
El presidente de Abjasia, Aslán Bzhania, presentó su dimisión ante la presión de los opositores, que paralizaron la gestión del Ejecutivo al bloquear unos edificios gubernamentales de ese enclave caucásico arrebatado junto con Osetia del Sur a Georgia tras la conocida como «Guerra de los Cinco Días» de agosto de 2008.
La oposición abjasa tomó el viernes al asalto el Parlamento y los principales edificios del Ejecutivo en protesta contra un acuerdo con Moscú. Los incidentes, que dejaron al menos ocho heridos, se produjeron después de que el Legislativo se negara a retirar de la agenda el proyecto de ley de ratificación de un acuerdo de inversiones con Rusia que permitiría las entidades legales rusas en Abjasia el derecho a poseer propiedades y tierras, así como un tratamiento altamente preferencial reflejado en la eliminación de aranceles, impuestos a empresas y exenciones del IVA.
La población abjasa lleva años asistiendo al acaparamiento de propiedades por parte de la oligarquía rusa, incluido el presidente, Vladimir Putin, y su entorno, para edificar palacios y villas en este enclave bañado por el Mar Negro y que goza de un microclima prácticamente mediterráneo.
La oposición había amenazado con instaurar un gobierno alternativo. «Como el presidente no dimita esta tarde, nosotros, el Consejo de Coordinación, organizaremos un gobierno provisional», advirtió Temur Gulia, presidente de una organización de veteranos de la guerra de independencia contra Georgia, y parte de este heterogéneo colectivo opositor, a la agencia TASS.
Independencia y anexión
Abjasia, pequeño enclave musulmán situado entre las montañas del Cáucaso y la ribera del Mar Negro, declaró en 1992 su independencia de Georgia al calor de la desintegración de la URSS. Tuvo para ello el apoyo de las minorías rusa y armenia y de destacamentos chechenos al mando del comandante islamista Shamil Basayev.
Rusia apoyó desde un principio a Abjasia contra Georgia tanto con armamento como con inteligencia militar.
Tras una ofensiva exitosa georgiana en 1992, Abjasia pasó a la contraofensiva y logró liberar prácticamente todo el territorio el año siguiente. Ambos bandos perpetraron episodios de limpieza étnica.
En 2008, y tras una incursión militar georgiana a la también díscola Osetia del Sur, a la Rusia de Putin le bastaron cinco días para forzar la rendición de Tbilissi.
Moscú reconoció la independencia, de facto anexión, de los dos enclaves. Osetia del Sur ha sido prácticamente abandonada por sus habitantes hacia Osetia del Norte. Abjasia llevaba y lleva camino de convertirse en un parque temático ruso.

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