
Con el objetivo de «recordar que luchamos por la soberanía alimentaria», algo más de 50 tractores han vuelto a recorrer las calles de Iruñea este martes siguiendo la convocatoria de la asociación Semilla y Belarra.
La tractorada ha comenzado a las 10.30 horas desde el polígono de Agustinos, donde se han reunido para iniciar su andadura con destino al corazón de Iruñea. El convoy ha avanzado por la avenida de Nafarroa, Monasterio de Belate, avenida de Baiona y avenida del Ejército, y ha pasado por el centro de la capital por la plaza Conde Oliveto para posteriormente continuar por la avenida de Nafarroa Beherea y dirigirse hacia las carreteras de Badostain y Sarriguren.
De esta manera, algunos agricultores retomaban las movilizaciones que protagonizaron durante meses desde el 6 de febrero, con los tractores adueñándose del centro de lugares como Iruñea en repetidas ocasiones.
Y lo han hecho «para recordar que luchamos por la supervivencia de la vida en el campo y por la soberanía alimentaria», según ha explicado en una comparecencia ante los medios Alberto Alecha, presidente de la asociación Semilla y Belarra, que está integrada en la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (Unaspi), que ha convocado este martes una jornada de movilizaciones.
Alecha ha recordado que, «en primavera, en toda Europa los agricultores hemos hecho unas demandas sabiendo que son pasos costosos de dar, que cambiar lo que nos está desangrando es algo costoso y largo. Se presentaron las demandas a través de los sindicatos al uso y de las asociaciones que hemos ido surgiendo, y hemos dado un tiempo, pero vemos que tenemos que recordarlas a los políticos y a la sociedad».
En un manifiesto de UNASPI que ha facilitado el presidente de Semilla y Belarra a los medios se recogen las demandas que plantean en este martes de movilizaciones y que pasan por «derogar el Pacto Verde Europeo con sus dos estrategias, ‘Estrategia por la Biodiversidad’ y ‘Estrategia de la Granja a la Mesa’, y todas las leyes, reglamentos y directivas que deriven de él; en especial la Ley de Restauración de la Naturaleza».
Asimismo, se plantea «revisar todos los Acuerdos Comerciales Internacionales de Libre Comercio y, tras un análisis de impacto y teniendo en cuenta la preferencia comunitaria, extraer de ellos la parte agrícola perjudicada». Otra reivindicaciones pasan por «no ratificar Mercosur con su actual redacción» y que «se dé carácter jurídico a la preferencia comunitaria, con una ley que no permita su violación».
Ser competitivos
Alecha las ha condensado en la necesidad de que «se nos permita ser competitivos respecto a lo que se produce fuera de Europa». En este sentido, ha recordado el impacto que tiene acuerdos como el ya citado de Mercosur y que cerró la Comisión Europea el pasado viernes.
Sobre ese pacto, el presidente de la asociación ha señalado que «en Europa tenemos unas reglas que nos parecen bien para proteger el medio ambiente, al consumidor, a la gente que trabaja en el campo. Pero se permite la entrada de productos de fuera a los que no se les exige lo mismo y van a tener más ventajas que nosotros si usan hormonas para la crianza de animales o si se utilizan productos fitosanitarios que aquí se consideran peligrosos. Hablamos de transgénicos que aquí no se pueden utilizar, pero se importa aceite de colza de Canadá, donde la mayor parte es transgénica».
Ha concluido que «estamos en clara desventaja. Si se compara con una partida de cartas, ellos tienen todos los comodines. Cada vez estamos más atados». Al respecto, ha matizado que «no decimos que no estemos a favor de esas restricciones, lo que pedimos es que se consensuen con quienes estamos produciendo alimentos y se exija lo mismo a los países de fuera».
Al mismo tiempo se ha quejado de que «no sabemos cuál es la normativa que tenemos que cumplir». Ha puesto el ejemplo de que ahora es el momento de «planificar nuestros cultivos, pero no sabemos cuáles son las zonas productivas de este año. Desde el Ministerio de Agricultura dijeron que creían que el mapa donde se reflejan se publicaría en febrero, pero tenemos que planificar las siembras cumpliendo una normativa que no sabemos cuál es. Va cambiando y nos la imponen a posteriori. Está muy bien que haya que cuidar la naturaleza, a los trabajadores, a los alimentos, pero no sabemos las reglas y siempre se dan pasos cada vez más restrictivos».
Sus críticas han sido compartidas por Raúl Beitia, miembro de la Asociación Treviño y Álava por el campo (ATACA), que se ha sumado a la protesta en Iruñea de Semilla y Belarra.
Beitia ha denunciado que «nos sentimos vendidos por parte del Ministerio de Agricultura. Es una vergüenza el punto al que nos quieren llevar, a la desaparición de explotaciones. Estamos produciendo bajo las exigencias de Europa y lo estamos haciendo por la soberanía alimentaria, por unos alimentos sanos, pero los acuerdos con Marruecos y Mercosur y de este tipo son una amenaza para la vida de nuestros pueblos, para el sector. Mercosur nos preocupa muchísimo».
Por todos estos motivos, Alecha ha apuntado a la posibilidad de que continúen las movilizaciones, ya que «me temo que va a haber que seguir recordando que no vamos a sobrevivir. Si ese es su fin, que lo digan claramente, porque lo están consiguiendo».

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