo, con el debate de la portavocía ahora sí ha habido un cambio. Estamos en las vías de recuperación de este espacio y hacen falta más pasos porque creo que hay que simbolizar en esta nueva etapa la voluntad de reestructuración, de haber leído bien el momento político».
En ese sentido, ha pedido «unir» la izquierda confederal para evitar que en el Estado español «se venga encima la ola parda que va a venir si no se crean esas condiciones, es importante decir la verdad sobre esto». «O asumimos una forma de proyecto político que representa esa izquierda alternativa o vendrá la derecha. Nosotros apostamos por un Sumar sin vetos y con una base programática, saber para qué nos unimos», ha enfatizado.
Fuentes de la cúpula de IU que acompañaban a Maíllo en el evento han informado a NAIZ que una de las exigencias que se plantean ahora es cambiar el nombre de Sumar y que la marca electoral no incluya solamente a uno de los partidos. «Movimiento Sumar es un partido más, ellos quisieron reemplazar a Podemos, pero no puede ser que [el nombre de la coalición] sea solo de una de las partes. Lo dijimos cuando era Unidas Podemos y lo decimos ahora. A nosotros no nos interesaba cambiar Unidas Podemos pero fue lo que quisieron hacer», explican.
«Es importante»
Desde el entorno próximo a Maíllo, además, han asegurado que el nombre ya está elegido y propuesto, aunque guardado bajo siete llaves; «No tiene que ver con la república sino con algo referido a ser de izquierdas». Los tiempos de negociación continuarán hasta el 18 de noviembre, y esto incluye redefinir también algunas coportavocías del grupo parlamentario y de comisiones. No obstante, también han asegurado que no tienen previsto reclamar que Díaz deje de liderar políticamente el espacio ni su cargo como vicepresidenta. La nueva Ejecutiva de IU plantea que el cambio de nombre de la coalición sea «un símbolo de la ruptura con la vieja etapa». Un ex alto cargo importante del partido y muy influyente en sus bases reflexionaba: «Hay que diferenciar con lo que ha fracasado hasta ahora, y si bien el nombre no es todo, es importante. Hasta en Podemos admitían hace años que había que hacer algún cambio en eso».
La «vuelta de calcetín» que plantea Maíllo, como ha dicho varias veces, incluye un reposicionamiento de IU frente a su electorado. Para ello van a lanzar el último sábado de noviembre lo que han dado en llamar la Convocatoria por la Democracia, parecido a lo que han hecho en Asturies y Andalucía, convocando a militantes o personas de izquierda que no están inscritas en partidos a debatir propuestas y han pedido que participe también el empresariado.
En tanto, el grupo coordinador de Sumar ha decidido postergar hasta marzo próximo su convención política para avanzar en la estructuración del partido y de sus autoridades (Díaz renunció a liderar el espacio político, aunque no en los hechos).

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